El aumento de menores extranjeros solos colapsa el sistema de protecci¨®n
El S¨ªndic alerta de que los recursos asistenciales de la Generalitat son "insuficientes"
La llegada masiva de menores extranjeros no acompa?ados (conocidos como MENA) a Catalu?a ha puesto en jaque a los servicios de protecci¨®n de menores. Seg¨²n los datos del Departamento de Asuntos Sociales recogidos por el S¨ªndic de Greuges, Rafael Rib¨®, hasta septiembre de 2017 han entrado en territorio catal¨¢n 1.116 MENA. Se trata de un 63% m¨¢s de menores que los registrados en todo 2016. La Generalitat ha aumentado las plazas residenciales de acogida, pero el S¨ªndic advierte de que son ¡°insuficientes¡± y alerta de que ¡°si no se da la ayuda a estos ni?os, se puede perder la calidad del sistema protector¡±.
La denuncia de la Fiscal¨ªa de Menores de que los adolescentes extranjeros pasaban hasta tres d¨ªas durmiendo en celdas en la zona de custodia de la Ciudad de la Justicia puso de relieve el colapso del sistema de protecci¨®n. Los menores permanec¨ªan all¨ª ese tiempo antes de obtener una plaza en uno de los centros de la Generalitat. La Direcci¨®n General de Atenci¨®n a la Infancia y la Adolescencia (DGAIA), encargada de asistir a estos menores, admiti¨® la saturaci¨®n de los recursos asistenciales y abri¨® m¨¢s plazas en centros residenciales para acogerlos.
Sin embargo, el S¨ªndic de Greuges advirti¨® ayer de que estas plazas ¡ªser¨¢n unas 600 adicionales a final de a?o, seg¨²n los datos facilitados por Asuntos Sociales al S¨ªndic¡ª son ¡°insuficientes¡± y record¨® que ya en 2016 denunci¨® la ¡°sobreocupaci¨®n de los centros¡±. Ahora mismo hay 693 plazas en centros de acogida y primera acogida.
¡°En el caso de las condiciones de atenci¨®n de los ni?os migrantes no acompa?ados se ha visto agravada por el ritmo de crecimiento de su llegada¡±, admite el defensor del pueblo catal¨¢n en el Informe sobre los Derechos de la Infancia. De hecho, seg¨²n el estudio, el a?o pasado llegaban a Catalu?a una media de 50 MENA al mes; en enero de 2017 la cifra ya se elevaba a 80; y el mes pasado, los adolescentes extranjeros que se notificaban en Catalu?a ya se contaban por 200 mensuales.
Los MENA que llegan a Catalu?a son chicos adolescentes, sobre todo de entre 15 y 17 a?os. ¡°No es un fen¨®meno nuevo. Antes ven¨ªan chicos de Marruecos, de 16 a 18 a?os, que replicaban el modelo de migraci¨®n adulta. Ahora ha variado un poco, son m¨¢s j¨®venes y proceden tambi¨¦n del ?frica subsahariana. Vienen por cuestiones econ¨®micas o huyen de pa¨ªses donde hay un conflicto b¨¦lico¡±, explica Montse Soria, coordinadora de Programas de Acci¨®n Social de la Fundaci¨®n Pere Tarr¨¦s y experta en la atenci¨®n a estos menores.
El S¨ªndic advirti¨® tambi¨¦n de que el sistema de protecci¨®n adolece de una escasez de familias de acogida, un extremo que afecta a los menores tutelados en general y se agudiza con los adolescentes extranjeros no acompa?ados, que tienen que permanecer en centros de acogida m¨¢s tiempo del que ser¨ªa deseable, seg¨²n los expertos. ¡°Falta previsi¨®n y planificaci¨®n de recursos. No hay los recursos suficientes y todo el proceso administrativo se retrasa m¨¢s, de forma que los chavales llegan a cumplir 18 a?os sin tener tramitado el permiso de trabajo¡±, explica Soria. En Catalu?a hay unos 2.000 menores con un expediente de desamparo abierto. Tambi¨¦n hay 455 ni?os pendientes de una familia de acogida.
La adjunta al S¨ªndic, Maria Jes¨²s Larios, avis¨® tambi¨¦n de que han detectado una fuerte presi¨®n asistencial entre los trabajadores de los centros residenciales. ¡°Hay problemas estructurales, como ratios que no son las adecuadas¡±, explic¨®. Los educadores de las residencias m¨¢s sobreocupadas y que tutelan a adolescentes con conductas complejas, se quejan tambi¨¦n de que se les asigna el mismo personal y la misma dotaci¨®n que a otros centros que no tienen esa complejidad. Adem¨¢s, los educadores han puesto de manifiesto el ¡°aumento de la violencia y la agresividad¡± en los centros¡± y la ¡°falta de apoyo especializado para atender problemas de salud mental, drogadicci¨®n y trastornos de conducta¡±.
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