Guerra de narcos en las calles de Barcelona
La pugna por el control del tr¨¢fico de drogas suma ya seis dominicanos muertos por ajustes de cuentas y venganzas en Catalu?a
Cuando abre la puerta de su piso ocupado, no sabe muy bien qu¨¦ decir. Por muchas pastillas que tome, apenas logra conciliar el sue?o. El 1 de enero, a las nueve y media de la noche, un sicario se acerc¨® al Honda Civic plateado en la avenida de Meridiana de Barcelona y mat¨® a su marido, Whander Su¨¢rez, de 32 a?os, que viajaba sentado en el asiento trasero. Delmy, el conductor, logr¨® salvar la vida casi de milagro. Whander, alias el Colorao o el Pinto por las pecas que ten¨ªa, lideraba un grupo de dominicanos con peso en el tr¨¢fico de drogas, seg¨²n fuentes policiales. ¡°Era peluquero¡±, defiende su mujer. Juntos ten¨ªan una hija de seis a?os.
Desde hace un a?o se libra en Catalu?a una batalla entre dominicanos que se dedican al tr¨¢fico de drogas a peque?a y a mediana escala. Sus protagonistas son j¨®venes, la mayor¨ªa sin papeles, que viven en pisos a los que han entrado con patada en la puerta. Se mueven por las peluquer¨ªas de hombre del extrarradio de Barcelona y viven la noche latina. ¡°Les gusta vestirse muy bien, beber y salir¡±, cuenta una joven que les conoce. Van armados y son de gatillo f¨¢cil.
La guerra ha dejado ya seis muertos y tiene en jaque a la polic¨ªa, que teme ya la siguiente v¨ªctima. Todos los entrevistados en este reportaje piden anonimato. Est¨¢n atemorizados ante la creciente violencia y las represalias por lo que puedan decir. ¡°A los que est¨¢n haciendo esto no les importa nada ni nadie. Ni siquiera temen a la polic¨ªa. Y lo han demostrado¡±, cuenta uno de los supervivientes de uno de los tiroteos que se ha ido de Catalu?a por miedo. ¡°La impunidad con la que act¨²an es total¡±, critica otra persona que se ha visto salpicada por la guerra.
Los Mossos se?alan un robo de una partida de coca¨ªna en Holanda como el origen del conflicto. Luego se han mezclado diversos episodios de vuelcos (robo de drogas) y encontronazos entre ellos por el control del mercado en las calles catalanas. ¡°Son narcos que asaltan a narcos¡±, corrobora una fuente al corriente de la investigaci¨®n. Est¨¢n divididos en grupos, pero tampoco son dos pandillas claras con orden y concierto.
Los implicados m¨¢s directos niegan que los j¨®venes se dedicasen al tr¨¢fico de drogas. Pero por poco que se ampl¨ªe el c¨ªrculo, la respuesta es otra. ¡°Estaba en drogas, para qu¨¦ voy a mentir¡±, admite un familiar del primer muerto en esta espiral de violencia. Yrtu G¨®mez, alias El Turco, de 28 a?os, recibi¨® un disparo en las puertas de la discoteca Koko de Barcelona la madrugada del 22 de abril del a?o pasado. Llevaba en Catalu?a al menos desde 2014.Los allegados de Yrtu han puesto nombre y cara al que creen que le asesin¨® y aseguran que ha escapado a Alemania. Yrtu tambi¨¦n ten¨ªa hijos.
La polic¨ªa hace distinciones entre las v¨ªctimas. Al Colorao, que hab¨ªa salvado el pellejo en otro tiroteo anterior, creen que le asesin¨® un sicario venido de fuera. Una hora despu¨¦s de que le matasen en la avenida de Meridiana, ya hab¨ªa un v¨ªdeo colgado en Internet con los dos cuerpos derribados en el interior del coche. ¡°No jode m¨¢s ese sapo¡±, coment¨® un usuario en Youtube. ¡°Y pasar¨¢n m¨¢s cosas¡±, augur¨®, certero, otro. Decirle a alguien que es un sapo es acusarle de ser un chivato. ¡°Ha habido diversas operaciones policiales contra dominicanos en los ¨²ltimos a?os que necesariamente implican confidentes, gente que ha contado cosas¡±, asegura una fuente judicial sobre otro de los motivos que pueden explicar la oleada de ajustes de cuentas.
