Las fotograf¨ªas repatriadas de Susan Meiselas
La Fundaci¨®n T¨¤pies expone las im¨¢genes de denuncia de la fotoperiodista americana
Una fotograf¨ªa congela un instante para siempre, pero el formato no siempre cumple todas las expectativas y genera muchas preguntas sobre el c¨®mo, el cu¨¢ndo y el porqu¨¦ de lo que estamos viendo. La fot¨®grafa norteamericana Susan Meiselas (Baltimore, 1948) siempre se ha hecho estas y otras muchas otras preguntas con la intenci¨®n de conocer las historias de los protagonistas que aparecen en sus im¨¢genes. Y no es algo anecd¨®tico. La primera serie que le dio fama y la llev¨® a ingresar en la agencia Magnun fue la que realiz¨® entre 1972 y 1975 de las j¨®venes strippers que se instalaban en carpas ambulantes en Nueva Inglaterra. La hizo a lo largo de tres veranos consecutivos. No solo las fotografi¨®, las grab¨® en audio, tambi¨¦n a sus clientes y a sus m¨¢nagers creando un testimonio de m¨²ltiples perspectivas.
En la Fundaci¨®n Tapies puede verse este impresionante reportaje en blanco y negro hasta el 14 de enero dentro de la retrospectiva con sus trabajos realizados desde los a?os setenta hasta la actualidad. Pero tambi¨¦n la correspondencia entre las strippers y la fot¨®grafa en las que se ve c¨®mo pact¨® la imagen que dar¨ªa de ellas en su reportaje. El di¨¢logo entre la fot¨®grafa y sus protagonistas es constante en una obra marcada por la presencia de guerras, derechos humanos, identidad cultural o el sexo.
¡°La fotograf¨ªa tiene sus l¨ªmites, no s¨¦ si representa toda la verdad. El tiempo se detiene en una imagen, pero para la gente no. La fotograf¨ªa es un punto de partida para construir un relato, pero lo importante es ver qu¨¦ revela una foto en el presente y que revelar¨¢ en el futuro sobre el pasado. Una foto tiene una presencia en el tiempo que es muy dif¨ªcil anticipar¡±, explica esta experimentada mujer que ha vivido muchos de los conflictos b¨¦licos que han llenado p¨¢ginas e informativos en las ¨²ltimas d¨¦cadas. La exposici¨®n se llama Mediaciones, ¡°una coincidencia extraordinaria¡± con los ¨²ltimos acontecimientos que se est¨¢n viviendo en Catalu?a y que Meiselas ha aprovechado para recoger con su c¨¢mara en un buen n¨²mero de im¨¢genes que ha compartido en la red.
Meiselas ha mostrado la revoluci¨®n sandinista de Nicaragua frente al dictador Somoza, con algunas de sus im¨¢genes ic¨®nicas como las protagonizado por ¡°Molotov man¡± y las primeras fotograf¨ªas de la revoluci¨®n que se publicaron en la prensa estadounidense con unos j¨®venes de la ciudad de Monimb¨® lanzando bombas. Fotografi¨® el comienzo de la revuelta, pero como hizo con las strippers ella sigui¨® el proceso que llev¨® al gobierno a los revolucionarios y pasados los a?os busc¨® a los protagonistas de sus im¨¢genes para saber qu¨¦ hab¨ªa sido de ellos. La exposici¨®n permite, no solo ver la imagen que ella capt¨® y como la seleccion¨® de su hoja de contactos y c¨®mo se public¨® en revistas y diarios. Tambi¨¦n y mediante una aplicaci¨®n puede verse a partir de la fotograf¨ªa un v¨ªdeo en el que se explican c¨®mo vivieron y recuerdan el instante que aparece en las im¨¢genes. Meiselas siempre se ha mantenido fiel a la idea de ¡°repatriar la fotograf¨ªa, a obligarse a devolver las im¨¢genes al lugar y a las personas que las protagonizan y donde han sido captadas¡±, explica Carles Guerra, director de la fundaci¨®n y comisario de la muestra junto con Pia Viewing. Con su trabajo ¡°cambia la categor¨ªa de espectador y lo transforma en ciudadano. M¨¢s que ser fotoperiodista se preocupa por la foto documental, una artista que duda de forma permanente, que participa en los acontecimientos, los observa, y hace una interpretaci¨®n de larga duraci¨®n¡±, prosigue. Lo vemos, sobre todo, en el trabajo que realiz¨® en 1991 en el Kurdist¨¢n, a donde se hab¨ªa desplazado para documentar la atrocidad de Saddam Husseim que acab¨® con la vida de 200.000 kurdos en el que muestra las im¨¢genes de los ¨¢lbumes familiares del pueblo kurdo, dando una nueva dimensi¨®n a esta sociedad sometida.
Sadomasoquismo
Pero su trabajo no solo documenta los conflictos b¨¦licos, tambi¨¦n los personales. Porque si golpea al espectador la tremenda violencia de la guerra, tambi¨¦n las pr¨¢cticas sadomasoquistas de clubes privados de Nueva York en los que los clientes sufren por placer, en una especie de violencia m¨¢s sofisticada, en el que se pacta el grado de sufrimiento antes de comenzar la sesi¨®n.
Meiselas tambi¨¦n ha dirigido en la T¨¤pies un taller con la artista siria Guevara Namer (en residencia en la Fundaci¨®n T¨¤pies) en el que en un enorme mapa del Mediterr¨¢neo se han situado las historias de muchos de los exiliados de la comunidad kurda que viven en Barcelona. La exposici¨®n tendr¨¢ una segunda parte con las series Una habitaci¨®n propia, que comenz¨® en 2015 y Archivos del maltrato, en los que se denuncia el maltrato y la violencia dom¨¦stica que podr¨¢n verse en el Centro de Cultura de Mujeres Francesca Bonnemaison.
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