La innovaci¨®n, el nuevo El Dorado

Innovar, emprender, crear¡­ La innovaci¨®n y sus acciones complementarias se ha transformado en un nuevo El Dorado en el cual nuestros gobernantes han apostado el destino de nuestra sociedad y, por ende, el de las futuras generaciones. Sin recursos naturales, con una pir¨¢mide demogr¨¢fica desalentadora y una estructuraci¨®n en lo pol¨ªtico, a¨²n no lo suficientemente cohesionada, Europa se aferra a la innovaci¨®n, no ya como una posibilidad, si no como una obligaci¨®n para mantener, o al menos, no perder demasiado de su ya limitado protagonismo en la escena mundial.

?Qu¨¦ posibilidades hay de que sea esta una jugada ganadora? Pocas a tenor de c¨®mo se est¨¢ abrazando este mismo objetivo en otros entornos competidores y cu¨¢les son los factores en los que se sustenta la apuesta innovadora. Porque ?Qui¨¦n innova? ?Cu¨¢l en el ingrediente elemental de proceso innovador? Debemos decirlo sin dudarlo: Son las personas y sus acciones las que propician que las invenciones y creaciones impacten en los mercados, y no los diferentes recursos de base tecnol¨®gica como en ocasiones se nos quiere hacer ver.

El ingenio humano y su determinaci¨®n por socializar su ejercicio est¨¢ detr¨¢s de pr¨¢cticamente toda la tecnolog¨ªa que nos rodea en nuestro "que hacer" diario, pero es necesario propiciar las condiciones necesarias para que su semilla germine. Es por ello que las pol¨ªticas de apoyo a la innovaci¨®n deben considerar como factor prioritario de actuaci¨®n as¨ª como el apoyo a las personas inquietas, creativas y emprendedoras para que, canalizando toda esa energ¨ªa, forjemos las nuevas generaciones de innovadores. Si bien es cierto que el dominio del conocimiento cient¨ªfico y tecnol¨®gico son de partida elementos m¨¢s relevantes, no es menos cierto que es crucial que todo ese impulso se canalice y predisponga para dar el salto a la sociedad.

Mientras las pol¨ªticas impulsadas focalicen de manera pr¨¢cticamente exclusiva sus esfuerzos en la generaci¨®n de conocimiento excelente pero olviden la implementaci¨®n de herramientas que permitan salvar el salto existente entre la invenci¨®n y el mercado, nuestros esfuerzos estar¨¢n abocados al fracaso. Porque no estamos faltos de talento, ni de creatividad, e incluso de iniciativa, como demuestra la presencia de nuestros cient¨ªficos y creadores en casi cualquiera de las empresas que marcan el paso innovador a escala planetaria si no que todas estas cualidades se topan con demasiadas barreras para acceder a mecanismos de financiaci¨®n, a facilidades al emprendizaje que no se basen en subvenciones si no en agilizar tr¨¢mites para creaci¨®n de empresas entre otros.

Porque la diferencia es que tenemos que empezar a entender que lo que nuestra sociedad necesita prioritariamente, no es tanto que nuestras empresas sean innovadoras (tambi¨¦n, por supuesto), si no que se gesten nuevas iniciativas empresariales que sean el propio fruto de la innovaci¨®n. Analizando las 5 empresas m¨¢s grandes del mundo por capitalizaci¨®n encontramos a Apple, Alphabet, Microsoft, Amaz¨®n y Facebook. Vienen de EEUU y son muy recientes. ?Porque ellos pueden hacerlo y nosotros no? En EEUU los apoyos al factor humano desde el punto de vista empresarial son diametralmente opuestos a los desarrollamos mayoritariamente en Europa.

Aqu¨ª primamos a los cient¨ªficos excelentes y su generaci¨®n de conocimiento como motor de las nuevas empresas innovadoras. En EEUU un muchacho llamado Mark Zuckerberg con un trabajo de fin de carrera denominado Facebook es capaz de crear un nuevo paradigma, y de paso, hacerse multimillonario. O lo que es lo mismo, priorizan la figura del inventor empresario como innovador y colaborador indispensable del investigador. Y al parecer, no les va nada mal.