¡°Espa?a deber¨ªa ser m¨¢s contundente con los portales de alojamientos¡±

En plena crisis por los brotes de turismofobia en Barcelona, Baleares o Madrid, el secretario auton¨®mico de Turismo de la Generalitat Valenciana, Francesc Colomer, asegura rotundo que en la Comunidad Valenciana no se da el fen¨®meno. No obstante, este alto cargo p¨²blico apunta que la nueva ley auton¨®mica de Turismo, en fase de aprobaci¨®n, multiplicar¨¢ por 20 las sanciones por infracciones graves (aumentan de 30.000 a 600.000 euros) a los portales que registren alojamientos tur¨ªsticos clandestinos. En los dos ¨²ltimos a?os m¨¢s de 30.000 de estos pisos han aflorado y legalizado su situaci¨®n en la comunidad aut¨®noma pero Colomer exige una regulaci¨®n m¨¢s estricta para los portales de alojamientos porque "no son hermanitas de la caridad sino gigantes globales".

Pregunta. ?Tenemos un problema de masificaci¨®n tur¨ªstica?

Respuesta. En sentido negativo, no. El turismo es parte de la respuesta, la base esencial de nuestro relato como sociedad abierta y cosmopolita. Seg¨²n la Organizaci¨®n Mundial del Turismo (OMT), en 2016 viajaron en el mundo por motivos tur¨ªsticos 1.200 millones de personas; en 2020 ser¨¢n 1.800 millones los que se mover¨¢n por un viaje tur¨ªstico. Por tanto, es un fen¨®meno global que transformar¨¢ el mundo si lo vinculamos a unos valores y prop¨®sitos, m¨¢s all¨¢ del negocio que es muy importante. Montesquieu dec¨ªa que el comercio nos abre a la paz, el turismo es la paz directamente. La OMT se ha equivocado poco en sus pron¨®sticos sobre el turismo, con sus vaivenes, con los brexit, con sus zonas calientes, y no va a parar de crecer y eso es positivo. El secretario general de la OMT, Taleb D. Rifai, dijo hace poco que tenemos que aprender a gestionar la saturaci¨®n y en eso tenemos que aplicarnos. Tendremos puntas de saturaci¨®n pero nuestro reto es redirigirlo y que fluya por todo el territorio.

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P. ?Ha detectado la Ag¨¨ncia Valenciana de Turisme brotes de turismofobia?

R. Todas las fobias son malas. Dicho esto, el presidente valenciano [Ximo Puig] lo ha repetido y negamos la mayor. Puede haber, como en todos los sectores de la econom¨ªa, alg¨²n desencuentro o disfunci¨®n pero es normal. Nos pasa con la sociedad local, con la estacional¡­ Pero de ah¨ª a pontificar sobre la turismofobia, en absoluto.

P. Se d¨¦ en mayor o menor medida que en otros sitios, lo cierto es que en Valencia ya ha habido protestas contra los apartamentos tur¨ªsticos. ?Qu¨¦ est¨¢ haciendo la Generalitat para prevenir?

R. Nuestra futura ley de turismo, ocio y hospitalidad, a punto de llegar al Parlamento valenciano, es casi una transcripci¨®n del C¨®digo ?tico Mundial del Turismo, y en septiembre comenzaremos una campa?a con m¨¢s de 200 acciones formativas donde explicaremos a los valencianos la importancia del turismo para nuestra econom¨ªa y nuestra sociedad. De todos modos, esta es una tierra de tolerancia: ahora est¨¢ en marcha el festival de m¨²sica Rototom en Benic¨¤ssim [Castell¨®n], con 240.000 personas previstas y una buena ordenaci¨®n y gesti¨®n de los flujos de visitantes. El Festival Internacional de Benic¨¤ssim (FIB), con 23 a?os de trayectoria y miles de asistentes, es tambi¨¦n un ejemplo de convivencia, doy fe.

P.? Pero los vecinos denuncian la presi¨®n tur¨ªstica, el encarecimiento de los alquileres en sus barrios. Son quejas leg¨ªtimas.

¡°Tenemos que aprender a gestionar la saturaci¨®n tur¨ªstica¡±

R. El problema viene del intrusismo profesional, del alojamiento tur¨ªstico clandestino. El turismo es una actividad reglada y todo lo que queda fuera de esa ¨®rbita genera problemas de saturaci¨®n y descontrol. Ya hemos trasladado al Gobierno espa?ol, a la Secretar¨ªa de Estado de Turismo, que debemos ser m¨¢s activos ante la Uni¨®n Europea para evitar la fragmentaci¨®n de las legislaciones. Porque es un caldo de cultivo ideal para que las plataformas salgan bien libradas. Espa?a deber¨ªa ser mucho m¨¢s contundente con las plataformas de alojamientos. Ha de ser una respuesta coral contra la picaresca de toda la vida, contra la econom¨ªa sumergida. En la Generalitat hemos abierto expedientes por irregularidades y los hemos llevado hasta las ¨²ltimas consecuencias, con sanciones a las plataformas. Adem¨¢s, en la nueva ley multiplicamos por 20 el importe de las multas [de 30.000 euros a 600.000] porque enfrente no tenemos hermanitas de la caridad, ni ONG, sino gigantes globales, con una potencia enorme.

