Picasso, un genio de 15 a?os
El museo barcelon¨¦s del pintor restaura, cara al p¨²blico, ¡®Ciencia y Caridad¡¯, la obra cumbre de juventud del artista
Salvador Dal¨ª mostr¨® durante la conferencia que pronunci¨® en septiembre de 1955 en la Sorbona de Par¨ªs la fotograf¨ªa de una enorme pintura. Despu¨¦s pregunt¨® a los asistentes si sab¨ªan de qu¨¦ obra se trataba y su autor. Tras unos instantes, aclar¨®: ¡°Es igual que el Guernica. Los dos son cuadros sentimentales del mismo autor¡±. La pintura en cuesti¨®n era Ciencia y Caridad, la obra que cierra la etapa de juventud de Pablo Ruiz Picasso y el final de su academicismo. Y eso que la pint¨® en 1896 o 1897, con tan solo 15 o 16 a?os. La pintura representa a una mujer postrada en la cama que recibe la visita de un m¨¦dico que le toma las pulsaciones (la ciencia) encarnado por el padre del joven pintor, y la de una monja que le ofrece una taza de caldo (la caridad) mientras lleva en brazos un ni?o.
La obra, una de las piezas emblem¨¢ticas del Museo Picasso de Barcelona, est¨¢ siendo restaurada por segunda vez, tras la que se realiz¨® en 1970, despu¨¦s de que fuera donada por Picasso con el fin de exponerla en la apertura del museo. Los trabajos tratar¨¢n de acabar con las tensiones y p¨¦rdida de pintura causada, sobre todo, por haber estado medio siglo colgada en la casa familiar del paseo de Gr¨¤cia sin bastidor, como si fuera un tapiz.
En 2010 la pintura fue objeto de un exhaustivo trabajo de investigaci¨®n que concluy¨® con una exposici¨®n en la que se intentaba conocer mejor la t¨¦cnica pict¨®rica de Picasso y el estado de conservaci¨®n de su pintura. Entonces se supo que fue un empe?o de Jos¨¦ Ruiz, padre de Picasso, para conseguir que su hijo fuera un pintor de fama. Por eso present¨® la pintura a exposiciones en Madrid y M¨¢laga, ciudad en la que permaneci¨® (en casa de un t¨ªo de Picasso) hasta 1918. Entre los detalles que se supieron hace siete a?os fue que se pint¨® en el primer taller del artista, situado en el ¨²ltimo piso de un edificio de la calle de la Plata de Barcelona que el padre alquil¨®. Que no pudo ser pintada en dos semanas como se hab¨ªa dicho hasta entonces y que, casi con seguridad se realiz¨® a finales de 1896 y no en 1897, ¡°porque no habr¨ªa dado tiempo a que la pintura se secara antes de exponerse. El blanco de plomo es un pigmento que necesita mucho tiempo para secarse¡±, explica Reyes Jim¨¦nez la restauradora jefa del Museo Picasso que dirige los trabajos.
Han comenzado ya los trabajos sobre la obra ¡°m¨¢s cient¨ªfica que est¨¦tica¡±, seg¨²n Jim¨¦nez, que consistir¨¢n en una limpieza superficial del lienzo, la eliminaci¨®n de barnices, colas y repintes de la intervenci¨®n de 1970 por haberse alterado y envejecido y por ocultar parte de la pintura original. Luego se consolidar¨¢n las partes afectadas por p¨¦rdidas de pintura.
La monja travestida y la firma oculta
La restauraci¨®n de la obra permitir¨¢ desvelar, y quiz¨¢ alguno de los miles de visitantes que recorren el museo a diario lo vivir¨¢ en directo, la firma del artista ahora oculta. ¡°Mide entre 20 y 30 cent¨ªmetros ya que en este momento el joven artista firmaba ¡®P. Ruiz Picasso¡¯ o ¡®P R Picasso¡¯. Sabemos que est¨¢ debajo de la zona oscura de la parte inferior izquierda, pero no su estado y su grado de conservaci¨®n¡±, seg¨²n Jim¨¦nez.
Lo que no permitir¨¢ saber es si, como se ha explicado, Picasso us¨® a alg¨²n amigo suyo para que se pusiera los h¨¢bitos prestados por una amiga monja de M¨¢laga que se encontraba en Barcelona. ¡°Eso es lo que se ha escrito¡±, se limit¨® a decir Jim¨¦nez, pese a que su monograf¨ªa de 2010 no lo menciona.
En los trabajos est¨¢n sirviendo de ayuda seis de los ocho esbozos de peque?as dimensiones que Picasso pint¨® y que conserva tambi¨¦n el museo. ¡°Permiten ver las variaciones compositivas y las dificultades a la hora de aplicar el ¨®leo sobre la tela sin que hubiera un dibujo previo, por lo que tuvo que ir rectificando la ubicaci¨®n y el gesto de las figuras¡±. Tambi¨¦n ver c¨®mo el joven genio cambi¨® algunos de los elementos como una s¨¢bana blanca que cubre a la enferma por una colcha de color ocre. Unos cambios y repintes perceptibles tambi¨¦n con las im¨¢genes de alta resoluci¨®n que se han tomado de la obra (luz visible, ultravioleta, infrarrojos y rayos X); unas instant¨¢neas que han permitido ver como la cara del m¨¦dico no le dio ning¨²n problema, mientras que repint¨® y retoc¨® continuamente la de la mujer enferma.
Viaje a Par¨ªs
¡°Durante un mes podr¨¢n verse los trabajos en la sala. Es una manera de minimizar la retirada de la obra¡±, explica Emmanuel Guigon, director del museo. Hasta Navidad podr¨¢ verse a Jim¨¦nez y a su equipo limpiando la pintura. Ya se han realizado 12 peque?as catas en las que se han eliminado las capas alteradas y se ven los colores primeros, mucho m¨¢s claros.
Despu¨¦s de la limpieza la obra se llevar¨¢ al taller de restauraci¨®n para fijar la capa pict¨®rica, mientras que el retoque del color se producir¨¢, de nuevo, en la sala donde se expone. Los trabajos est¨¢n previstos que terminen en mayo. Luego se presentar¨¢ la obra antes de que viaje a Par¨ªs para participar, entre septiembre de 2018 y enero de 209, en la exposici¨®n Chefs-d¡¯oeuvre del Museo Picasso de esta ciudad. ¡°La exposici¨®n comenzar¨¢ con esta obra maestra, la radiograf¨ªa, los seis estudios preparatorios y el retrato El padre del artista y toda la documentaci¨®n sobre la obra. Ser¨¢ la segunda vez que la pintura viaje. Hasta ahora solo lo ha hecho en 1980 para ir al MoMA de Nueva York cuando el museo le dedic¨® una gran retrospectiva a Picasso.
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