Nuevo cambio de escenario
El encarcelamiento de los miembros del Gobierno ampl¨ªa el per¨ªmetro de la contestaci¨®n a Rajoy y establece una nueva l¨ªnea divisoria ante las elecciones
Cuando el viernes 27 de octubre compareci¨® Mariano Rajoy para anunciar la convocatoria de elecciones auton¨®micas para el 21 de diciembre despu¨¦s de que el Senado autorizara la aplicaci¨®n del art¨ªculo 155 de la Constituci¨®n, muchos observadores se sintieron aliviados. Elogiaron la audacia de Rajoy, que en el mismo acto en el que suspend¨ªa de sus funciones al Gobierno de Carles Puigdemont y dejaba al Parlament bajo su tutela, daba una salida democr¨¢tica a la grave crisis provocada por la proclamaci¨®n de la rep¨²blica catalana.
Fue una sorpresa. El escenario m¨¢s plausible hasta ese momento, a tenor del texto aprobado en Consejo de Ministros y las declaraciones de destacados dirigentes del PP, era el de una aplicaci¨®n dura y prolongada del art¨ªculo 155, que incluir¨ªa el control de los medios p¨²blicos de la Generalitat y el sistema educativo, para acabar en unas elecciones cuando la situaci¨®n se normalizara a criterio del propio PP.
La convocatoria electoral descoloc¨® al soberanismo, que comprob¨® el grave error que hab¨ªa sido descartar la convocatoria de elecciones y embarcarse en una declaraci¨®n unilateral de independencia sin ning¨²n recorrido posible. El 155 comenz¨® a aplicarse sin la temida resistencia, lo que hizo pensar a muchos si no hab¨ªan sobrevalorado la amenaza soberanista. Los promotores de la soluci¨®n del 155 estaban euf¨®ricos. Luego vino la huida de Puigdemont a Bruselas y la cr¨ªtica se truf¨® en chanzas y chascarrillos. El soberanismo, ven¨ªan a decir, hab¨ªa resultado ser un tigre de papel.
Pero como ha ocurrido tantas otras veces en este conflicto, estamos ante el riesgo de un nuevo error de percepci¨®n. Conforme pasan los d¨ªas, va tomando forma la idea de que puede que las elecciones no resuelvan la situaci¨®n. Cabe la posibilidad de que con la destituci¨®n del Gobierno y la persecuci¨®n judicial emprendida por la fiscal¨ªa, el Gobierno le est¨¦ brindando al soberanismo la oportunidad de convertir las elecciones del 21 de diciembre en el plebiscito que pretend¨ªan y no lograron en las anteriores auton¨®micas.
El problema de tratar de resolver por la v¨ªa judicial problemas que deber¨ªan resolverse en el ¨¢mbito de la negociaci¨®n pol¨ªtica es que los efectos de las decisiones judiciales pasan a ser incontrolables. Poco a poco, una nueva conciencia va tomando forma: la de que el d¨ªa 22 de diciembre no solo no se habr¨¢ resuelto el problema, sino que este puede entrar en una fase a¨²n m¨¢s delicada.
La encuesta del CEO publicada esta semana no solo no indica un repliegue electoral del independentismo sino que cuando se pregunta por las preferencias sobre el modelo de relaci¨®n entre Catalu?a y Espa?a, los partidarios de una soluci¨®n federal ceden diez puntos en favor de la independencia. La encuesta se?ala la perspectiva de que el bloque soberanista roce o alcance la mayor¨ªa absoluta, extremo que han confirmado sondeos posteriores. Y eso ocurr¨ªa antes de que la juez Lamela decretara prisi¨®n incondicional para los miembros del gobierno cesado. Esos pron¨®sticos llevaron al dirigente popular Xavier Garc¨ªa Albiol a admitir que si ese fuera el resultado, tal vez habr¨ªa que prolongar la aplicaci¨®n del art¨ªculo 155. ?Significa eso que las elecciones solo se considerar¨¢n una salida democr¨¢tica al problema si dan un determinado resultado? ?Y si sale otro? ?Se invalidan? ?Se suspende el nuevo Parlamento? ?Se impide la formaci¨®n de un nuevo gobierno?
De momento, la convocatoria electoral va a servir para conformar una nueva l¨ªnea divisoria cuyas consecuencias a largo plazo est¨¢n por ver. La de quienes se oponen a la aplicaci¨®n del 155 y consideran ileg¨ªtima la destituci¨®n del presidente y el Gobierno, y quienes lo apoyan y lo consideran plenamente justificado. Algunos sectores del soberanismo, incluidos muchos partidarios de la independencia, se sintieron inc¨®modos con la deriva de la declaraci¨®n unilateral de independencia. La consideraban una fuga hacia adelante tan est¨¦ril como contraproducente. Los art¨ªculos escritos al respecto por el exconsejero Andreu Mas-Colell reflejaban bien esa posici¨®n.
Pero el encarcelamiento de los miembros del Gobierno destituido ha vuelto a cambiar el escenario. La consideraci¨®n de que no solo est¨¢ en juego el modelo territorial, sino la calidad de la democracia y el sistema de libertades gana terreno y pasar¨¢ a ser el nuevo aglutinante. Ello permitir¨¢ ampliar considerablemente el per¨ªmetro de la contestaci¨®n a las medidas del gobierno de Rajoy. La declaraci¨®n de la alcaldesa Ada Colau poco despu¨¦s de las detenciones apunt¨® claramente en esa direcci¨®n. Horas antes el Ayuntamiento de Barcelona hab¨ªa declarado que el ¨²nico gobierno que reconoc¨ªa era el de Carles Puigdemont. Nuevo cambio de escenario. De hecho, el escenario est¨¢ cambiando constantemente y lo que un d¨ªa parece la victoria se convierte al siguiente en una posible derrota. Las semanas que quedan para las elecciones se van a hacer muy largas.
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