Puigdemont vuela el ¨²ltimo puente

¡°Es un equipo de hooligans, sin distinciones¡±, insiste la misma fuente para definir al nuevo Gobierno catal¨¢n. No es que los tres consejeros salientes (Neus Munt¨¦, Jordi Jan¨¦ y Meritxell Ruiz) no fuesen independentistas, sino que defend¨ªan otra manera de hacer las cosas, tratando de evitar el escenario del enfrentamiento que se presagia. De ah¨ª que cuando Carles Puigdemont les consult¨® uno a uno hasta donde estaban dispuestos a llegar, los tres decidieran saltar del barco, aunque por motivos distintos. Su marcha marca un punto de no retorno y acaba con las voces m¨¢s moderadas. El ¨²ltimo puente de di¨¢logo que pod¨ªa suponer su presencia en la plaza de Sant Jaume ha saltado por los aires.

Puigdemont ya era independentista cuando en Catalu?a esa era una opci¨®n residual y en su adolescencia le ped¨ªa a su madre que le cosiera una bandera estelada con trozos de tela sobre una senyera, porque entonces no se pod¨ªa comprar en el bazar chino de la esquina. El president tiene ahora un equipo a su gusto, sin las herencias de obligada aceptaci¨®n que le dej¨® Artur Mas, para encarar los 77 d¨ªas que quedan hasta el 1 de octubre, sin importarle demasiado el precio del desgaste que ha pagado el PDeCAT, el partido al que formalmente pertenece y con el que cada vez parece marcar m¨¢s distancia.

Munt¨¦ se ha ido del Govern despu¨¦s de haber constatado una absoluta p¨¦rdida de confianza. El detonante se produjo el pasado 21 de febrero, cuando la portavoz de la Generalitat sali¨® en una rueda de prensa tras la reuni¨®n semanal en el Palau de la Generalitat y neg¨® categ¨®ricamente que Mariano Rajoy y Carles Puigdemont se hubiesen entrevistado en La Moncloa el 11 de enero.

En aquella ¨¦poca el l¨ªder del PP a¨²n confiaba en que el president asistiera a la conferencia de presidentes e intent¨®, sin ¨¦xito, persuadirle. El 22 de febrero, al d¨ªa siguiente del desmentido de Munt¨¦, la Generalitat confirm¨® el encuentro. Puigdemont la hab¨ªa enga?ado y la relaci¨®n no se recondujo con el paso de los meses.

La renuncia de Meritxell Ruiz responde m¨¢s a razones familiares. Es madre de dos hijos de corta edad y el escenario de una condena de prisi¨®n que les aleje de ellos le produce un enorme v¨¦rtigo. En el caso de Jordi Jan¨¦, que hab¨ªa sido diputado en el Congreso durante 16 a?os por CiU, siete de ellos como vicepresidente, la renuncia obedece tambi¨¦n al deseo de esquivar las consecuencias de una sentencia condenatoria. Jan¨¦ se marcha apenas unos d¨ªas despu¨¦s de haber logrado todo un ¨¦xito pol¨ªtico: que se reuniera la Junta de Seguridad de Catalu?a despu¨¦s de casi nueve a?os en la que se decidi¨® que los Mossos d'Esquadra participar¨ªan en los foros antiterroristas.

¡°No hemos llegado hasta aqu¨ª para arrugarnos a la primera¡±, explica un diputado del PDeCAT para resumir el escenario que se abre tras la marcha de esos tres consejeros y de Joan Vidal de Ciurana, secretario general de la Presidencia. Despu¨¦s de meses de insistencia por parte de Puigdemont, Oriol Junqueras ha aceptado asumir los preparativos del refer¨¦ndum y ponerse al frente, pero con la condici¨®n de que las decisiones sean colegiadas. La primera se producir¨¢ el pr¨®ximo martes, con un acuerdo de Govern para comprar las urnas que habr¨¢ que ver que firmas lleva.

Despu¨¦s vendr¨¢ la aprobaci¨®n de la ley del refer¨¦ndum que votar¨¢n 72 diputados de Junts pel S¨ª y la CUP, otro acto que Rajoy llevar¨¢ tambi¨¦n al Tribunal Constitucional y finalmente el decreto de convocatoria del 1 de octubre. Desde el Gobierno se invoca el cumplimiento de la ley como ant¨ªdoto contra el refer¨¦ndum y en ocasiones se olvida la determinaci¨®n que parece tener el Gobierno catal¨¢n para seguir adelante con sus pretensiones. El tablero de juego est¨¢ situado en un escenario de acci¨®n-reacci¨®n, en el que se promete proporcionalidad por parte de Rajoy sin considerar que Puigdemont y sus consejeros anuncian que no se dar¨¢n por aludidos si se les inhabilita o se les suspende de sus funciones porque est¨¢n dispuestos a ignorar esa ley. Al menos eso dicen.