El Crims de Tinta premia la primera investigaci¨®n de los Mossos

Fueron ocho a?os, desde que se crearon en 1983, protegiendo edificios de la Generalitat, o investigando sobre el juego, asuntos de menores o vigilancia de patrimonio. Nada m¨¢s. Pero un d¨ªa de 1991, los Mossos d¡¯Esquadra se hicieron mayores como fuerzas de seguridad y se estrenaron, por orden de un juez, como polic¨ªa judicial. El caso ten¨ªa algo del subg¨¦nero de novela negra de habitaci¨®n cerrada: una reclusa es hallada muerta en su celda, posiblemente por sobredosis. ?Es la causa? Y si lo es, ?qui¨¦n vende esa droga en la c¨¢rcel de mujeres? Y a¨²n m¨¢s, ?qui¨¦n la introduce? Una buena historia y m¨¢s si quien la escribe particip¨® en esa m¨ªtica investigaci¨®n fundacional. Y ambos requisitos recaen en Joan Miquel Capell, que con Wad-Ras ha obtenido hoy el IX premio Crims de Tinta que convoca RBA-La Magrana, dotado con 5.000 euros.

Capell (Barcelona, 1960) lo ha hecho casi todo en los Mossos d¡¯Esquadra, de los que form¨® parte de su primera promoci¨®n, pasando por todos los escalafones a lo largo de 32 a?os: desde aspirante a mosso hasta alcanzar el grado de comisario; e, incluso, ser el encargado de liderar el delicado despliegue del cuerpo en Barcelona en 2005 en substituci¨®n de la Polic¨ªa Nacional. Doctor en Derecho, tambi¨¦n es autor del ensayo dedicado a los m¨¢s j¨®venes Ser policia (2011).

Como no pod¨ªa ser de otro modo, el jurado del premio (que, curiosamente, instituy¨® el departamento de Interior de la Generalitat en 2008 y que RBA convoca desde hace cuatro a?os) destac¨® en su fallo ¡°la verosimilitud y el realismo de la trama, ce?ida a la mejor tradici¨®n de la novela procedimental¡± que impregna Wad-Ras, que saldr¨¢ a la venta el pr¨®ximo lunes. Capell, que ahora ejerce de responsable de Prevenci¨®n y Seguridad de la Diputaci¨®n de Barcelona, ha aprovechado sus vivencias personales, enmarcadas en un momento hist¨®rico del cuerpo policial. As¨ª, sorprendi¨® gratamente al jurado con el realismo con el que describe la prisi¨®n de Wad-Ras y, en particular, el departamento destinado a las madres, donde arranca la historia de Manuela, la v¨ªctima. Tambi¨¦n sobresalen los peque?os detalles que desvelan las dificultades del despliegue de una nueva fuerza policial en Catalu?a, que arranc¨® con una academia urbana en la avenida Pearson de Barcelona y que estaba conformando su flota de veh¨ªculos, que entonces se compraban todos nuevos, a diferencia de la actualidad, que son en buena parte de alquiler.

En ese contexto, Capell no se reprime a la hora de dar breves pero visibles pinceladas de las tensas relaciones entre los cuerpos de la polic¨ªa Nacional y los Mossos. As¨ª, en un momento de la novela, el autor pone en boca de un inspector en jefe del cuerpo estatal: ¡°La verdad, su se?or¨ªa, es que nos ha sorprendido bastante que haya encarado a los mozos de escuadra un caso de tanta envergadura (¡­) los mozos no est¨¢n capacitados para investigar un tema de drogas como este¡±. En la obra, sin embargo, se entrev¨¦ que las diferencias y los roces estaban (o est¨¢n) m¨¢s en los despachos de los altos cargos policiales que en la calle entre agentes.