Barcelona investiga 38 bloques para evitar que expulsen a sus vecinos
Los 'fondos buitre' acosan a los inquilinos de rentas antiguas para especular con las viviendas
?El Ayuntamiento de Barcelona paraliz¨® el pasado 24 de noviembre las obras de rehabilitaci¨®n de una finca de viviendas situada en el 477 de la calle Arag¨®. La empresa propietaria del edificio hab¨ªa solicitado 25 permisos de obras menores para remodelar el bloque. En los pisos todav¨ªa viv¨ªan inquilinos. El Consistorio, despu¨¦s de las denuncias de los vecinos, lleg¨® a la conclusi¨®n de que la sociedad evit¨® pedir una licencia de obras mayores para esquivar la obligaci¨®n legal de realojar a todas las personas que afectadas.
Adem¨¢s, de esta manera, las obras cr¨®nicas en el inmueble hac¨ªan imposible vivir en un lugar con ruido, polvo y cortes de suministros, herramientas del llamado acoso inmobiliario. El Consistorio tiene claro que el objetivo era expulsar a los vecinos en ese caso y paraliz¨® las obras en lo que es una acci¨®n de ¡°disciplina de vivienda¡± in¨¦dita.
En la ciudad hay m¨¢s de 80 edificios propiedad de fondos buitres. El Consistorio tiene el ojo encima de, al menos, 38 de ellos. Son inmuebles que, por la v¨ªa de la obra menor, convierten en un infierno la vida de los vecinos hasta que consiguen expulsarlos.
El edificio de Arag¨® 477 es propiedad de un fondo pero tiene caracter¨ªsticas que lo pueden convertir en un s¨ªmbolo de resistencia. A principios del pasado julio la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) de Barcelona realiz¨® una acci¨®n sin precedentes.
Media docena de familias ocuparon pisos vac¨ªos de la finca. De esta manera, mataron dos p¨¢jaros de un tiro. Por un lado proporcionaron vivienda a familias que se hab¨ªan quedado en la calle y, por otro, se asesoraron y organizaron para hacer frente al reciente inversor, Novert, que hab¨ªa comprado el edificio con vecinos y que seg¨²n los inquilinos hab¨ªa comenzado a hacerles la vida imposible.
¡°Los operarios nos hacen la vida imposible¡±
¡°Los operarios ven¨ªan adoctrinados con hacernos la vida imposible. Hemos recibido insultos, nos tiraban cosas, part¨ªan baldosas¡ han eliminado el servicio de limpieza de escalera¡±, denuncia Eva Garc¨ªa. La empresa compr¨® por 1.658.000 euros todo el edificio y planea vender a 230.000 el piso m¨¢s barato. ¡°No pedimos vivir gratis pero es nuestro derecho pagar un alquiler que est¨¦ acorde con nuestros ingresos¡±, destaca la inquilina.
Una de las portavoces de la PAH Barcelona, Luc¨ªa Delgado, lamenta el gran n¨²mero de fondos buitres que est¨¢n adquiriendo inmuebles en la ciudad. "Lo habitual es que alguien hereda un edificio con vecinos y este se lo venda a un fondo buitre. Entonces, el modus operandi siempre es el mismo, hacen mobbing para expulsar a los vecinos. Una vez que lo consiguen reforman los pisos y los venden como inmuebles de lujo a extranjeros", se lamenta.
Desde el exterior no hay manera de ver la fachada, porque un andamio y una lona de color azul tapa todo el edificio. La puerta de entrada al bloque est¨¢ siempre abierta. Hay un peque?o aviso sobre la seguridad del inmueble firmado por la empresa propietaria y un ascensor destartalado. La finca es de base triangular y los 28 pisos que la componen se amontonan en un lado. Al subir por la escalera la imagen es todav¨ªa m¨¢s inquietante.
Hay polvo, resto de obras y la mayor¨ªa de puertas de acceso a las viviendas son las llamadas puertas antiokupas: unos accesos robustos que sobresalen del marco de la puerta varios cent¨ªmetros. En al menos media docena de puertas hay un cartel amenazante: ¡°Este es - al menos provisionalmente- nuestro domicilio y no tenemos intenci¨®n de marchar de aqu¨ª¡±, reza el aviso. El papel invita a cualquiera que ¡°cuestione nuestro derecho a permanecer en esta casa a recurrir a la v¨ªa judicial para que sean los tribunales quienes resuelvan lo que estimen oportuno¡±.El documento advierte que la ley defiende la inviolabilidad de domicilio y amenaza con denunciar a cualquiera que acceda a sus pisos por un delito de allanamiento de morada y por violaci¨®n de domicilio.
En el quinto vive Eva Garc¨ªa una joven de 29 a?os con su hijo de diez. Accedi¨® en julio a uno de los pisos con la PAH de 28 metros cuadrados. En la web de la empresa ese piso, despu¨¦s de las reformas que la sociedad pretende realizar, costar¨ªa 260.000 euros. ¡°En julio, de los 28 pisos de la finca solo estaban habitados 18. Nosotros ocupamos seis de los vac¨ªos¡±, recuerda Garc¨ªa. Ah¨ª siguen viviendo la media docena de activistas de la PAH y siete vecinos de los que cuatro tienen un contrato de ¡°renta antigua y llevan entre 30 y 46 a?os, mientras que tres tienen contrato variable¡±.
Garc¨ªa asegura que el acoso inmobiliario comenz¨® antes de que ellos accedieran a la finca. Los activistas fueron muy bien recibidos por el resto de vecinos en un acuerdo que recuerda perfectamente Garc¨ªa. ¡°Llegamos a la conclusi¨®n de que nosotros ten¨ªamos necesidad de vivienda y ellos de presi¨®n¡±. Nada m¨¢s llegar la PAH al edificio la empresa propietaria contrat¨® un vigilante de seguridad que controlaba qui¨¦n entraba y sal¨ªa
Pronto empezaron a aparecer los buzones rotos, el ascensor dej¨® de funcionar. ¡°Hab¨ªa vecinos que no pod¨ªan soportar la presi¨®n y llegaron a acuerdos con la empresa a cambio de poner fin a su contrato. Si entregaban las llaves les ofrec¨ªan entre 6.000 y 12.000 euros. En cuanto la empresa recuperaba el piso entraban alba?iles a reventar las cocinas y los ba?os a mazazos¡±.
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