Una noche (con familia) en el museo
M¨¢s de 175.000 visitantes vuelven a convertir en un ¨¦xito la Noche de los Museos
¡°?A cu¨¢l te gustar¨ªa ir, pues? ?A ninguno!¡±, le contestaba enfurru?ado el peque?o rubio a su padre, ya ambos en el dintel del Sal¨® del Tinell de Barcelona. En defensa del menor, eran ya las nueve de la noche y la familia llevaba casi dos horas por el casco viejo de Barcelona aprovechando las actividades gratuitas de la Noche de los Museos, iniciativa que arranc¨® en 2008 y que ayer se encamin¨® de nuevo a un ¨¦xito de afluencia rotundo, con un ambiente familiar de matrimonios con hijos, ambos de todas las edades, una tipolog¨ªa de visitante que, al avanzar la noche, fue mutando en j¨®venes parejas y grupos de a cuatro, pespunteados por turistas. Los 87 centros que abrieron sus puertas en la capital catalana y su ¨¢rea metropolitana atrajeron a un total de 176.364 personas, seg¨²n el Instituto de Cultura (ICUB).
¡°Mayormente es gente de Barelona y sus alrededores, parece que con un perfil m¨¢s familiar que otros a?os y que, como ya empezamos a llevar unas cuantas ediciones a cuestas, empieza a buscar piezas y cosas selectas: se ha acabado eso de coleccionar los museos vistos como si fueran muescas en la culata del Colt¡±, ilustraba ayer Joan Roca, director del Museu de Historia de Barcelona (Muhba). Lo que ocurr¨ªa en algunos de los 11 centros que coordina el Muhba parec¨ªa darle la raz¨®n: el refugio anti¨¢rero 307 apenas pod¨ªa engulir al p¨²blico que se acerc¨® a verlo aprovechando adem¨¢s las visitas comentadas, de 15 minutos; ni llevaba media hora en marcha la noche, o sea, a¨²n era de d¨ªa, cuando la f¨¢brica Fabra i Coats ya hab¨ªa registrado m¨¢s de 200 visitantes. La cola ante la Casa Padell¨¤s para acceder al subsuelo romano de la ciudad ten¨ªa que cortarse en intervalos de 20 personas porque abajo hab¨ªa embotellamientos: uno, en el interior de la torre de la muralla romana del siglo IV; otro, en el baptisterio, con colas de minutos para acceder. Algunos cochecitos de beb¨¦s ayudaban a taponar la pararela ante la visi¨®n de las casas romanas. ¡°Pues las habitaciones no son muy grandes¡±, dec¨ªa una mujer a su pareja, quien le repond¨ªa: ¡°Ni ten¨ªan vistas¡±, influidos por la presi¨®n inmobiliaria que vive la Barcelona de hoy. Los responsables esperaban 3.500 visitas s¨®lo ah¨ª.
El retablo de la Capilla Palatina del Tinell ten¨ªa m¨¢s admiradores que un v¨ªdeo art¨ªstico de 1974 sobre Dachau que hab¨ªan dejado al lado los organizadores del Loop. Otro audiovisual del mismo festival, ¨¦ste sobre spots hechos por artistas y que se hab¨ªa pasado ya en las Fiestas de la Merc¨¨ de 1994, ten¨ªa bastantes m¨¢s espectadores en el Museo Mar¨¦s: cinco ni?os sentados en el suelo, con su madres atr¨¢s, arrastando hasta patinetes, se entreten¨ªan ah¨ª mientras sus progenitores masculinos estaban o bien en la cola de m¨¢s de 30 personas ya cercanas las 22 horas para entrar al m¨¢s wunderkammer de los museos barceloneses o en el bar del agradable jard¨ªn del edificio, quiz¨¢ esta vez m¨¢s vac¨ªo que la c¨¢mara de las maravillas.
Gente, pero no colas, se congregaba en la entrada principal del museo Picasso: acced¨ªan unas 130 personas cada 15 minutos. El civilizado cartesianismo ten¨ªa trampa: al centro s¨®lo se pod¨ªa asistir si se hab¨ªa hecho reserva previa desde la web del centro. Por eso las previsiones de afluencia eran parejas a las del a?o pasado: unas 3.100. Las salas eran aqu¨ª m¨¢s plenario de la ONU por lo que a idiomas se escuchaban. ¡°Pero esperamos m¨¢s extranjeros m¨¢s tarde, porque ahora est¨¢n cenando¡±, perfilaban en recepci¨®n. Una pareja ya madura con sus hijas grandecitas, de marcado catal¨¢n gerundense, se quejaban al no poder entrar de que no se publicitara mejor lo de la reserva previa, inconsolables a pesar de que se les recordara que hab¨ªa domigos por la tarde gratuitos. Y es que lo de la Noche de los Museos es ya como Sant Jordi: si hay un d¨ªa, es ese d¨ªa y no otro.
Los beneficiados de ese numerus clausus era los vecinos del Museo Euroepo de Arte Moderno, dond iban los rebotados del Picaso: ¡°Siempre nos pasa: esperamos unas 6.000 personas; somos de los m¨¢s visitados¡±, confirmaba un portavos de un centro atestado y donde predominaban el hiperrealismo figurativo y colas para hacerse un selfie en algunas obras que permit¨ªan asomar el rostor de uno.
M¨¢s espectacular e incesante en su crecimiento era la cola del Museo Diocesano: m¨¢s de 120 personas ya antes de las 21.30 horas, inmunes al desaliento a pesar de que se informaba ya a los de cabeza que tardar¨ªan m¨¢s de 20 minutos en acceder. El t¨ªtulo de la muestra, imbatible: Gaud¨ª. Una pareja oriental se fotografiaba cerca de la entrada mientras esperaba: se dispar¨® el flash. Ya era plena noche de los museos.
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