Un Leonardo para evadir impuestos
La m¨¢s colosal subasta hasta ahora de un cuadro arroja muchas preguntas sobre el mercado actual del arte
El mercado y las obras de arte ocupan p¨¢ginas de la prensa pero no suelen ser objeto de contundentes comentarios editoriales cr¨ªticos. El New York Times ha roto la costumbre, impactado por la subasta del Salvator Mundi, cuadro atribuido a Leonardo da Vinci. El rotativo ha puesto el grito en el cielo: ?450,3 millones de d¨®lares! (382 millones de euros). Una cifra espeluznante. Incluso en comisiones, 50 millones de d¨®lares. Una barbaridad jam¨¢s pagada por un cuadro, que encima es una tela repintada y de autor¨ªa cuestionada. Su propiedad, adem¨¢s, y ese es el colof¨®n, dejar¨¢ ahora de pagar impuestos.
Hay que seguir diciendo ¡°atribuido¡± porque las dudas persisten sobre su autor. Se conocen solo quince obras del maestro, todas en museos. ¡°El precio pagado por el Leonardo¡±, reflexiona no sin indignaci¨®n el NYT, ¡°certifica que algo grave est¨¢ sucediendo en el equilibrio de valores. Refleja un mundo en el que en un minuto los obscenamente ricos no tienen reparo en colocar centenares de millones de d¨®lares en una pintura rara pero no excepcional que puede pasarse los pr¨®ximos a?os almacenada en una estaci¨®n libre de impuestos.¡± As¨ª va la cosa.
La pintura es ¡°rara¡± por los escasos leonardos conservados. Eso tiene su valor en el mercado, por supuesto, pero varios expertos creen que la atribuci¨®n contin¨²a siendo dudosa y que, si fuera positiva, no le hace un gran favor al legado de Leonardo, no tiene su aliento. No importa: la subasta del 14 de noviembre le ha dado categor¨ªa leonardo. Concluye as¨ª una historia que se remite a 2008, cuando fue atribuida por uno de los m¨¢ximos expertos en Da Vinci. Al cabo de poco, la National Gallery de Londres dedic¨® una muy publicitada retrospectiva al artista e incluy¨® la obra (fue impugnada por unas cuantas voces autorizadas).
?Recuerdan el film National Gallery, de Frederick Wiseman? Se lo propuso el entonces director del museo, Nicholas Penny, justo cuando preparaban la exposici¨®n Leonardo. Luego, Penny dimiti¨®. No ser¨ªa nada extra?o que entre los tejemanejes de los que se hart¨® estuvieran los relativos a Salvator Mundi y su puesta de largo como obra de Leonardo en un gran museo y a la vista de much¨ªsimo p¨²blico.
Atribuci¨®n, exposici¨®n, subasta. Bingo.
El editorial del NYT se arma de iron¨ªa e incluso recurre a Marx para encontrar una explicaci¨®n a la subasta millonaria. ?Un magnate se vio atacado por el s¨ªndrome Stendhal ante una belleza que te deja patidifuso y no pudo evitar comprarlo? ?Fue la rareza de una obra promovida como el ¨²ltimo Da Vinci libre? ?Ha sido el fetichismo de la mercanc¨ªa, en terminos marxistas, impulsada a la m¨¢s enrarecida estratosfera de los hiperricos?
Los compradores siguen en el anonimato, pero los buenos conocedores del mercado art¨ªstico apuntan que los pujadores han sido dos fondos de inversi¨®n y un pool de museos, seguramente asi¨¢ticos. Hacia Asia se est¨¢n yendo tantas franquicias de museos, el Louvre y el Pompidou y el Guggenheim, que se suman a los museos de nueva construcci¨®n del Golfo P¨¦rsico. Los 50 millones de d¨®lares de comisiones, no se sabe tampoco quien las ha cobrado, todo es opaco. ?C¨®mo hemos llegado hasta aqu¨ª? Una hip¨®tesis parece confirmarse: dando una vuelta de tuerca m¨¢s al arte como inversi¨®n especulativa y, sobre todo, como forma de evasi¨®n de impuestos.
Hace dos a?os, en 2015, fue significativo que un Picasso se vendiera por casi 180 millones de d¨®lares, cinco veces m¨¢s que lo pagado por un maestro antiguo, un Rubens, en 2002. Entre una fecha y otra, en 2005 se ¡°descubre¡± este Leonardo. Qu¨¦ casualidad. Viene luego la exposici¨®n de la National Gallery que dec¨ªa antes. Y ahora se vende tras un m¨¢rketing prodigioso: Christie¡¯s ense?a el cuadro en preventas en Hong Kong, Londres, San Francisco y Nueva York, con un v¨ªdeo la mar de convincente que se dir¨ªa hecho por el videoartista m¨ªstico Bill Viola. El cuadro fue publicitado como ¡°la Mona Lisa masculina¡±. Unas 27.000 personas vieron la subasta por Internet.
En los mismos a?os en que todo esto ha sucedido, de 2002 a 2015, en el planeta se han abierto m¨¢s museos que en los dos siglos previos. Ahora mismo se est¨¢ inaugurando un museo en alg¨²n lugar del globo, se abre uno al d¨ªa. Basta un cuadro fetiche o un edificio singular.
Y para redondear, evasi¨®n de impuestos: Salvator Mundi. Muy apropiado el nombre hoy, cuando los ultrarricos deben cuidar m¨¢s todav¨ªa sus colosales beneficios. Vuelven los maestros antiguo.
Merc¨¨ Ibarz, es escritora y profesora de la UPF.
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