Vivir con Puyal
Aunque le gusta seguramente que le adulen, al locutor le animan los retos y, sobre todo, la capacidad de reinventarse
¡ª¡°?Me matar¨ªa!¡±.
Joaquim Maria Puyal se ¡°matar¨ªa¡± cada vez que nombra a Iniesta cuando quien lleva la pelota es Messi.
Aseguraba la leyenda que Puyal se equivocaba aposta cuando confund¨ªa a un futbolista del Bar?a. Una licencia propia de quien se sabe escuchado y venerado, exigente hasta l¨ªmites insospechados como saben sus compa?eros de LaTdP y Catalunya R¨¤dio, incapaz de errar en una apreciaci¨®n aparentemente tan simple y banal como la de distinguir el nombre de los futbolistas azulgrana despu¨¦s de transmitir sus partidos desde 1976.
Aunque hay mucha literatura sobre los sabios despistados, no se dudaba de un licenciado en Filolog¨ªa Rom¨¢nica y Ciencias de la Informaci¨®n al que desde ni?o le gusta jugar con las palabras hasta inmortalizar expresiones varias, alguna muy sonora: ¡°Gauxuuuu¡± (Ronaldinho), ¡°encara Messi¡±, ¡°tatatat¨¢¡± (Eto¡¯o) o ¡°Tititititi Henry¡±; muchas especialmente culers: ¡°Urruti t¡¯estimo¡± o ¡°Sant Artola Glori¨®s¡±; y otras m¨¢s universales: ¡°Pizzi, sos macanudo¡±.
A Puyal, periodista de referencia, le copian los amigos y los enemigos, de manera que si met¨ªa la pata era seguramente para divertirse tambi¨¦n con la audiencia, circunstancia que se pod¨ªa considerar hasta leg¨ªtima en un personaje de su prestigio, admirado tambi¨¦n en Madrid.
Hasta que el propio Puyal advirti¨® p¨²blicamente de que se ¡°matar¨ªa¡± cuando nombra a Jordi Alba y quien conduce el bal¨®n es Sergi Roberto. ¡°Me descentro y me supera cuando digo Iniesta y s¨¦ que es Messi. Me sale as¨ª, sin saber el motivo ni tener la posibilidad de pedir perd¨®n, porque ser¨ªa rid¨ªculo si reincido en el lapsus. Me torturo y necesito que mi equipo me d¨¦ tiempo para recuperar la atenci¨®n. La asignatura que me cuesta aprobar es la de ser exacto con los nombres. Me matar¨ªa¡±.
El p¨²blico se qued¨® mudo ante la confesi¨®n de Puyal. El Consell de l¡¯Audiovisual de Catalunya, representado por su presidente Roger Loppacher, hab¨ªa organizado el 22 de junio una mesa redonda con Puyal, Joan Maria Pou, Bernat Soler y Llu¨ªs Flaquer, para debatir sobre Les retransmissions esportives en la 35? sesi¨®n del F¨°rum de la Comunicaci¨®. La sesi¨®n discurr¨ªa de manera amena e interesante hasta que la moderadora M¨°nica Planas, excelente cr¨ªtica de radio y televisi¨®n, puntillosa y atrevida, propuso un divertido ejercicio: cada invitado ten¨ªa que contar el defecto que m¨¢s se reprochaba a s¨ª mismo y las virtudes que admiraba de sus compa?eros, un juego que acab¨® con una celebrada retransmisi¨®n colectiva de un acto ¨²nico e in¨¦dito, digno de ser escuchado en las aulas y en las redacciones y no solo en la sesi¨®n matinal del Auditori de La Pedrera.
A Puyal le resucitaron entre Pou (¡°contigo empez¨® todo, Quim¡±), Flaquer (¡°siempre tiene ganas de volver a empezar, de crear, de innovar¡±) y Soler (¡°admiro su capacidad para motivarse y crear discursos precisos y an¨¢lisis ¨²nicos que trascienden al Bar?a¡±). Los tres convinieron en que el pasado de Puyal se sintetizaba en una reverencia inequ¨ªvoca, rematada con la calificaci¨®n de ¡°mestre¡±, y coincidieron en que se impon¨ªa apelar al futuro para seguir aprendiendo del pionero de las retransmisiones en catal¨¢n de los encuentros del Bar?a.
