Jueces y ¡®mossos¡¯ intentan cerrar la herida

¡°Mira, esto es como en la vida. La confianza se cuece a fuego lento, pero se rompe en un minuto. Y luego cuesta horrores recuperarla¡±. Quien habla es una curtida juez de instrucci¨®n de Barcelona. Como algunos de sus colegas ¡ªen la ciudad son 33, cada uno con sus filias y fobias¡ª, ha dejado de confiar plenamente en los Mossos d¡¯Esquadra. La deriva del proceso independentista ya le hab¨ªa hecho arquear la ceja, pero la inacci¨®n de la polic¨ªa catalana ante el refer¨¦ndum del 1 de octubre ¡ªque una juez hab¨ªa ordenado impedir¡ª la sinti¨® como una intolerable traici¨®n. Los tel¨¦fonos entre la comisar¨ªa y el despacho judicial dejaron de sonar. Los jueces cerraron sus puertas a los uniformes. Algo muy delicado se quebr¨®. ¡°Y ojo, toca recomponerlo, porque ellos y nosotros estamos aqu¨ª para quedarnos¡±, agrega la magistrada con m¨¢s perspectiva.

Aunque la herida a¨²n est¨¢ fresca, mossos y jueces se proponen cerrarla. Llevar¨¢ tiempo, pero el relevo en la c¨²pula policial puede acelerar la cicatrizaci¨®n. ¡°La sensaci¨®n de deslealtad la hemos tenido con los mandos. En especial, con [Josep Llu¨ªs] Trapero¡±, agrega otro juez de Barcelona que el viernes ¡ªantes de que el Parlament declarase la independencia y de que el Senado, en respuesta, autorizara la aplicaci¨®n del art¨ªculo 155 de la Constituci¨®n¡ª particip¨® en una junta de magistrados de instrucci¨®n para abordar las relaciones con los Mossos.

En el encuentro qued¨® claro, seg¨²n las fuentes consultadas, que la ¡°traici¨®n del 1 de octubre¡± y la posterior desconfianza de los jueces ha tenido ya consecuencias pr¨¢cticas. ¡°Algunos colegas ponen en manos de la Guardia Civil y la Polic¨ªa Nacional asuntos que antes encargaban a los Mossos¡±, explica el magistrado, sin dar cifras. No se les ha apartado de investigaciones en curso, pero s¨ª se les ha relegado en otras nuevas y ¡°especialmente delicadas¡±. ¡°No es que llevemos menos casos, no es un n¨²mero significativo. Pero s¨ª se ha construido un muro que antes no exist¨ªa, una capa dura y dif¨ªcil de atravesar¡±, matizan fuentes de la polic¨ªa auton¨®mica, que aluden a una ¡°burbuja¡±, un estado de ¨¢nimo en los pasillos de la Ciudad de la Justicia.

Donde los Mossos han notado una reducci¨®n ¡°dr¨¢stica¡± de los casos que les encargan es en la Fiscal¨ªa de Barcelona, comandada por Ana Magaldi, que orden¨® no enviar a fiscales a dar formaci¨®n a la Escuela de Polic¨ªa. ¡°Si ten¨ªamos una quincena al mes, ahora quiz¨¢ tenemos uno o ninguno¡±, estiman fuentes policiales. Muchas son peticiones de datos o citaciones. Con otras fiscal¨ªas provinciales la relaci¨®n no es tan complicada; con la Fiscal¨ªa Anticorrupci¨®n se mantiene la buena sinton¨ªa; en la Audiencia Nacional, los asuntos de crimen organizado est¨¢n congelados.

Los Mossos se desplegaron en Barcelona en 2005 y su aterrizaje no fue f¨¢cil de digerir para los jueces. ¡°Algunos siempre se han sentido m¨¢s c¨®modos con los cuerpos del Estado. Esos son ahora los primeros que nos relegan¡±, apuntan fuentes policiales. Pero, aunque quisieran ningunearlos a perpetuidad, los magistrados lo tienen dif¨ªcil. Hay, al menos, dos l¨ªmites. Por un lado, la escasa capacidad operativa de la Guardia Civil y la Polic¨ªa Nacional en Catalu?a. Por el otro, el hecho de que, para los delitos ordinarios (como los robos), ¡°los Mossos tienen la competencia exclusiva¡±, recuerdan fuentes judiciales.

Visitas informales

Hay signos de distensi¨®n, gracias sobre todo a la labor de relaciones p¨²blicas puesta en marcha por los Mossos. Algunos mandos han intensificado sus visitas a los juzgados, a veces informales, para mejorar la relaci¨®n y recordarles que no les han ¡°fallado nunca¡± en las investigaciones. En una reuni¨®n se recomend¨® a los polic¨ªas aprovechar investigaciones en marcha para hacer esas visitas.? La ruptura, sin embargo, ha sido profunda y ha dejado secuelas. Un agente cuenta lo que ocurre en ocasiones cuando los mossos acuden a los despachos: ¡°Hay excusas para no recibirte, o no se ponen al tel¨¦fono, o piden que cualquier petici¨®n sea por escrito¡±. ¡°Vamos a verles con ¨¢nimo constructivo, pero est¨¢ siendo dif¨ªcil¡±, a?ade. Ante la reticencia de alg¨²n magistrado, han optado por no insistir para no ¡°importunar¡±, y dejar una distancia ¡°terap¨¦utica¡±. En otros juzgados, subrayan, la relaci¨®n ¡°sigue igual¡±, o sea, sin problemas.

La desconfianza eclosion¨® ya el 20 de septiembre, con las detenciones de varios altos cargos de la Generalitat por los preparativos del refer¨¦ndum: la secretaria judicial de instrucci¨®n 13 tuvo que salir por la azotea del Departamento de Econom¨ªa, mientras en la calle una multitud imped¨ªa su salida. ¡°A partir de ese momento, todos los inputs que nos llegaron eran negativos¡±, explica una fuente policial, quien agrega que ya antes hab¨ªa un caldo de cultivo, una especie de tensi¨®n contenida provocada por el proc¨¦s.