Electr¨®nica contra la turismofobia
Brunch-In the Park re¨²ne en Montju?c a m¨¢s de 6.000 personas cada domingo de verano
¡°Nos gusta pensar que somos el ritual de los domingos¡±, asegura Lo?c Le Joliff, director del Brunch-In the Park. M¨ªsticas aparte, este evento de m¨²sica electr¨®nica nacido en Barcelona y exportado a Madrid, Lisboa y Par¨ªs, ha conseguido reunir por segundo a?o consecutivo a m¨¢s de 6.000 personas en una de las laderas de Montju?c. Familias, comida, arte y fiesta es la combinaci¨®n de esta iniciativa que no se identifica con el formato festival. Su director tiene clara la f¨®rmula del ¨¦xito: el car¨¢cter inclusivo.
Tocan las cinco de la tarde. Es domingo y empiezan las procesiones de j¨®venes que enfilan la cuesta camino de los jardines de Joan Brossa. El tercer evento de la segunda edici¨®n del Brunch-In the Park, que b¨¢sicamente se concentra entre julio y septiembre (en invierno-primavera se refugia en el Poble Espanyol), ha abierto sus puertas horas antes. Sin embargo, la transici¨®n de p¨²blico infantil a adulto no se produce hasta bien entrada la tarde. En el acceso, el dispositivo de seguridad revisa hasta el m¨¢s diminuto detalle bolsos, carteras y bolsillos. ¡°Vivimos en un mundo donde hay terrorismo y ahora el cacheo sirve tanto para drogas como para protecci¨®n del p¨²blico¡±, explica Le Joliff.
Ya en el interior, sobre el c¨¦sped artificial, los rezagados aprovechan para montarse en el tobog¨¢n de agua. M¨¢s de 200 ni?os han pasado por las actividades del Petit Brunch, la parte del evento pensada para los m¨¢s peque?os: roc¨®dromo, talleres de m¨²sica y cerca de 20 actividades dirigidas con la mejor electr¨®nica para pasar un mediod¨ªa de domingo en familia. ¡°A nivel econ¨®mico no es rentable, pero nos convierte en una propuesta peculiar¡±, afirma Le Joliff. Las entrades al evento cuestan entre 12 y 20 euros.
Brunch-In the Park ocupa el espacio del antiguo parque de atracciones de Montju?c. ¡°Cuando encontramos hace unos a?os el solar, aqu¨ª no hab¨ªa nada¡±, explica el director. El acuerdo de cesi¨®n del espacio p¨²blico con el Ayuntamiento ha permitido por primera vez a la organizaci¨®n dejar elementos de producci¨®n como el escenario de madera, el c¨¦sped artificial o las estructuras de sombra. El Consistorio les permite realizar un m¨¢ximo de 12 acontecimientos por a?o.
Con el atardecer, el p¨²blico joven se adue?a del recinto. Locales y extranjeros se entremezclan al ritmo de la mejor electr¨®nica en una combinaci¨®n peculiar. En plena eclosi¨®n de la turismofobia, el evento logra mantener un equilibrio aparentemente fragil, pero que funciona a la perfecci¨®n. Para Le Joliff, ¡°es un ejemplo de c¨®mo se puede gestionar a los turistas sin que el barcelon¨¦s se sienta afectado¡±.
La fiesta empieza a cerrar sus puertas a las 22 horas y los m¨¢s entregados son reclutados para seguir en la sala Apolo. La mayor¨ªa de los asistentes comienzan a desfilar colina abajo. Es uno de los momentos cr¨ªticos ya que concentra a muchas personas en el barrio del Poble Sec. Para encauzar el descenso, los organizadores han contratado cuatro autobuses de Transportes Metropolitanos de Barcelona, que realizan el trayecto hasta el Paral¡¤lel.
Actividad en pleno agosto
Le Joliff a¨²n recuerda las primeras reacciones al aterrizar en Barcelona con el proyecto bajo el brazo: ¡°Nos dec¨ªan que era imposible acabar un evento a las 10 de la noche y que no se pod¨ªa organizar nada en agosto porque no hab¨ªa nadie en la ciudad¡±. La celebraci¨®n del 20 aniversario del Centre de Cultura Contempor¨¤nia de Barcelona (CCCB) les brind¨® la oportunidad de poner cara y ojos a la iniciativa. Las entradas de los tres d¨ªas de evento se agotaron. De esto hace apenas tres a?os.
¡°Cuando naci¨® el concepto de brunch se pensaba en bacon, huevos, zumo de naranja y caf¨¦¡±, recuerda con una sonrisa el director. Repetir una notable asistencia media les coloca ya en la agenda de fin de semana de la ciudad y una gran alternativa de ocio. ¡°Quiz¨¢s Brunch¨CIn the Park est¨¦ ayudando a cambiar la manera de salir de mucha gente en Barcelona¡±.
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