Santi Vila: ¡°En Occidente hay que hacer las cosas ajustadas a la ley¡±

Se ape¨® del Gobierno catal¨¢n horas antes de la votaci¨®n de la independencia que el pasado octubre acab¨® con la intervenci¨®n de la autonom¨ªa. Ahora, Santi Vila (Granollers, Barcelona, 1973) llama a una rectificaci¨®n general del independentismo al tiempo que afea a este movimiento haber vivido m¨¢s de ¡°sue?os¡± que de ¡°realidades¡±.

Pregunta. ?Realmente en alg¨²n momento lleg¨® a creer que el proceso culminar¨ªa en una Catalu?a independiente?

Respuesta. Yo siempre estuve convencido de que en alg¨²n momento ser¨ªamos capaces de conseguir un refer¨¦ndum. Tambi¨¦n he sido consciente de la complejidad de la sociedad catalana y he vivido, perplejo, la incapacidad del Gobierno de Mariano Rajoy para plantear a los catalanes un ¡°queremos que os qued¨¦is¡± y no un simple ¡°no os pod¨¦is ir¡±.

P. ?Pensaba que el independentismo frenar¨ªa?

R. Yo cre¨ªa que ser¨ªamos capaces de encauzar el conflicto.

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P. ?Por qu¨¦ no fue posible?

R. Por muchas razones. En el Gobierno de Rajoy, m¨¢s all¨¢ del inmovilismo, en muchos momentos se ningune¨® el conflicto. Cre¨ªan que esto se arreglar¨ªa solo. El error fue el inmovilismo y el ninguneo del problema. Analizar el comportamiento desde el punto de vista del soberanismo es m¨¢s complejo. El soberanismo fue la variante catalana de la respuesta de las clases medias occidentales ante la constataci¨®n de que no pod¨ªan suministrar a sus hijos el mismo nivel de progreso que hab¨ªan tenido ellos. En EE UU esto se ha traducido en la victoria de Trump, en Italia el Movimiento 5 Estrellas.

P. Entiende pues que el soberanismo es una salida populista.

R. No s¨¦ si es populista, pero s¨ª es una respuesta antipol¨ªtica. ANC y ?mnium se reivindican distantes de la pol¨ªtica convencional. Esto lo hemos visto en otros pa¨ªses occidentales ante la p¨¦rdida de Estado del bienestar.

P. Usted intent¨® que Puigdemont convocara elecciones y no declarase la independencia. ?Qu¨¦ fall¨®?

R. Fuimos muchos los que lo intentamos. Y obtuve el compromiso t¨¢cito del Gobierno de que no se aplicar¨ªa el 155 si se convocaban elecciones. Pero no conseguimos que lo que t¨¢citamente se hab¨ªa pactado Rajoy lo explicitase enviando una se?al de confianza a Catalu?a. Para nuestra desesperaci¨®n esto no pas¨®. Tambi¨¦n fall¨® que viv¨ªamos en un entorno emocionalmente irrespirable y continuamente alimentado desde las redes sociales. Cuando Puigdemont insinu¨® la posibilidad de convocar elecciones le acusaron de traidor. Finalmente, es conocido que el socio de gobierno, ERC, endureci¨® much¨ªsimo su oposici¨®n a la convocatoria electoral. Primero dijo que lo respetaba pero despu¨¦s vir¨® a una posici¨®n m¨¢s dura.

P. Ahora ERC quiere mostrar una imagen de mayor moderaci¨®n. ?Se lo cree?

R. Me alegro de que, poco a poco, todos nos vayamos serenando. Celebro este viaje al centro de ERC, ya veremos si es sostenible en el tiempo.

P. ?Por qu¨¦ no dimiti¨® antes? Se aprob¨® la ley de desconexi¨®n con usted en el Govern.

R. Efectivamente, aquel fue el momento m¨¢s lamentable aunque yo no tuve que votarla porque no era diputado. Durante aquellas semanas intentamos encauzar el conflicto. Yo estaba convencido de que eso acabar¨ªa con una convocatoria de elecciones. Al final no lo consegu¨ª. Fracas¨¦ y por eso dimit¨ª.

P. ?Le queda credibilidad al independentismo?

R. Todos debemos ser honestos y dar explicaciones. 2018 debe ser el a?o de la rectificaci¨®n, no de la ratificaci¨®n.

P. Empezando por los independentistas, supongo.

R. Efectivamente, y justificar, explicarse por qu¨¦ decidimos que m¨¢s all¨¢ de la movilizaci¨®n pol¨ªtica no se pod¨ªa seguir. Hay b¨¢sicamente dos razones. El 1-O confirma que tenemos una sociedad absolutamente dividida. Y luego hay otro elemento y es que la sociedad catalana insisti¨® en que no se estaba dispuesto a llevar la reivindicaci¨®n pol¨ªtica al conflicto social, lo que invalidaba la posibilidad de implantar la independencia.

P. ?Y habr¨¢n aprendido la lecci¨®n?

R. Creo que s¨ª. El nuevo relato va en esta direcci¨®n. Muchos est¨¢n constatando que, para que un proyecto de estas caracter¨ªsticas se pueda llevar a cabo hay que ampliar much¨ªsimo el apoyo social. Y que en Occidente hay que hacer las cosas ajustadas a la ley. Hubo m¨¢s ilusi¨®n que realismo, m¨¢s sue?o que realidad.