Un Aston Martin destrozado en el MNAC
Francesc Torres rescata obras deterioradas de la reserva del museo
No es normal que un coche se exhiba en la sala de un museo de arte y mucho menos que est¨¦ completamente destrozado. La sorpresa es mayor si el museo es el Museo Nacional de Arte de Catalu?a (MNAC) asociado con colecciones de arte medieval. Pero as¨ª es por obra del artista Francesc Torres (Barcelona, 1950) que ha comisariado la exposici¨®n La caja entr¨®pica. El museo de los objetos perdidos (hasta el 14 de enero). El Aston Martin aparece junto a un san Francisco de As¨ªs de Zurbar¨¢n y un Cristo crucificado del siglo XIV. ¡°Es un accidente en estado puro. Un coche lleva impl¨ªcita la idea de un accidente como la muerte en todo organismo vivo¡±. Durante dos a?os Torres ha puesto patas arriba las reservas del MNAC para reflexionar sobre la colisi¨®n entre la cultura y la historia y la naturaleza de los museos. Y lo hace a trav¨¦s de obras da?adas que han sobrevivido a la destrucci¨®n y la violencia.
"Es como si colocamos en el interior de una caja objetos preciosos y damos un traspi¨¦. La exposici¨®n es el resultado de este traspi¨¦ imaginario en el que se pone de manifiesto el papel preservador de un museo, aunque lo que haya que guardar se haya visto afectado casi de forma irremediable¡±, explica Francesc Torres de su exposici¨®n que sin desarrollo cronol¨®gico ni tem¨¢tico ha creado varios ¨¢mbitos, todos impactantes en los que se explica c¨®mo muchas obras se han visto afectadas por la guerra, el paso del tiempo, los cambiantes gustos y modas, la intolerancia religiosa, ¨¦tnica y pol¨ªtica y los actos vand¨¢licos.
Nunca se hab¨ªa visto el Retablo de los Santos Juanes de Bernat Martorell completo. Torres lo hace reuniendo a las tablas del MNAC las que hay en Francia y Tarragona mediante fotograf¨ªas y destaca y ampl¨ªa las caras de los personajes considerados negativos como los verdugos y Herodes que han sido rayadas con objetos punzantes. ¡°Por ser jud¨ªos olvidando que Jesucristo tambi¨¦n lo era¡±. El fuego es el culpable de la destrucci¨®n de muchas obras, como en el caso de las pinturas de la catedral de Vic de Josep Maria Sert. Los milicianos las destruyeron despu¨¦s de pegarle fuego al comienzo de la Guerra Civil. ¡°No se pueden exponer, pero son aut¨¦nticas obras abstractas¡±, explica Torres que asegura que fue lo primero que vio tras proponerle comisariar la exposici¨®n. Y le convencieron. Tras la guerra, Sert pint¨® por segunda vez la catedral tal y como se ve en una enorme maqueta. Las obras quemadas conservan con Tela quemada 4 una obra de Joan Mir¨® (cedida por su fundaci¨®n) que destruy¨® tras pintarla en 1973 como protesta.
Pero el hombre es el que m¨¢s da?o ha hecho al arte, destruy¨¦ndolo o intentando acabar con la imagen que representaba. En 1952 alguien accedi¨® al interior del Museo de Arte Moderno de la Ciudadella y rasg¨® los desnudos femeninos que se encontr¨® a su paso. No se supo nunca quien lo hizo , pero la celebraci¨®n del Congreso Eucar¨ªstico apunta a que fue un grupo de seminaristas escandalizados. Las obras de Joan Brull, Ricard Canals, Louis Buisseret o Carles Pellicer han ido restaur¨¢ndose con los a?os, pero siguen mostrando las heridas en su reverso. Otras esperan, pacientemente, su turno y muestran sus suturas, a?adiendo a los desnudos un particular erotismo. ¡°En 1914 una sufragista destroz¨® con un cuchillo la Venus del Espejo de Vel¨¢zquez en la National Gallery por el uso del cuerpo femenino¡±, apunta Torres junto a una imagen del cuadro. Al lado, fotograf¨ªas de Lucio Fontana rasgando una de sus obras que le han dado fama.
Vivimos tiempos convulsos pero no menos que en ¨¦pocas anteriores. En 1868 las protestas de La Gloriosa arrancaron un busto de Isabel II de la fachada del Liceo y lo hicieron rodar Ramblas abajo hasta el mar. ¡°La reina fue objeto de burla siempre, tambi¨¦n por su fogosidad sexual que los caricaturistas de la ¨¦poca plasmaron en sus trabajos¡±. Junto a la reina sin nariz puede verse un retrato de otro rey, Pepe Botella, hermano de Napole¨®n, que tras la guerra de la Independencia alguien rasg¨® con un sable. ¡°Es una reflexi¨®n sobre la integridad de las obras. Nadie dir¨ªa que la Victoria de Samotracia le falta algo, porque siempre la hemos visto as¨ª",
Otro rey llena por completo una de las salas. Es Alfonso XIII que aparece en 16 retratos diferentes, algunos tan excepcionales y desconocidos como uno gigante de Ramon Casas. Este rey, presente en el palacio que inaugur¨® en 1929, tambi¨¦n produjo con ayuda del conde de Romanones una serie de pel¨ªculas pornogr¨¢ficas como El confesor o Consultorio de se?oras que se reproducen en la sala contigua. Pero antes de entrar a verlas hay que cruzarse con el poco recatado retrato de Carmen Basti¨¢n de Mari¨¤ Fortuny que muestra a todos su sexo desnudo. El verdadero lado oscuro de este monarca vino con desastres como los de Annual de 1921 en el que murieron unos 13.000 soldados. Junto a las pel¨ªculas unas im¨¢genes tan pornogr¨¢ficas como las anteriores en las que se ven postales con muchos de los soldados muertos en ?frica .
Puertas de Gaud¨ª
La modernizaci¨®n de las ciudades comport¨® destruir parte del pasado. Un ejemplo fue la apertura de la Via Laietana que oblig¨® a derribar miles de viviendas. Entre ellas palacios como la Casa Serra con pinturas barrocas del Vigat¨¤. Las que hablan de la historia de Roma han seguido un accidentado periplo que le han hecho perder gran parte de su consistencia. Tanto, que las pinturas del techo se presentan en el suelo. De forma consecuente el resto de las pinturas de las paredes se les ha dado la vuelta, reproduciendo la estancia original invertida en lo que Torres llama ¡°la caja revuelta¡±.
Por si todav¨ªa no se ha tenido bastante, en otro de los ambientes sorprende ver amontonadas, como si estuvieran en una obra, m¨¢s de una treintena de puertas de Gaud¨ª, aut¨¦nticas, sin decapar ni restaurar, provenientes de la Casa Batll¨®. ¡°Se las encontr¨® un director anterior del museo en un contenedor en los a?os cincuenta¡±, apunta el director del MNAC Pepe Serra, encantado con la exposici¨®n que asegura mostrar¨ªa durante a?os. Para cerrar la muestra una instalaci¨®n del propio Torres: una ciudad construida con naipes y elementos arquitect¨®nicos como g¨¢rgolas y medusas? adem¨¢s de elementos de construcci¨®n y destrucci¨®n como una enorme bomba de 250 kilos que lanz¨® la Legi¨®n C¨®ndor cerca de Gandesa.
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