El testigo que llam¨® al 112: ¡°El terrorista silb¨® para pedir ayuda¡±
Un vecino relata que Abouyaaqoub acudi¨® a una casa donde hasta hace un a?o viv¨ªan marroqu¨ªes
Younes Abouyaaqoub, el terrorista de La Rambla, busc¨® en vano la ayuda de alg¨²n conocido minutos antes de ser abatido por los Mossos d'Esquadra. Lo explica Agust¨ªn A., un vecino de Subirats que llam¨® al tel¨¦fono de emergencias 112 para alertar de la presencia de un individuo sospechoso. Su llamada y los datos que ha aportado a la investigaci¨®n apuntan a la posibilidad de que Abouyaaqoub buscara cobijo o asistencia en una casa en la que, hasta hac¨ªa un a?o, resid¨ªa una familia marroqu¨ª.
Agust¨ªn vive en una de las cinco casas adosadas cercanas al lugar donde Abouyaaqoub fue abatido, en una zona de vi?edos de Subirats, a 50 kil¨®metros de Barcelona. "Es una zona aislada", explica. Hasta hace un a?o, en una de esas casas viv¨ªa una familia marroqu¨ª formada por un hombre, su mujer y una ni?a de tres a?os. "Desaparecieron sin m¨¢s. No s¨¦ nada porque, especialmente el hombre, nunca hablaba con nadie".
El nuevo propietario de la vivienda es un argentino que, poco antes de las 16 horas de este lunes, escuch¨® c¨®mo un joven silbaba desde la parte trasera de la vivienda, que da a unos huertos. Cuando se asom¨® a la ventana para comprobar qui¨¦n era, el joven -que result¨® ser el autor de la masacre de La Rambla- "se march¨® en otra direcci¨®n" como contrariado por no haber encontrado a la persona que buscaba.
Todo eso se lo explic¨® el hombre argentino a Agust¨ªn, que con esa informaci¨®n llam¨® al 112. "Escuch¨® que silbaba como para llamar la atenci¨®n, para pedir ayuda. Y se top¨® de cara con ¨¦l. Cuando vino a explic¨¢rmelo, estaba muerto de miedo. Y decid¨ª llamar a la polic¨ªa", explica Agust¨ªn, que es cazador.
"Yo no vi nada, pero llam¨¦ y les expliqu¨¦ con detalle lo que mi vecino hab¨ªa visto. Era un chico con pantal¨®n oscuro, camisa azul marino y unas zapatillas negras con suela blanca". Son las mismas zapatillas con las que Abouyaaqoub aparece en las im¨¢genes captadas por las c¨¢maras de seguridad y difundidas por los Mossos d'Esquadra. El vecino le explic¨® que el chico "parec¨ªa que iba medio drogado o medio borracho".
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"A los pocos minutos, vimos c¨®mo empezaron a circular por la carretera muchos veh¨ªculos policiales que se desplazaban hacia all¨ª", a?ade Agust¨ªn, satisfecho por el abatimiento del terrorista. Antes de su llamada, otras dos pusieron sobre la pista de Abouyaaqoub: la de una mujer, experta en fisonom¨ªa, que dijo haberle reconocido sin ning¨²n g¨¦nero de dudas; y la de tres mandos policiales que tambi¨¦n creyeron ver al sospechoso en la zona y activaron un dispositivo de b¨²squeda.
Dos agentes de seguridad ciudadana de la vecina Vilafranca lo encontraron, finalmente, agachado en una zona de vi?edos. El joven, de 22 a?os, se abri¨® entonces la camisa y exhibi¨® un cintur¨®n con explosivos. Se acerc¨® a ellos gritando "?Al¨¢ es grande!" en ¨¢rabe. Ante la duda -los cinturones resultaron ser falsos- los mossos abrieron fuego y el terrorista muri¨® en el acto. El an¨¢lisis de las huellas dactilares sirvi¨® para confirmar, sin ning¨²n g¨¦nero de dudas, su identidad.
Agust¨ªn proporcion¨® a los Mossos detalles sobre la familia marroqu¨ª instalada en esa casa, y a la que supuestamente Abouyaaqoub acudi¨® en busca de auxilio despu¨¦s de cuatro d¨ªas de huida que, ahora, la polic¨ªa trata de reconstruir. El cazador permaneci¨® junto a los mossos que peinaron los alrededores donde pereci¨® el terrorista hasta por la noche. Pese a que los investigadores dan por desarticulada la c¨¦lula autora del atentado (formada por 12 personas), no descartan que dispusieran de una red de colaboradores o de personas que les ofrecieron apoyo log¨ªstico.
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