La izquierda mariana
Tal vez la izquierda incorrupta, como el brazo de Santa Teresa, deber¨ªa ponerse a trabajar y dejarse de preocupar por la crisis del catolicismo
La propuesta era original. Convertir la catedral de Barcelona en una escuela de m¨²sica y en un economato era una melod¨ªa que recordaba a la Marsellesa cuando, hace solo unos d¨ªas, la CUP propuso la expropiaci¨®n del gran templo de la capital. En la mejor tradici¨®n jacobina, se hurtaba su finalidad al templo. El espacio para el pueblo relevaba en la tradici¨®n al Culto a la Raz¨®n o al Ser Supremo. Robespierre se tom¨® tan a pecho los nuevos referentes que condujo personalmente una gran procesi¨®n hacia las Tuller¨ªas para inaugurar la nueva religi¨®n. Pero la verdad es que despu¨¦s de grandes ceremonias, Notre-Dame acab¨® convertida en un almac¨¦n. Y luego vuelta a la religi¨®n verdadera. Napole¨®n la utiliz¨® para pasar a la historia: se coron¨® emperador con las bendiciones del papa Pio VII, despu¨¦s de que el general Berthier hubiese encarcelado unos a?os antes a su antecesor Pio VI, que muri¨® en cautividad.
Tal como mostr¨® el emperador, el poder y la fuerza siempre acaban arrinconando a la raz¨®n. Primero derrot¨® militarmente a los Estados Pontificios, luego tom¨® prisionero al Papa y finalmente se hizo coronar emperador por su sucesor, P¨ªo VII, en Notre-Dame. Una catedral siempre es una catedral y un emperador siempre es un emperador. San Isaac de Dalmacia nunca dej¨® de ser un templo de referencia en Leningrado, aunque el monumental Esp¨ªritu Santo fuera sustituido por un gigantesco p¨¦ndulo de Foucault tras la Revoluci¨®n Bolchevique.
Los cambios de credo son un instante en la eternidad de la historia. Los gorros frigios sustituyeron por poco tiempo a las mitras en Notre-Dame, pero de la revoluci¨®n de 1789 quedan grandes legados fruto del combate contra esos poderes espirituales tan terrenales: la nacionalizaci¨®n y confiscaci¨®n de las tierras de la Iglesia cat¨®lica, la legalizaci¨®n del divorcio y la supresi¨®n de la potestad eclesi¨¢stica de recaudar y fijar impuestos. Algunos pa¨ªses han tardado siglos en su aggiornamento laico. En Espa?a, la transici¨®n a la democracia naci¨® con el pecado original de unos acuerdos entre el Estado y la Santa Sede que consagran una serie de privilegios del catolicismo. La izquierda gobernante durante a?os ha sido incapaz de revertir unos pactos que tienen condici¨®n de tratado internacional. Ni Alfonso Guerra, en su versi¨®n m¨¢s descamisada, toc¨® una coma de ese texto predemocr¨¢tico.
Por ello, m¨¢s que convertir la catedral de Barcelona en un monumento contra la ¡°gentrificaci¨®n y masificaci¨®n tur¨ªstica¡±, como afirmaba la proposici¨®n de la CUP de Ciutat Vella; m¨¢s que decir que el edificio ¡°est¨¢ en desuso espiritual y religioso para el que estaba destinado¡±, como a?ad¨ªa el texto anticapitalista; tal vez la izquierda incorrupta, como el brazo de Santa Teresa, deber¨ªa ponerse a trabajar y dejarse de preocupar por la crisis del catolicismo y, por supuesto, olvidarse de condecorar con la medalla de oro de la ciudad a la Virgen del Rosario, lo que el pasado mes de mayo hizo el alcalde podemita de C¨¢diz, Jos¨¦ Mar¨ªa Gonz¨¢lez Kichi. Al parecer, aunque cada vez son menos los ciudadanos que se confiesan cat¨®licos, la devoci¨®n mariana crece sorprendentemente entre la izquierda anticapitalista espa?ola. Es esa manera tan bien trazada en el personaje machadiano de Don Guido, que debe ser santo y se?a de los concejales socialistas y de Ciudadanos que decidieron junto a Podemos secundar con sus votos la espiritual iniciativa del Partido Popular gaditano.
S¨ª en cambio son relevantes iniciativas como la del Ayuntamiento de Badalona, que ha utilizado una sentencia del Tribunal de Justicia de la Uni¨®n Europea ¡ªque obligaba a una escuela cat¨®lica de Getafe (Madrid) a abonar los impuestos correspondientes por unas obras¡ª para reclamar el pago de IBI a locales eclesi¨¢sticos de la ciudad que se utilizan para actividades econ¨®micas. La asociaci¨®n Europa Laica cuantifica en 2.000 millones de euros lo que el Estado deja de ingresar en concepto de exenciones de impuestos a la Iglesia, de los que el IBI supondr¨ªa unos 700 millones. Desde 2003 la jerarqu¨ªa cat¨®lica inscribi¨® 4.500 propiedades a su nombre, sin publicidad y sin pagar impuestos, por la gracia de la reforma de la ley Hipotecaria de 1998, bajo el aznarato. Hay que empezar la casa por los cimientos, denunciar los acuerdos con la Santa Sede y dejar que si las hostias llevan o no gluten sea una cuesti¨®n que solo inquiete al vaticano dicasterio para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos.
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