El secuestro con final feliz que destap¨® a ¡®narcos¡¯ y polic¨ªas corruptos
La fiscal¨ªa pide 43 a?os de c¨¢rcel para un traficante colombiano que retuvo dos d¨ªas a una pareja por un supuesto robo de coca¨ªna
Juan Carlos Duarte acababa de bajar del Audi A3 cuando los Mossos d'Esquadra se le echaron encima para detenerle. Los otros dos captores, colombianos como ¨¦l, lograron darse a la fuga mientras las v¨ªctimas del secuestro, Ezequiel y Ruth, permanec¨ªan en el coche tras un d¨ªa y medios retenidos contra su voluntad; 36 horas en las que hab¨ªan sufrido golpes y amenazas. Duarte hab¨ªa aparcado el Audi cerca del piso de Ezequiel, en Barcelona, donde esperaba que los familiares del chico le entregaran dinero en efectivo para saldar sus deudas. Al parecer, Ezequiel se la hab¨ªa jugado a Duarte y los suyos y les hab¨ªa robado una importante cantidad de coca¨ªna.
Por aquel secuestro, Duarte y otras siete personas se sientan a partir del martes en el banquillo de los acusados de la Audiencia de Barcelona. La Fiscal¨ªa pide un total de 43 a?os para ¨¦l por los delitos de robo con violencia e intimidaci¨®n, lesiones,? allanamiento de morada, detenci¨®n ilegal, tr¨¢fico de drogas y grupo criminal. Adem¨¢s de incautarse de una peque?a cantidad de droga (un kilo y medio de coca¨ªna), los Mossos constataron, en las investigaciones posteriores, un tr¨¢fico de al menos 1.600 llamadas relacionadas con la venta de coca¨ªna entre Duarte y los suyos.
Hab¨ªa nacido la operaci¨®n Julieta: una compleja investigaci¨®n que permiti¨® a la polic¨ªa descubrir 320 kilos de coca¨ªna ocultos en una nave industrial de Viladecans convertida, por Duarte, en una falsa empresa de cosm¨¦ticos. La droga llegaba a trav¨¦s del puerto de Barcelona. En los registros de la nave se hallaron indicios en ese sentido. Y tambi¨¦n detalles que daban a entender la implicaci¨®n de funcionarios: naci¨® tambi¨¦n as¨ª la operaci¨®n Romeo, que est¨¢ abierta y por la que permanece en prisi¨®n un inspector antidroga del Cuerpo Nacional de Polic¨ªa, Calixto M. G., acusado de dar apoyo a la banda de Duarte.
Esas dos operaciones de gran envergadura tienen, pues, un origen com¨²n: el secuestro que comenz¨® a mediod¨ªa del 10 de julio de 2015, cuando Duarte y otras tres personas se presentaron en el piso de Ezequiel, que estaba en el portal con su pareja. Les obligaron a entrar. "D¨®nde est¨¢ nuestro dinero, t¨² estabas compinchado con el robo de nuestra droga", le acus¨® uno de los colombianos que logr¨® darse a la fuga. Esgrim¨ªa un cuchillo. Lo revolvi¨® contra Ezequiel y le cort¨® el segundo dedo de la mano izquierda. Tambi¨¦n le hizo cortes en la espalda y en ambas manos. "Te voy a matar hijo de puta, te crees que te vas a salir con la tuya, me vas a pagar los 15.000 euros".
Duarte apuntaba a los ocupantes del piso con una pistola, mientras el resto de los traficantes revolv¨ªa las habitaciones en busca de objetos de valor, seg¨²n el escrito de acusaci¨®n de la fiscal¨ªa. La chica, Ruth, ofreci¨® sus dos iPhone 6. Ezequiel habl¨® de su Audi A3. Y, aunque neg¨® haber cometido el robo, dijo que su madre, que viv¨ªa en Zaragoza, podr¨ªa conseguir algo de dinero. Duarte, supuesto jefe de los narcos, la llam¨®: "Su hijo ayer me tumb¨® con otros dominicanos, han de pagar, si no mataremos a todos".
Duarte anunci¨® que pretend¨ªa llevarse a la chica, encerrarla y no liberarla hasta haber saldado la deuda. Finalmente, los asaltantes se los llevaron a los dos en el Audi A3 reci¨¦n confiscado. Los condujeron hasta un piso en L'Hospitalet de Llobregat propiedad de Rosa, la pareja de Duarte. Durante todo el d¨ªa se sucedieron las llamadas entre los secuestradores y familiares de los dos chicos. La madre dice que puede reunir entre 5.000 y 7.000 euros, pero vive en Zaragoza y los captores no quieren transferencias ni env¨ªos por Western, sino efectivo. Las amenazas siguen: "No te estoy piendo plata tuya ni te estoy robando, esto no es ning¨²n secuestro ni nada de eso, necesitamos la plata. Si t¨² no me respondes, yo ya me entender¨¦ con tu mam¨¢", le dice uno de los fugados.
Las conversaciones avanzan, con dificultades, y los secuestradores quedan en recoger el dinero la noche del d¨ªa siguiente. Pero los familiares ya se han puesto en contacto con la polic¨ªa auton¨®mica, que prepara el dispositivo. A las 22.30 horas del d¨ªa 11, el secuestro ya es historia. La investigaci¨®n, sin embargo, no ha hecho m¨¢s que empezar.
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