La ruptura de Barcelona, un error nacional
Catalunya en Com¨² puede acabar pareciendo la solitaria cola del cometa unilateralista
La ruptura del pacto municipal en Barcelona es un error estrat¨¦gico. Es un error por el momento, ya que la ruptura parece el disparo de salida de la campa?a electoral; un error por estrategia, ya que dif¨ªcilmente se puede excluir a los socialistas de las amplias mayor¨ªas, y CatCom¨² puede acabar pareciendo la solitaria cola del cometa unilateralista; un error por coherencia, porque si unos tienen el pecado del 155, los otros tienen el de la DUI. La DUI ha provocado, no solo el 155, sino tambi¨¦n la desproporcionada decisi¨®n judicial de la prisi¨®n preventiva de los consellers.
Mientras para afrontar los grandes dilemas de pa¨ªs se buscan mayor¨ªas del 80%, un exiguo apoyo del 54% frente a un 45% ha bastado para romper el gobierno de la capital de Catalunya. Lamentablemente, las razones para la ruptura no eran el gobierno municipal de Barcelona sino el apoyo de los de Iceta al 155. Sin embargo, el Ayuntamiento barcelon¨¦s es la joya de los Comunes, no un Ayuntamiento m¨¢s, por lo que el resultado de la consulta puede hacer temblar muchos pactos municipales, especialmente de la izquierda metropolitana. Puede significar abrir la puerta a la ERC unilateralista en Barcelona, pero tambi¨¦n a Ciudadanos en el gobierno de hist¨®ricos Ayuntamientos de la izquierda en el cintur¨®n.
¡°Ada Colau ha roto con los socialistas¡±, o¨ª en una conversaci¨®n en el autob¨²s de Viladecans a Sant Boi. ¡°L¨®gico, es casi independentista¡±, contest¨® alguien. Ese, en pocas palabras, es el efecto en la imagen popular de Ada Colau al cambiar el abrazo con el voto socialista de los barrios populares por el abrazo del voto de las clases medias independentistas. Ese cambio le dificultar¨¢ los gui?os que a menudo le reconcilian con el n¨²cleo duro de su electorado, lo que Raimon llama clases subalternas. Ser¨¢ dif¨ªcil o¨ªr pregones como el de Javier P¨¦rez And¨²jar en ese clima de cielo estelado que anuncian los pron¨®sticos del tiempo para el consistorio barcelon¨¦s post 155.
Ada Colau y Xavier Dom¨¨nech deber¨ªan ser conscientes de que romper con los socialistas por motivos extramunicipales no solo reduce el foco de la alcaldesa en su ciudad, sino que afecta de lleno a la identidad de los Comunes. Lo han votado las bases pero los mensajes que las c¨²spide han emitido sobre el PSC antes y durante la Asamblea no solo no fueron neutrales, sino que convirtieron el voto del 45% en pr¨¢cticamente un acto de indisciplina colectiva.
El discurso de los Comunes pidiendo amnist¨ªa y libertad para los presos pol¨ªticos con el lazo amarillo en la solapa parece atrapado por el relato unilateral. Sin entrar en honduras el mismo adjetivo no puede designar la situaci¨®n de Oriol Junqueras y la de Miguel N¨²?ez, el madrile?o del PSUC, torturado y encarcelado en los calabozos de Franco.
La demonizaci¨®n de los socialistas afecta m¨¢s all¨¢ del 21-D, cuando el 155 sea un amargo recuerdo. Nuestro laberinto nacional necesita la construcci¨®n de amplias mayor¨ªas en Catalu?a y en Espa?a. Hay una Espa?a que se mira, como dice Antoni Puigverd, en el espejo del centralismo de la naci¨®n francesa, que vive el pluriling¨¹ismo como un partido vive una escisi¨®n y hay otra que quiere llegar a ser la naci¨®n de naciones que sugiere aunque no concreta la Constituci¨®n de las nacionalidades y las regiones, y que cree que el pluriling¨¹ismo nos enriquece culturalmente.
?Con qu¨¦ alianzas se puede hacer avanzar esa Espa?a alternativa para modificar la constituci¨®n y el estatus de Catalu?a, para impulsar un di¨¢logo pol¨ªtico y acordar un indulto, si fuera preciso? Por mucho que le demos vueltas, en cualquier amplia alianza, tambi¨¦n en Espa?a, hay dos fuerzas pol¨ªticas imprescindibles. Precisamente las dos que hasta ahora gobernaban Barcelona.
Jos¨¦ Luis Atienza, coportavoz del espacio Comuns Federalistes.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.