Alcaldesa en los ratos libres

S¨°nia elabora vinos org¨¢nicos en una peque?a bodega familiar de un pueblo de menos de 500 vecinos de la Conca de Barber¨¤, a medio camino de Tarragona y Lleida. Al llamarla para que se preste a protagonizar el primer cap¨ªtulo del serial sobre profesiones veraniegas, uno podr¨ªa imaginarla sentada en su porche, con vistas a un campo de dorados cereales, catando copas de vino con parsimonia y arrullada por la calmosa atm¨®sfera rural. ¡°?C¨®mo? ?Vernos ma?ana, dices? Imposible, tengo mucho l¨ªo. Ll¨¢mame la semana que viene, a ver si tengo un hueco¡±, responde. S¨°nia Gom¨¤-Camps es la alcaldesa accidental de Barber¨¤ de la Conca, una aldea con un pasado irrefutable ¡ªaqu¨ª se cre¨® en 1894 la primera cooperativa vin¨ªcola de Catalu?a¡ª, pero que debe su popularidad m¨¢s reciente a la aparici¨®n de una misteriosa grieta que amenaza la preservaci¨®n de varias de sus casas y que ha obligado a cerrar la iglesia ante el peligro que el campanario se desplome.

Propietaria, junto con su marido, del Celler Carlania y madre de dos hijos, S¨°nia tiene todos sus ratos muy ocupados. M¨¢s a¨²n desde que Marc, el alcalde del pueblo, se fue de vacaciones a la playa y la nombr¨® alcaldesa accidental. Al fin, da el visto bueno para citarnos en el Ayuntamiento y charlar mientras se celebra una comisi¨®n informativa donde se deben debatir algunos asuntos que afectan al municipio.

Barber¨¤ de la Conca no es un torbellino de actividad: no hay ni oposici¨®n municipal

Barber¨¤ de la Conca no es un torbellino de actividad. Cerca de la casa consistorial tan solo hay un cajero. Ni rastro de bares. La lectura de los folletos que decoran el tabl¨®n de anuncios ameniza la espera. ¡°Se venden dos nichos nuevos. A buen precio¡±, publicita un papel escrito a mano y con pulso firme. S¨°nia llega con el tiempo justo. El equipo de gobierno recibe con trato cordial al extra?o. Silencio total de la oposici¨®n: no la hay. Desde 1979, solo una vez los vecinos pudieron votar a m¨¢s de una lista en las municipales. ¡°Aqu¨ª nadie quiere ser del Ayuntamiento¡±, informa S¨°nia. Sus concejales, Maria Ant¨°nia, Guillem y Jordi, asienten. ¡°En Montblanc (municipio vecino y capital de comarca) pueden hacer reuniones por la ma?ana, pero aqu¨ª todos trabajamos y tenemos que quedar a partir de las ocho de la noche¡±, indica Guillem. La paga que reciben no ayuda a estimular vocaciones: 12 euros por sesi¨®n. ¡°Esto es un voluntariado¡±, coinciden. Debaten sobre la necesidad de desbrozar y acicalar una fuente y recuerdan las goteras que hay en un local que usan los j¨®venes del pueblo. Tambi¨¦n valoran organizar una carrera popular que se har¨ªa coincidir con la Festa del Trepat. ¡°?Hay dinero para eso?¡±, pregunta S¨°nia. ¡°Tenemos un presupuesto muy limitado y siempre estamos llorando¡±, se?ala Maria Ant¨°nia. La ornamentaci¨®n de la sala confirma que la tesorer¨ªa debe de ser exigua. Encima de la mesa hay un portal¨¢pices pintado con los motivos del 75? aniversario de Caixa Pened¨¨s. La reliquia tiene ya casi 30 a?os.

¡°?Me miraste aquel tema?¡±, insisten los vecinos al cruz¨¢rsele cada d¨ªa por la calle

Todos confiesan contar los d¨ªas para que termine la legislatura. No piensan repetir. M¨¢s tarde, y ya en su coqueta bodega, S¨°nia indica que estar en el ayuntamiento de un pueblo implica ¡°no desconectar nunca¡±. No exige aprender a sobrevivir con una agenda llena de reuniones, sino m¨¢s bien aceptar que las demandas de la gente llegar¨¢n a medida que te encuentren por la calle. ¡°?No me has mirado aquel tema?¡±, apunta la alcaldesa que es una petici¨®n habitual. ¡°Esto quema¡±, lamenta. El ¨²ltimo domingo pas¨® parte de la tarde al tel¨¦fono porque una de las cuidadoras de la guarder¨ªa enferm¨® y el lunes no acudir¨ªa al trabajo. ¡°Son cosas que tienes que ir solucionando sobre la marcha¡±. No es una persona a quien la achiquen los retos. Con un empleo fijo y seguro en la empresa familiar, la potente papelera Gom¨¤-Camps, S¨°nia hizo las maletas para irse a faenar al campo. ¡°No me arrepiento¡±, dice cuando se refiere a sus vi?as. Los ratos de pol¨ªtica, s¨ª la han hastiado.