Un d¨ªa para la revoluci¨®n juvenil
El cierre de institutos y universidades permite que miles de estudiantes tomen las calles de Barcelona durante la jornada de protestas
Miles de adolescentes y universitarios tomaron ayer las calles de Barcelona en un ambiente de euforia revolucionaria. Los adultos tambi¨¦n se sumaron en alg¨²n momento a las diferentes marchas organizadas durante la jornada de huelga, pero con las escuelas y las universidades cerradas los j¨®venes de la ciudad ten¨ªan todo el tiempo para pulular de movilizaci¨®n en movilizaci¨®n entre la fiesta y el cabreo.
Grupos de amigos, menores y sobre todo veintea?eros desfilaban desbordantes de energ¨ªa y ansiosos de emociones. Recorr¨ªan las principales arterias de Barcelona en una curiosa mezcla, organizados por su cuenta o bajo el paraguas de organizaciones pol¨ªticas y sindicales. El hecho de que el metro, los autobuses y los ferrocarriles de la Generalitat no funcionaran entre las 9.30 de la ma?ana y las cinco de la tarde forz¨® que estos manifestantes se desplazaran a pie por la ciudad, generando un collage entre excursi¨®n escolar y mayo del 68.
Las mel¨¦s de j¨®venes interrump¨ªan espont¨¢neamente el tr¨¢fico de calles como la avenida Diagonal y desfilaban con los c¨¢nticos habituales de los ¨²ltimos d¨ªas, siendo el hit del mundo antisistema ¡°el carrer ser¨¤ sempre nostre¡± el m¨¢s repetido, incluso por parte de chicos y chicas de casa bien procedentes de Sant Gervasi que cruzaban el Tur¨® Park en direcci¨®n a la sede del Partido Popular. El punto caliente en la zona alta eran las oficinas catalanas del PP. 3.000 personas se concentraci¨®n all¨ª para expresar su descontento con la polic¨ªa o para increpar a periodistas de medios de comunicaci¨®n que intentaban entrevistar a miembros del cuerpo de bomberos que all¨ª se manifestaban. En los barrios m¨¢s acomodados el seguimiento de la huelga era dispar y los revolucionarios en la sede del PP pudieron tomarse una ca?a en la terraza de un cl¨¢sico como el bar Piper¡¯s, aunque probablemente no cuenten como clienta en el futuro con la concejal de la CUP en Tarragona Laia Estrada, que asegur¨® en Twitter que tomaba nota ¡°de los bares, restaurantes y comercios que se implican en la denuncia de la represi¨®n y se sit¨²an al lado del pueblo, y de los que no¡±.
En el distrito de Gr¨¤cia parec¨ªa domingo y solo abrieron los restaurantes libaneses, italianos y los comercios regentados por pakistan¨ªes. Numerosas personas con esteladas y estandartes de la ANC o de ?mnium se agolpaban en estos establecimientos para recuperar energ¨ªas despu¨¦s de tanto andar y vociferar.
¡®Esteladas¡¯ a cinco euros
En el Eixample y en Ciutat Vella, las tiendas de chinos expon¨ªan a pie de calle su surtido de banderas. El matrimonio que regentaba el bazar El Dorado, en la ronda de Sant Pere frente al monumento a Rafael de Casanova, no daba abasto de las personas que se deten¨ªan para adquirir los complementos ideales para el uniforme rebelde. Las esteladas eran el producto m¨¢s solicitado y costaban cinco euros, el mismo precio que las rojigualdas que tambi¨¦n ten¨ªan en el escaparate. Las casta?uelas y los abanicos toreros quedaron aparcados en la selecci¨®n favorita de los turistas: cuatro californianos compraron las esteladas de El Dorado y, poni¨¦ndoselas a modo de capa, como marca la etiqueta indepe, se hicieron un selfie con las masas de fondo que se dirig¨ªan hacia la protesta en Via Laietana. All¨ª tambi¨¦n hab¨ªa vendedores ambulantes entre los manifestantes que cargaban las banderas en mochilas y que se mostraban m¨¢s dispuestos al regateo.
La estatua a Casanova parec¨ªa contemplar el trasiego de patriotas. Nadie se deten¨ªa a honrar la memoria del h¨¦roe de 1714, entre otras cosas porque muchos de los que andaban por la ronda de Sant Pere eran j¨®venes que nunca han asistido a las ofrendas florales del 11 de septiembre. Las Diadas de las nuevas generaciones de independentistas son masivas, coreografiadas y excitantes, como pasar de jugar con la Game Boy a la Play Station 4, pero en la vida real.
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