El Centro Cultural de Terrassa logra ser autosuficiente tras un recorte del 40% de los fondos
Tras la desaparici¨®n del apoyo econ¨®mico de las cajas de ahorro, la fundaci¨®n celebra sus 35 a?os con una ambiciosa programaci¨®n de danza
Con la desaparici¨®n de las cajas de ahorros y sus Obras Sociales, entidades y centros que depend¨ªan de ellas tuvieron que aprender a caminar solos y ser autosuficientes. Uno de los que empieza a salir a flote tras la desintegraci¨®n en 2010 de Caixa Terrassa es el Centro Cultural de Terrassa, que cumple 35 a?os. La negociaci¨®n en los costes de los espect¨¢culos y la reducci¨®n de la plantilla han sido claves para contener los n¨²meros rojos. Para celebrar el aniversario, el centro apuesta por una ambiciosa programaci¨®n de su punto fuerte: la danza.
La antigua Obra Social Caixa Terrassa se rebautiz¨® como Fundaci¨®n Especial Antigua Caixa Terrassa, que gestiona, como entonces, tres equipamientos: el Centro Cultural (donde se realizan espect¨¢culos de teatro, danza y m¨²sica, adem¨¢s de exposiciones), los talleres Fupar (de integraci¨®n de personas con discapacidad) y la residencia de ancianos la Llar.
El Centro Cultural ha tenido que aplicarse para cuadrar sus cuentas y gestionar una reducci¨®n del presupuesto del 40%, que ha pasado de los 2,4 millones en 2009 (¨²ltimo a?o como Obra Social Caixa Terrassa) hasta los 1,4 del a?o pasado. Uno de los retos con los que deben lidiar sus responsables es la gesti¨®n del d¨¦ficit, que este a?o se eleva a 300.000 euros (el 20% de su presupuesto). Durante la etapa de la Obra Social, era Caixa Terrassa la que insuflaba anualmente una inyecci¨®n de l¨ªquido adicional para corregir los n¨²meros rojos, seg¨²n explica Josep Ribera director general de la Fundaci¨®n Cultural Privada Caixa Terrassa.
Actualmente el Centro Cultural se financia con fondos propios ¡ªb¨¢sicamente de la venta de entradas y del alquiler de espacios¡ª, as¨ª como del patrocinio del BBVA, que supone el 15% del presupuesto. Y es que a pesar de la desaparici¨®n de las Obras Sociales, el banco no se ha desentendido completamente de la financiaci¨®n de estos proyectos y en 2017 aport¨® 2,2 millones a la Fundaci¨®n Antiguas Cajas Catalanas, que agrupa los equipamientos culturales y sociales de las desaparecidas cajas de Sabadell, Terrassa y Manlleu, que se fusionaron en 2010 en Unnim para acabar integradas en el BBVA tres a?os m¨¢s tarde. El acceso a las subvenciones de la Generalitat les resulta casi imposible por ser una fundaci¨®n que gestiona una entidad privada.
Para sobrevivir, la fundaci¨®n tuvo que reducir casi a la mitad de la plantilla ¡ªque pas¨® de 18 a 10 personas¡ª y recortar los costes de los espect¨¢culos. ¡°Ahora se negocia mucho m¨¢s con las compa?¨ªas. Antes probablemente cobraban demasiado, sab¨ªan que era la caja la que pagaba y que hab¨ªa dinero, pero con la crisis tambi¨¦n han tenido que adaptarse¡±, explica el director de la fundaci¨®n. Ribera asegura que este periodo de estrecheces econ¨®micas no ha afectado la actividad cultural. ¡°Puede que hagamos m¨¢s actividades ahora. Pod¨ªamos haber convertido esto en un casal, pero optamos por mantener la calidad de los espect¨¢culos¡±, incide.
El Centro Cultural acoge desde conciertos sinf¨®nicos a exposiciones, espect¨¢culos de circo y programas pedag¨®gicos. Pero su punto fuerte es la danza. De hecho, el egarense es el ¨²nico equipamiento privado en Catalu?a que ofrece una temporada estable de danza. Lo hace desde el inicio del centro, as¨ª que este a?o celebra su 35? edici¨®n con un cat¨¢logo variado de diferentes estilos de danza, desde el cl¨¢sico al contempor¨¢neo, pasando por el flamenco.
La temporada arranca el 3 de febrero con una de las compa?¨ªas contempor¨¢neas m¨¢s populares de Am¨¦rica, Alvin Ailey II, y adem¨¢s contar¨¢ con producciones exclusivas como Carmina Burana de Maria Rovira y con figuras de primer orden como la estrella del Bolshoi, Ivan Vaisilev. Tambi¨¦n actuar¨¢ el Ballet de Catalunya, una compa?¨ªa de reciente creaci¨®n residente en el mismo Centro Cultural.
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