Otro lunes de poner antes el despertador y apretujarse en los vagones
M¨¦dicos, pacientes y estudiantes del Hospital de Bellvitge tienen pocas alternativas de transporte durante a la huelga de metro
Ya lo tienen integrado: estudiantes, personal o pacientes del Hospital de Bellvitge se han acostumbrado a madrugar m¨¢s de la cuenta los lunes. Desde hace un mes y medio las semanas comienzan con huelga de metro. La estaci¨®n est¨¢ al final de la l¨ªnea 1 y las alternativas de transporte no son siempre ¨²tiles. Hay bus, pero tarda m¨¢s. Aparcamiento para el p¨²blico, no apto para todos los bolsillos. O el aparcamiento del personal, que a las siete y poco de la ma?ana ya est¨¢ lleno. Total, que a muchos les toca madrugar y apretujarse en vagones que pasan cada nueve minutos.
La mediaci¨®n se reanuda este martes
Con el conflicto enconado, la Generalitat ha llamado a Transportes Metropolitanos de Barcelona (TMB) y a los sindicatos para una nueva reuni¨®n de la mesa de mediaci¨®n ma?ana martes en el departamento de Trabajo. El desacuerdo entre las partes es tan grande que ni siquiera se ponen de acuerdo a la hora de explicar en qu¨¦ discrepan. TMB asegura que las diferencias se centran en el incremento salarial y la organizaci¨®n del trabajo. Y los trabajadores, con mayor¨ªa de CGT en los comit¨¦s de empresa y de huelga, en la falta de personal y en las externalizaciones del mantenimiento de v¨ªas y catenarias.
El hospital tiene 4.000 empleados, 600 camas (multipl¨ªquese por visitas de familiares) y a diario programa 2.000 visitas (con los correspondientes acompa?antes). "?Que si afecta la huelga?, claro que afecta, de 7 a 8 de la ma?ana esto es un foll¨®n", asegura Antonio, con la bata verde de celador. "Las primeras semanas la gente te hac¨ªa el comentario del madrug¨®n, pero ahora la gente ya se ha acostumbrado y ni te dicen nada". Habla Rosa Maria, del laboratorio, donde citan a la gente para las extracciones de sangre a partir de las siete de la ma?ana. Tambi¨¦n ha salido de casa antes de la cuenta, para llegar a las ocho, Mal¨², que trabaja en cuidados intensivos. "Ven¨ªa as¨ª", relata encogi¨¦ndose de hombros.
Josep Rodr¨ªguez ha trabajado 40 a?os como ur¨®logo en el hospital, pero este lunes, ya jubilado, visita el centro de paciente. Se ha adelantado un cuarto de hora, "por si acaso". Recuerda bien las huelgas de metro cuando estaba en el hospital con la bata puesta: "La gente no te llega a la hora, est¨¢s un rato de brazos cruzados y luego se te acumulan los pacientes".
Otro frente son los estudiantes. Como N¨²ria, Judit y Anna. En un concurso, empatar¨ªan en lo pronto que se han puesto el despertador. Entre las 6.10 y las 6.20. Llegan a la Facultad de Medicina y Ciencias de la Salud de la Universidad de Barcelona tras una romer¨ªa en transporte p¨²blico (con retrasos tambi¨¦n habituales en cercan¨ªas) que han comenzado, respectivamente, en Castellar del Vall¨¨s, Matar¨® y Terrassa, respectivamente. "Todas estas semanas las clases comienzan m¨¢s tarde", explican. Se pasar¨¢n la ma?ana en clase y, en vez de quedarse a estudiar toda la tarde, saldr¨¢n pitando para que no les pille la huelga del turno de tarde. "Es peor, las esperas son de veinte minutos", dicen.
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