?Vaya semanita!
?Alguien desde el PSC o el PSOE osar¨¢ todav¨ªa sostener que la respuesta al 'proc¨¦s' es una reforma federal (sic) de la Constituci¨®n?
Tomo prestado el t¨ªtulo del programa de humor que emite desde 2003 la segunda cadena de Euskal Telebista, porque creo que califica y resume diversos acontecimientos que, relacionados con el PSC, se acumularon a lo largo de la pasada semana.
El primero, y uno de los de m¨¢s calado, trascendi¨® el mi¨¦rcoles 10: era la sentencia ¡ªun¨¢nime, por supuesto¡ª del Tribunal Constitucional anulando la ley de Consultas Populares por v¨ªa de Refer¨¦ndum, aprobada por el Parlamento catal¨¢n en 2010. Es decir, que no se trataba de una iniciativa hija de las mayor¨ªas ¡°sediciosas¡± y ¡°separatistas¡± existentes desde finales de 2012, sino de una ley impulsada por el segundo tripartito de izquierdas y votada sin vacilar por los entonces 37 diputados del PSC, con el presidente Jos¨¦ Montilla a la cabeza.
As¨ª las cosas, hubiera sido esperable una reacci¨®n en¨¦rgica del Partit dels Socialistes, siquiera en defensa de su historia pol¨ªtica reciente. Los de Iceta pod¨ªan haber argumentado que la ley de 2010 no ten¨ªa ning¨²n prop¨®sito de quebrar el marco constitucional, y que atribu¨ªrselo es un agravio a la larga trayectoria del PSC en defensa de ese marco. O, alternativamente, hubiesen podido denunciar la voluntad del TC de asfixiar la capacidad legislativa del Parlament de Catalu?a, a base de recelar intenciones autodeterministas incluso con car¨¢cter retroactivo. Sin embargo, el partido opt¨® por el silencio, y el expresidente y senador Montilla tampoco juzg¨® oportuno hacer ning¨²n comentario.
Al d¨ªa siguiente, jueves, el protagonista del l¨ªo era el hombre fuerte del PSC en el Ayuntamiento de Barcelona y regidor de Cultura, Jaume Collboni. Result¨® que la agencia After Share del publicista Risto Meijide (la misma que atendi¨® en 2015 la campa?a electoral de Collboni) hab¨ªa preparado, por encargo municipal, una acci¨®n de fomento de la lectura consistente en enviar un contenedor lleno de libros... a Donald Trump, bajo el lema Open your mind. Es dif¨ªcil reunir en una sola idea tanto t¨®pico, tanta banalidad, tanta correcci¨®n pol¨ªtica, tanta pose vac¨ªa de contenido. Antes de que terminase la jornada, la ¡°audaz¡± campa?a estaba retirada.
El viernes 12 fue el turno del diputado del PSC y secretario segundo de la Mesa del Parlament, David P¨¦rez: En una tertulia radiof¨®nica la noche anterior, hab¨ªa asegurado contra toda evidencia emp¨ªrica que Esquerra Republicana no ten¨ªa inter¨¦s en abrir las fosas de la Guerra Civil, porque los cad¨¢veres desenterrados ser¨ªan sobre todo de ¡°espa?oles¡±. Si, en t¨¦rminos historiogr¨¢ficos, la ¡°revelaci¨®n¡± es, sencillamente, pat¨¦tica (sabemos desde hace d¨¦cadas que la Catalu?a de 1938-39 albergaba un mill¨®n de refugiados civiles y cientos de miles de militares, llegados todos ellos del resto de la Rep¨²blica), en t¨¦rminos pol¨ªticos e intelectuales el episodio ilustra el ¨ªnfimo nivel al que ha ca¨ªdo el otrora poderoso aparato socialista metropolitano, a cuyo abrigo vive el se?or P¨¦rez desde hace un cuarto de siglo. Incapaz de salir por s¨ª solo del jard¨ªn en que se hab¨ªa metido, el diputado P¨¦rez hubo de ser desautorizado por sus correligionarios.
Pero lo peor estaba por llegar. Lo hizo el domingo 14, cuando el articulista Jos¨¦ Antonio Zarzalejos dio cuenta en La Vanguardia del creciente ¡°malestar en Ferraz con el PSC¡±, del cabreo de los susanistas ante la falta de ¡°neutralidad¡± de Iceta y los suyos en el proceso de primarias socialistas (el resto de las organizaciones territoriales han sido, como se sabe, de una imparcialidad exquisita...), de la resistencia ¡ªen el PSOE¡ª a la posibilidad de que sean los afiliados del PSC quienes decidan el ocupante de la secretar¨ªa general. El art¨ªculo inclu¨ªa, conscientemente o no, una demoledora carga de profundidad: ¡°si Pedro S¨¢nchez, al final, consigue la secretar¨ªa general por los votos de la militancia del PSC (14.000 sufragios potenciales), el conflicto sobre la legitimidad de su designaci¨®n no resultar¨ªa descartable en absoluto¡±.
O sea, que los votos de los socialistas catalanes ¡ªpese a haber abjurado de cualquier forma de consulta, pese a confundirse ya con PP y C¡¯s dentro del bloque unionista, pese a las contorsiones de Iceta¡ª no est¨¢n legitimados para determinar qui¨¦n lidera el PSOE, porque no son del PSOE, sino de un partido federado, y por consiguiente deber¨ªan haber sido excluidos de las primarias.
Tras haber sentado esta doctrina de raigambre pimargalliana, ?alguien desde el PSC o el PSOE osar¨¢ todav¨ªa sostener que la respuesta al proc¨¦s es una reforma federal (sic) de la Constituci¨®n?
Joan B. Culla es historiador.
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