La lenta adaptaci¨®n a la tasa de las bebidas azucaradas

Sin embargo, todos ellos tendr¨¢n que acabar haci¨¦ndolo, ya que el decreto ley que fija el impuesto, cuyo objetivo es disuadir el consumo, obliga al contribuyente, que es el vendedor o distribuidor, a repercutir la tasa al consumidor final.

El nuevo impuesto catal¨¢n ¡ªque afecta a refrescos tan populares como la Coca-Cola, la Fanta o la t¨®nica Schweppes, adem¨¢s de las marcas blancas de las grandes cadenas de distribuci¨®n¡ª sigue las recomendaciones de la Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS). Se inspira en grav¨¢menes parecidos en otros pa¨ªses europeos y tiene dos tramos.

Por un lado, un aumento de ocho c¨¦ntimos de euro por litro para las bebidas con entre cinco y ocho gramos de az¨²car por cada 100 mililitros. Y por otro, un incremento de 0,12 euros por litro para los productos que tienen m¨¢s de ocho gramos por cada 100 mililitros. El resultado para los clientes es un aumento de entre un 7% y un 50% del precio de las bebidas azucaradas, dependiendo del volumen y la composici¨®n, y el incremento afecta especialmente a las marcas blancas.

Una lata de Coca-Cola original de 330 mililitros, por ejemplo, costaba en una tienda de barrio 0,58 euros y ha subido hasta los 0,62. En los supermercados regentados por paquistan¨ªes y abiertos todos los d¨ªas, como el de Mahmood en la Barceloneta, el precio sube hasta los 0,70 euros. Tambi¨¦n en las grandes cadenas de supermercados han incrementado los precios. ¡°Nosotros actualizamos los precios al d¨ªa siguiente de entrar en vigor la tasa, y ahora la Coca-Cola grande ha pasado de los 0,89 euros a los 0,96¡±, detalla una cajera de un Caprabo en el Eixample.

En los bares y restaurantes el alcance del decreto todav¨ªa es desigual. En el McDonald¡¯s, que cuenta con un amplio stock, a¨²n no han subido los precios. El men¨² combo cuesta 3,90 euros e incluye cualquier bebida. La cuesti¨®n es si, al actualizar las tarifas, el restaurante distinguir¨¢ entre los clientes que consumen bebidas azucaradas y los que no. ¡°De momento, por suerte, no hemos tenido que cambiar los precios¡±, indica el encargado de un McDonald¡¯s de Barcelona.

Consta en la factura

En algunos restaurantes, como el buf¨¦ libre FresCo, s¨ª que han empezado a recaudar este impuesto y, como precisa la Generalitat, tienen que hacerlo constar en la factura que se entrega al cliente (en un t¨ªquet de 10,05 euros, el ¡°suplemento por bebida azucarada¡±, as¨ª consta en el papelito, es de diez c¨¦ntimos).

En otros, como el c¨¦ntrico y concurrido bar Zurich, en la plaza de Catalu?a, todav¨ªa se resisten. ¡°Vendemos unas cuatro o cinco cajas de 24 latas de Coca-Cola al d¨ªa; hace tres a?os que mantenemos los precios [1,85 euros en barra, 2,80 euros en terraza], pero supongo que habr¨¢ que cambiarlos¡±, admite un veterano camarero.