En las dos ¨²ltimas ejecuciones en el Prat, el 27 de abril, sospechan que el motivo es una pugna por el poder entre ellos. Las v¨ªctimas abrieron la puerta a sus verdugos, que tocaron el timbre a las once de la noche. Joel Beato, de 30 a?os, fue asesinado en la entrada. A Robinson Daniel B¨¢ez, alias Yan Carlos, le dispararon cuando dormitaba en el sof¨¢. Su novia, Natasha Esmeralda Feliz, recibi¨® un disparo en el cuello, pero sobrevivi¨®. Una tercera persona que estaba en la casa sali¨® ilesa. Joel tambi¨¦n ten¨ªa hijos.
El grupo llevaba poco tiempo en ese piso. Natasha Esmeralda, de 21 a?os, hab¨ªa alquilado una habitaci¨®n despu¨¦s de huir de la casa en la que viv¨ªa antes, en Santa Coloma de Gramenet. Sab¨ªa que los Mossos le pisaban los talones a ella y a su novio, sospechosos de estar implicados en otro homicidio de la batalla por el control del tr¨¢fico de drogas. El d¨ªa en que iban a detenerles, la polic¨ªa cometi¨® un error y derrib¨® la puerta de unos ancianos que viv¨ªan encima. Acabaron arrestando a otro joven al que buscaban, pero no encontraron a la pareja. Una semana despu¨¦s, Yan Carlos fue asesinado y Natasha Esmeralda, herida.
Sin detenidos
Oficialmente la polic¨ªa catalana guarda silencio ante los seis asesinatos. ¡°Los autores de uno y otros cr¨ªmenes se van matando entre ellos¡±, cuentan fuentes policiales. Los Mossos celebran reuniones semanales para poner en com¨²n todo lo que saben de cada caso, pero los homicidios se investigan por separado, cada regi¨®n se hace cargo del suyo. Es evidente la dificultad que est¨¢n encontrando para reunir pruebas y detener a los culpables de los tiroteos.
¡°El problema de fondo es que los dominicanos que se dedican a la delincuencia tienen armas, de siempre, y las usan¡±, sostiene otra fuente policial. Y se?ala como ejemplo lo que est¨¢ pasando en otros lugares. Aunque con menos violencia, los dominicanos se han tiroteado y matado en Madrid o en Zaragoza. Tambi¨¦n en Lugo ha habido incidentes con armas de fuego por vuelcos.
Los polic¨ªas han logrado identificar a alguna de las v¨ªctimas gracias a la colaboraci¨®n del Consulado de la Rep¨²blica Dominicana en Barcelona, que se ha implicado en poner fin a la guerra. Una de sus principales preocupaciones es el estigma que puede suponer para la comunidad en Espa?a, e insisten en que los implicados en estos casos son una minor¨ªa. El c¨®nsul, Adriano Rafael de los Santos, ha promovido un foro en el que est¨¦n presentes Ayuntamientos y autoridades para fomentar valores en com¨²n y tender puentes.
Los Mossos esperan en tensi¨®n que no haya m¨¢s muertes entre los dominicanos. ¡°?Por qu¨¦ no les detienen ya?¡±, se queja una de las j¨®venes que se ha visto en medio de la refriega. ¡°Esto no va a parar hasta que acaben con todos¡±, afirma otra, que ve dif¨ªcil remedio a la situaci¨®n. Unos pocos se muestran m¨¢s optimistas: ¡°Saben que los ojos est¨¢n puestos en ellos, ser¨¢n prudentes¡±.
Un a?o de asesinatos a tiros
El 22 de abril de 2016 asesinan a Yrtu G¨®mez en la puerta de la discoteca Koko de Barcelona.
El 28 de noviembre de 2016 los Mossos encuentran a un hombre tiroteado dentro de un coche en L'Hospitalet.
El 1 de enero de 2017 tirotean a Whander Su¨¢rez en La Meridiana de Barcelona.
El 28 de marzo de 2017 la polic¨ªa encuentra un cad¨¢ver en Sant Joan Desp¨ª, maniatado y con un disparo. Le identifican gracias al consulado de la Rep¨²blica Dominicana.
El 27 de abril de 2017 matan a tiros a Daniel B¨¢ez y Joel Beato en un piso en El Prat.
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