Alberto Guijarro: ¡°Las salas son un reflejo de lo que pasa en la calle¡±
El director del Apolo, local que cumple 75 a?os, cree que la sala vive ¡°porque ha sabido evolucionar con los tiempos¡±
Si las salas de conciertos no viven ajenas a su entorno, la sala Apolo, abierta en 1935 como primer parque de atracciones cubierto en Espa?a, y, ya en 1943, convertida en sala de baile, ahora hace 75 a?os, lo ha visto todo. Vio una pista de hockey patines en el terrado y dos equipos compitiendo en la liga, combates de boxeo, marines de la Sexta Flota y mucho baile con una orquesta, la Apolo, que estuvo tocando all¨ª unos 50 a?os. De todo eso queda un escrito en una pared, en el que se proh¨ªbe a las taxi-girl, bailarinas profesionales, dedicarse a un solo cliente, am¨¦n del esp¨ªritu bailar¨ªn de Alberto Guijarro, su director desde inicios de los 90.
La pervivencia de su local, ahora ampliado y reformado, tiene para Guijarro una explicaci¨®n central: ¡°Hemos sabido evolucionar con el tiempo y adaptarnos a las nuevas realidades. Sobrevivimos al indie y ahora muchas escenas musicales diferentes ven en nuestra sala el lugar id¨®neo para exponerse. Las salas de conciertos son un reflejo de la realidad, un espejo de lo que pasa en la calle¡±, mantiene.
Desde los a?os noventa, los cambios se han acelerado; particularmente, en los ¨²ltimos ocho o nueve. ¡°Las redes han variado la forma de consumir m¨²sica y ahora el p¨²blico tiene gustos m¨¢s amplios. De hecho hay aficionados que no tienen barreras temporales y no saben si lo que les gusta es actual o de los ochenta, la m¨²sica es un todo en su cabeza¡±. Esta nueva forma de vivir la m¨²sica parece facilitar el trabajo del promotor ya que, seg¨²n Alberto (que promueve un 35% de los conciertos del local, el resto es de promotoras ajenas), ¡°antes era m¨¢s f¨¢cil pinchar con un artista. Ahora, siempre que nos refiramos a artistas con una convocatoria a partir de 400 personas, es m¨¢s f¨¢cil acertar, dispones de m¨¢s informaci¨®n. Lo m¨¢s dif¨ªcil sigue siendo no perder dinero con bandas peque?as. Yo perd¨ª much¨ªsimo en la Sala 2 antes de su reciente remodelaci¨®n, por eso admiro a locales como Sidecar, que siendo peque?os siguen trabajando muy bien y con ¨¦xito¡±.
Estil¨ªsticamente, tambi¨¦n se han producido cambios radicales en el panorama. Seg¨²n Salmer¨®n, ¡°lo que ahora tiene m¨¢s fuerza es toda la m¨²sica urbana, ll¨¢mese hip-hop, trap, reguet¨®n o dancehall, por cierto, ¨²nicos estilos que no han bajado en asistencia a conciertos durante estos meses de agitaci¨®n pol¨ªtica¡±. Para Guijarro, el reguet¨®n es el m¨¢s complicado de gestionar: ¡°En realidad, hay dos escenas de reguet¨®n: la de los latinos y la de los blancos modernetes, y no tienen nada que ver. Juntarlas es casi imposible, y la primera es muy compleja ya que se provocaban situaciones l¨²bricas de final incierto. Se impuso el control estricto de acceso con detectores de metales. Cada noche era una aventura y nos generaba mucha tensi¨®n como sala¡±.
De todas formas, la sala Apolo no tiene una sola piel, pues programa flamenco, jazz, electr¨®nica ¡ªuno de sus hist¨®ricos puntales¡ª, m¨²sica para ni?os, swing, rock duro¡ ¡°Lo que m¨¢s ha bajado es el rock cl¨¢sico y el pop¡±, afirma Guijarro con sus datos en la mano, cifras de un promotor que busca siempre trabajar para nichos definidos de mercado. Y un dato esperanzador: ¡°En los ¨²ltimos tiempos hay un repunte del directo, han surgido muchos nuevos artistas de estilos muy diferentes y parece haber algo m¨¢s de dinero¡±.
La celebraci¨®n que tendr¨¢ lugar a lo largo del a?o incluye un libro, Apolo, 75 a?os sin parar de bailar, escrito por la periodista Eva Espinet, un documental, conciertos conmemorativos, exposiciones, cesi¨®n de un escenario en la Merc¨¨ para ser programado por la sala, un ciclo en la Filmoteca sobre m¨²sicas de club y charlas de toda ¨ªndole. Todo ello tendr¨¢ lugar en un nuevo espacio, La 3, cuyo nombre explica mejor que nada lo que es Apolo: ¡°La 3¡±, dice Guijarro, ¡°era como conoc¨ªa el p¨²blico m¨¢s joven a la calle donde sal¨ªa a fumar. Ya que no pod¨ªan hacerlo ni en la Sala 1 ni en la Sala 2, quedaban en la calle, en la 3¡±. La calle, el sentido ¨²ltimo de las salas de baile y de conciertos. Apolo, 75 a?os ya en ella.
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