El alma de las m¨¢quinas
El esperado y algo ca¨®tico estreno de ¡®Inside¡¯ convierte el C¨ªrculo de Bellas Artes en una inmensa ¡®rave¡¯
Aviso temeroso: la sesi¨®n de DJ previa deb¨ªa de parecerse bastante a la banda sonora del infierno, as¨ª que convendr¨ªa ir rebajando la intensidad de nuestros pecados. Quiz¨¢ fuera una estrategia ingeniosa de Digital 21 y Stefan Olsdal para hacerse deseables en el estreno de Inside, su flamante proyecto conjunto, en el que han invertido cinco a?os de trabajo y que este s¨¢bado despert¨® una enorme curiosidad en la casi abarrotada Sala de Columnas del C¨ªrculo de Bellas Artes. Esa curiosidad rayana en la apariencia, porque entre parte de los asistentes exist¨ªa acaso m¨¢s inter¨¦s por mostrar sus estilismos, algunos bien estramb¨®ticos, que en prestar atenci¨®n a lo que acontec¨ªa sobre el escenario.
El sueco Olsdal, ese bajista alt¨ªsimo y estiloso de Placebo, y el cualificado productor malague?o Miguel L¨®pez Mora se han propuesto mostrar el alma de las m¨¢quinas, humanizar con p¨¢lpitos de carne y hueso las salvajes catarsis bailables que anidan en sus discos duros. Por eso enriquecen su arsenal de ordenadores y la sala de mandos con un cuarteto de cuerdas, enteramente femenino, adem¨¢s de una vocalista de apoyo y un bater¨ªa electr¨®nico. El resultado es interesante (y en alg¨²n momento rutilante) en el vinilo y m¨¢s bien ca¨®tico en esta presentaci¨®n inaugural, que comenz¨® tarde, con los niveles sonoros al principio muy descompensados y Mora inmerso por momentos en alg¨²n involuntario ejercicio de dodecafonismo vocal.
Frente a la producci¨®n virguera y abrumadora del fonograma, el s¨¢bado hubo que entretenerse con la experiencia f¨ªsica, sensorial, casi estomacal: ese suelo que reaccionaba a la avalancha de decibelios con un n¨ªtido tembleque, el efecto cegador y alucin¨®geno de las luces estrobosc¨®picas, la pasarela improvisada de modelitos. O la mirada l¨¢nguida de tres absortos oyentes g¨®ticos, de los pocos que no hablaban en esa inmensa rave loca y estrafalaria.
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