¡°Si la polic¨ªa carga te llevas a pap¨¢ a casa¡±
Larga jornada en una escuela barcelonesa en la que se pudo votar, pero a trompicones y con cuentagotas
Helic¨®pteros, sirenas, convoyes de antidisturbios arriba y abajo, barricadas, estupefacci¨®n, hostias; la ciudad cada vez m¨¢s empapada ¡ªsolo faltaba ayer la lluvia¡ª y cabreada, muy cabreada. Frente a la barcelonesa escuela del Tur¨® del Cargol, junto al parque G¨¹ell, cuando empezaron a circular las noticias de las cargas policiales a¨²n segu¨ªa el buen rollo que hab¨ªa imperado desde la madrugada. En cualquier momento las escenas de las pantallas de los m¨®viles se pod¨ªan repetir aqu¨ª, D¨¦u no ho vulgi (Dios no lo quiera), se santiguaba una se?ora. ¡°Si la polic¨ªa carga te llevas a pap¨¢ a casa¡±, advert¨ªa un hombre a su pareja. Dos personas que llevaban una identificaci¨®n de ¡°observadores de vulneraci¨®n de derechos en contexto de protesta¡± repart¨ªan octavillas en las que se informaba de qu¨¦ hacer en caso de detenci¨®n. Una se?ora cogi¨® una y, mientras la iba leyendo, palidec¨ªa.
A las cinco ya hab¨ªa unas 200 personas cerrando filas ante la puerta, que ten¨ªa la reja echada y estaba ocupada por otras 40 que hab¨ªan pernoctado y cantaban L¡¯Estaca. Luego interpretaron Bon dia, coreado por todos, Al mar y Bella Ciao, que result¨® m¨¢s acorde con el desarrollo de la jornada. En la calle funcionaba un puesto improvisado de suministro de chocolate a la taza y magdalenas. Hab¨ªa personas con sillas plegables. Un hombre mayor, que fue el que llev¨® la voz cantante, nos dijo que cuando vinieran los mossos deb¨ªamos sentarnos en el suelo y hacer de ¡°masa cr¨ªtica¡± para proteger la entrada. Gritos de Votarem, votarem, un mantra hit como el Tonight, Tonight.
Permanecimos horas bajo una llovizna espor¨¢dica a la luz primero de las farolas y el enf¨¢tico letrero de Lliure del aparcamiento vecino. Pas¨® un taxi en cuyo asiento de atr¨¢s se ve¨ªan dos grandes fardos. Seg¨²n unos eran las urnas, otros creyeron ver esp¨ªas. ¡°Hay infiltrados aqu¨ª¡±, se?al¨® un se?or mayor con boina tipo maquis. Los de alrededor miramos hacia otro lado: a ver si se pensaban que ¨¦ramos de la Quinta Columna y no nos merec¨ªamos el chocolate.
Se pidieron tres personas para la mesa 18. ¡°Yo estoy con fiebre¡±, se escaque¨® uno. Fue llegando m¨¢s gente. Amplia variedad, de la chica antisistema a las se?oras Uniqlo. Se o¨ªan sirenas. ¡°No vienen aqu¨ª¡±, ¡°pero en alg¨²n momento llegar¨¢n¡±. ¡°?Qu¨¦ emocionante es esto!¡±, exclam¨® una viejecita. Aparecieron dos mossos. Se retiraron sonrientes, despedidos con un ¡°?viva la polic¨ªa de la rep¨²blica!¡±. Se abri¨® el colegio. A votar. La alegr¨ªa dur¨® poco, se cay¨® el sistema inform¨¢tico. Un escalofr¨ªo de humedad y decepci¨®n recorri¨® la cola. Pero se volvi¨® a remontar. Votarem, votarem!: lo hicieron todos. Solo quedaba ¡°salvar el recuento¡± y que no vinieran, ?ai, Dolors!, los de las porras.
El desaf¨ªo independentista catal¨¢n
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