Chica nueva en las alturas
Desde 1977 no hab¨ªa cambios entre las estatuas que coronan la Gran V¨ªa y Alcal¨¢. Hasta este a?o, en que ha llegado Diana cazadora en actitud guerrera
?rase una vez un mundo sobre las alturas en el que viv¨ªa pl¨¢cidamente una comunidad de estatuas mitol¨®gicas para las que los humanos no eran sino simples hormiguitas. Pero su tranquilidad se vio truncada con la llegada de Diana cazadora en actitud beligerante y apuntando directamente a uno de sus viejos moradores. Sobre el edificio 31 de la Gran V¨ªa, la reci¨¦n llegada acaba de disparar su flecha, que vuela invisible de una acera a la otra, en direcci¨®n al Ave F¨¦nix que reposa sobre el edificio de enfrente, en Gran V¨ªa 32. Pero, ?por qu¨¦ tanta ira?
¡°Se me hac¨ªa gracioso¡±, dice Jorge D¨ªaz Estrada, el administrador del grupo de inversores hispano mexicano due?o del edificio. D¨ªaz cuenta -parapetado tras cinco tazas repletas de bol¨ªgrafos que reposan sobre una mesa de Ikea en el sal¨®n de su casa- su gesta. "Cuando empezamos a reformar el edificio para ubicar en ¨¦l un Hyatt Centric, decidimos recuperar las c¨²pulas originales que ide¨® el arquitecto del edificio, Jos¨¦ Miguel de la Quadra Salcedo, que quedaron sin hacer por coincidir su construcci¨®n con la crisis tras el crash del 29, y a?adir una estatua arriba de todo", cuenta D¨ªaz, que tambi¨¦n administra el edificio de la Puerta del Sol 1, sede de Apple. "Tardamos un poco en decidir qu¨¦ poner, pero una vez optamos por la Diana cazadora, el lenguaje entre los edificios me parec¨ªa algo esencial".
A Natividad S¨¢nchez, la escultora del proyecto, no le qued¨® m¨¢s remedio que inventar una historia que justificara el disparo de su Diana y es algo as¨ª: ¡°Ella est¨¢ enamorada de un joven pastor pero el Ave F¨¦nix, por orden de Zeus, lo ha raptado. Y no est¨¢ dispuesta a perder a su amado". Poco importa que el F¨¦nix no lleve a un pastor en sus espaldas, sino a un ¨¢ngel (el ¨¢ngel de F¨¦nix) o a Gan¨ªmedes, el amante de Zeus. Si hay que adaptar la mitolog¨ªa, pues se adapta.
Desde 1977, a?o en que se baj¨® del edificio Metr¨®poli una de las siete estatuas del Ave F¨¦nix que hay en Madrid (mandadas todas hacer por la empresa de seguros La Uni¨®n y el F¨¦nix) y se subi¨® La Victoria Alada, no hab¨ªa vuelto a haber cambios en las alturas. Los inversores hispanomexicanos no tuvieron que pedir permiso a nadie, ya que el edificio no est¨¢ protegido. "Pueden poner lo que quieran", dice Paloma Sobrini, directora general de Patrimonio Cultural de la Comunidad de Madrid. ¡°Eso s¨ª, a m¨ª me encantar¨ªa que el Ayuntamiento pusiera en la acera de enfrente, desde donde se ven mejor estas estatuas, un peque?o indicativo explicando lo que se ve arriba para que la gente se fije, porque nadie mira hacia arriba".
Desde la calle es dif¨ªcil prestarle atenci¨®n a estas estatuas y solo, en determinados momentos de ensimismamiento, pueden aspirar a cruzarse en nuestra mirada y atraer nuestra atenci¨®n. Son momentos breves pero con un toque de magia. Tambi¨¦n se puede subir a una de las terrazas de la arteria de Madrid, como la del hotel Vincci Via 66, que tiene unas vistas espectaculares de la Diana y del F¨¦nix.
El mantenimiento de estas estatuas es muy escaso, aunque de vez en cuando hay que echarles un vistazo. Ra¨²l Garc¨ªa, del C¨ªrculo de Bellas Artes, sube todos los meses de mayo a ver qu¨¦ tal est¨¢ la dama que habita sobre el edificio, Minerva. Este a?o ha apreciado unos agujeritos min¨²sculos en su estructura por la poluci¨®n y el deterioro, as¨ª que llam¨® a la empresa que se encarga de hacerle los trabajos de altura. Metieron un foco dentro de la estructura, hueca, y tras detectar donde estaban estos huecos diminutos, los taparon.
Garc¨ªa muestra la estatua feliz de la vida, pero no todas son tan queridas. El conserje que guarda el edificio sobre el que est¨¢ el Romano, en el n¨²mero 60 de la Gran V¨ªa, no le hace ninguna gracia la inesperada visita. ?Se puede visitar? "No est¨¢n los due?os", dice. ?Y sabe usted si es verdad la leyenda que dice que el 21 de marzo lo rayos del sol pasan por el templete que sostiene entre las manos? "S¨ª, es cierto. Yo lo he visto. Lo que pasa es que estas cosas a m¨ª, que soy de pueblo, me parecen una tonter¨ªa".
?Don Quijote y Dulcinea o Diana cazadora?
Los due?os del edificio de Gran V¨ªa 31, un grupo de inversores hispano mexicanos, tuvieron que darle muchas vueltas antes de optar por poner una Diana Cazadora. Ten¨ªan claro que quer¨ªan que hubiera una estatua, pero no sab¨ªan cu¨¢l elegir. ¡°Analizamos multitud de personajes¡±, dice Jorge D¨ªaz, hijo del mexicano que compr¨® el edificio hace unos 50 a?os, que ejerce de administrador del grupo. ¡°Muchos est¨¢n vinculados a cuestiones ideol¨®gicas y no somos partidarios del partidismo. Nos planteamos poner un Quijote con su Dulcinea, pero al final pensamos en una figura que fuera bella y que no entrara en conflicto con sus vecinos, todos ellos mitol¨®gicos. Finalmente, decidimos hacer un homenaje a nuestra Diana de la fuente del Paseo de la Reforma, en el DF¡±.
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