Nuevos convoyes para una ciudad distinta
Los JJOO coincidieron con la inauguraci¨®n de los trenes de vagones continuos en el metro
La transformaci¨®n para los Juegos Ol¨ªmpicos enterraron para siempre situaciones y paisajes profundamente enraizados en la esencia del barcelon¨¦s: los ba?os de Sant Sebasti¨¤, los tinglados de la Barceloneta, el chabolismo en primera l¨ªnea de playa¡ Pero la cita ol¨ªmpica coincidi¨® con otros cambios m¨¢s sutiles. Desde entonces, por ejemplo, no se puede cambiar de vag¨®n en el metro, experimentando ese v¨¦rtigo moment¨¢neo de salir a los t¨²neles.
Hace 25 a?os, Transportes Metropolitanos de Barcelona (TMB) estren¨® los convoyes de la serie 2000, un nombre con una intenci¨®n futurista escogido para identificar a los primeros trenes continuos de la red. En ellos no era necesario abrir la puerta, salir al exterior, y as¨ª poder pasar al siguiente vag¨®n. Una maniobra que todo barcelon¨¦s preol¨ªmpico recuerda y que a las nuevas generaciones les suena a historia de las cavernas. Tanto como un carrete de fotograf¨ªa o la m¨²sica en cassete.
El entonces alcalde Pasqual Maragall y el presidente del Comit¨¦ Ol¨ªmpico Internacional (COI) Juan Antonio Samaranch presidieron el recorrido inaugural a bordo de los nuevos convoyes. Los nuevos juguetes del transporte p¨²blico barcelon¨¦s eran seis trenes (30 coches) con una estructura muy cuadrada y la construcci¨®n fue encargada a CAF, Meinfesa i GEC-Alstom. Contaban con motores Mitsubishi y su coste fue de 2.880 millones de pesetas. El ¨²ltimo se le entreg¨® a TMB en 1997.
Maragall y Samaranch, informa la prensa de la ¨¦poca, viajaron el seis de agosto desde la estaci¨®n de Maria Cristina hasta la del Paralelo de la l¨ªnea tres. Los nuevos trenes, sin embargo, se hab¨ªan comprado pensando en la futura l¨ªnea dos del metro, que se estren¨® en 1995 y que se encontraba en plena construcci¨®n. Y s¨ª, en la Barcelona ol¨ªmpica deslumbrada por el pebetero encendido por la flecha de Antonio Rebollo o la primera participaci¨®n del Dream Team de baloncesto en unos Juegos, la experiencia de montar en el tren continuo generaba curiosidad entre los ciudadanos.
Viajar en metro, entonces, era otra cosa. El billete sencillo para el subterr¨¢neo costaba 90 pesetas frente a los 2,15 euros de hoy. La tarjeta de 10 viajes, 510 pesetas o 460, si se compraba con posibilidad de intercambio con tren. Para los Juegos, TMB sac¨® una tarjeta especial de tarifa plana para uno, tres, siete o 16 d¨ªas y con la que, explican desde la empresa, se hicieron casi tres millones de viajes.
Y viajar por el metro tambi¨¦n era diferente. El 1992 comenz¨®, de hecho, con la puesta en marcha del tramo Santa Coloma ¨C Fondo. Esta ¨²ltima estaci¨®n, de hecho, fue la primera en ser adaptada con ascensores. El subterr¨¢neo de la Barcelona ol¨ªmpica costaba de una red de 71 kil¨®metros y 99 estaciones. De acuerdo a la memoria de ese a?o de TMB, la red movi¨® 272 millones de usuarios. A pesar del impulso de los Juegos, el pasaje cay¨® un 2,3% con respecto a 1991, algo que la empresa atribuy¨® a la desaceleraci¨®n econ¨®mica y a la puesta en marcha de las rondas.
La actual red de metro cuenta con 119 kil¨®metros y 156 estaciones. Un visitante de la ¨¦poca que regresara a la ciudad se encontrar¨ªa con un mapa del subterr¨¢neo no muy distinto pero s¨ª m¨¢s amplio: La l¨ªnea 2 se abri¨® en 1995. En el 2001, la l¨ªnea tres lleg¨® hasta Canyelles. Para el F¨®rum de las Culturas se adapt¨® una nueva parada en la l¨ªnea amarilla y empez¨® a funcional la L11. En 2009 , arranc¨® la a¨²n inacabada l¨ªnea 9 y el metro lleg¨® al Carmel, con susto incluido. Y el a?o pasado, por fin, el subterr¨¢neo lleg¨® al aeropuerto. La gran asignatura pendiente: la uni¨®n de los dos tramos de la L9.
?Y los trenes 2000? Pues a¨²n circulan por los t¨²neles de la l¨ªnea 3, donde conviven con los de las series 3.000 y 5.000. En enero de 2015, TMB anunci¨® que pasar¨ªan por el taller para un lifting que permitir¨¢ mantenerlos en funcionamiento por muchos a?os. En t¨¦rminos ferroviarios 25 a?os no son casi nada. La empresa espera que el pr¨®ximo a?o los seis trenes hayan pasado por los talleres para cambios t¨¦cnicos, est¨¦ticos y de equipamiento.
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