P. ?A qui¨¦nes se multa?

R. A los que comercialicen viviendas tur¨ªsticas que no est¨¦n en el Registro auton¨®mico. Hay un registro de profesiones, de empresas y de alojamientos tur¨ªsticos, donde se marcan todas las derivadas tributarias, de seguridad, accesibilidad y habitabilidad. Y es bien poco. Pronto se podr¨¢ registrar una vivienda tur¨ªstica por v¨ªa telem¨¢tica y las condiciones no son draconianas. Solo en el mes de julio hemos aflorado 1.600 alojamientos de este tipo en la comunidad aut¨®noma.

P. Ha dicho que Espa?a deber¨ªa de tener una posici¨®n m¨¢s activa ante la UE. ?A qu¨¦ se refiere?

R. Me refiero a las caracter¨ªsticas que tiene que tener la econom¨ªa colaborativa. En los ¨²ltimos a?os nuestras percepci¨®n es que la Uni¨®n Europea hab¨ªa adoptado una postura donde se identificaba demasiado la econom¨ªa colaborativa con la libertad de empresa y la desregulaci¨®n. En los ¨²ltimos dict¨¢menes ya parece que dicen s¨ª a la econom¨ªa colaborativa, a los nuevos modelos de negocio, pero dentro de un orden, m¨¢s regulados. Y ah¨ª es donde Espa?a deber¨ªa adoptar una posici¨®n de mayor defensa del turismo como una actividad profesionalizada y reglada.

P. ?En qu¨¦ sentido?

R. Defender en Europa una normativa clarificadora y contundente que asocie la econom¨ªa colaborativa con una econom¨ªa reglada, sujeta a normas. Una posici¨®n menos contemplativa con las grandes plataformas. Que la UE tuviese una posici¨®n m¨¢s contundente contra las plataformas.

P. Baleares est¨¢ fijando l¨ªmites de plazas tur¨ªsticas. ?El Gobierno valenciano est¨¢ en ese punto?

R. No, aunque ¨¦se es un ¨¢mbito de debate de los ayuntamientos, v¨ªa planes generales de ordenaci¨®n, que es donde se definen los usos del suelo del municipio. Todos tienen que ayudar pero las ciudades deben saber qu¨¦ quieren ser, qu¨¦ papel quieren jugar. A m¨ª me ense?aron que un PGOU es a una ciudad lo que una Constituci¨®n a un Estado.

P. ?Qu¨¦ le parecen los ataques al turismo en Barcelona, Baleares¡­?

R. Pues mal. Con las fobias y la violencia no se construye nada. Son casos aislados, no son el espejo de la sociedad que conozco, ni de Catalu?a ni de Baleares, no es representativo. Si es un problema de capacidad de carga, pues gestionemos la saturaci¨®n de mercado como dijo Rifai. Ojal¨¢ en 2018 se hayan recuperado nuestros competidores T¨²nez, Turqu¨ªa y Egipto [como afirman algunos pron¨®sticos] porque se redimensionar¨ªan las cosas. Nuestra obligaci¨®n ahora es ofrecer nuestra mejor versi¨®n, prescribir muy bien lo que somos y fidelizar al visitante. Tenemos que aprender que los grandes flujos de turistas no tienen que despersonalizar nuestro territorio. Tenemos que gestionar nuestra autenticidad, nuestra singularidad en un mundo global.

P. Son contrarios a una tasa tur¨ªstica, ?por qu¨¦?

R. El Gobierno valenciano no la contempla porque no iba en nuestro programa electoral y todav¨ªa hay muchos mercados emisores muy dependientes del precio. Adem¨¢s, ?por qu¨¦ el alojamiento tur¨ªstico tiene que cargar con una tasa, cuando el turismo beneficia al conjunto de la econom¨ªa? Hay muchos sectores que se benefician del turismo, por ejemplo, los supermercados. Sin embargo, no hay tasas para ellos y s¨ª para los hoteles. Me parece una mirada reduccionista. A m¨¢s impuestos no est¨¢ garantizada una mayor recaudaci¨®n. Kant dec¨ªa que nadie deb¨ªa sentirse extranjero en ning¨²n lugar de la tierra por ser esta esf¨¦rica. Yo reivindico la hospitalidad del Mediterr¨¢neo. ?Por qu¨¦ tengo que poner dos precios; uno al de fuera y otro al de dentro? El turista no viene de gorra, consume y paga por todo.