Aunque le gusta seguramente que le adulen, a Puyal le animan los retos y, sobre todo, la capacidad de reinventarse, y le estimula la competencia de quienes le merecen sus parabienes: ¡°Me gusta el esfuerzo de s¨ªntesis informativa y de precisi¨®n, y la capacidad para pasar del catal¨¢n al castellano sin darnos cuenta, de un periodista como Flaquer¡±. ¡°Admiro su inter¨¦s por querer saber, por hacerlo bien y por relacionar las cosas de Pou, cuyo discurso es alternativo al dominante¡±, prosigui¨® Puyal. Y remat¨®: ¡°Aplaudo la elegancia de Bernat Soler y su empe?o por ser positivista. No falta a nadie, es incapaz de hacer sangre y tiene la valent¨ªa de decir que un gol es bonito, si el gol es bonito, incluso cuando lo marca el Madrid¡±.
A Pou, un periodista con personalidad, ambicioso y especialista en conectar emocionalmente con el p¨²blico, le cuesta ¡°no escaparse de la pelota y salir del campo¡± cuando el partido no le gusta. A Flaquer le preocupa ¡°encontrar el tono, mejorar t¨¦cnicamente, describir los partidos a la velocidad que suceden las jugadas¡±, cuando se distingue precisamente por su facilidad para explicarse, para contar bien lo que ocurre, para que el relato no pierda sentido con independencia del idioma. Y Soler se desvive por dar con la mejor respuesta a cada situaci¨®n despu¨¦s de ser ¨²nico, en opini¨®n de Pou, ¡°a la hora de conjugar la pasi¨®n con la desdramatizaci¨®n sin que sea contradictorio¡±.
El debate aport¨® muchas claves para entender las transmisiones de Puyal, Pou, Soler y Flaquer. Los cuatro coincidieron en que su mayor preocupaci¨®n cuando debutaron fue c¨®mo cantar¨ªan los goles y que a los partidos hay que ir convenientemente preparado. Soler afirm¨® que los visualiza como si fuera un futbolista mientras Puyal entiende que se debe acudir al campo como ¡°un soldado que va a la guerra¡±. ¡°No es recomendable reunir unas cuantas frases hechas y soltarlas¡±, a?adi¨®, ¡°sino que hay que dejarse llevar por el est¨ªmulo¡± de forma honesta y rigurosa ¡ª¡°puedo estar triste pero debo ser honrado¡±¡ª sin olvidar que el oyente no necesariamente ve el partido. ¡°Hay un problema a?adido¡±, explic¨® Flaquer. ¡°En la radio se hace cada vez m¨¢s televisi¨®n y en la televisi¨®n se hace cada vez m¨¢s radio¡±. A m¨¢s tecnolog¨ªa, m¨¢s corales son las transmisiones. La diferencia no est¨¢ en lo que pasa sino en la mirada propia y c¨®mo se cuenta, en la creatividad y la gracia. ¡°El terreno de juego lo puso Puyal y ahora se trata de disputar el partido¡±, remach¨® Pou.
Eterno Puyal. Hasta ahora ten¨ªamos constancia de que ya se pod¨ªa morir, como anunci¨® despu¨¦s que el Bernab¨¦u aplaudiera a Ronaldinho. Ahora sabemos que hay momentos en que se querr¨ªa matar, una expresi¨®n que en catal¨¢n tiene m¨¢s connotaciones que en castellano, porque precisa mejor el sentimiento de frustraci¨®n que sufre quien aspira a la perfecci¨®n. Para suerte de todos, Puyal sigue, mejor acompa?ado que nunca en la vida y en la radio, y por tanto se mantiene el estilo, como ocurre con el juego del Bar?a; hay quien lo evoluciona y quien lo involuciona, una apreciaci¨®n que abona la necesidad de hacer una auditor¨ªa creativa como la que propuso Ferran Adri¨¤ sobre Johan Cruyff.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.