Aprende a zafarte (o al menos a intentarlo) de tu agresor
El Ayuntamiento de Madrid imparte cursos de autodefensa gratuitos para mujeres en todos los distritos
Doce mujeres de entre 25 y 60 a?os ocupan tres bancos en la sala del s¨®tano del gimnasio Moscard¨®, en el barrio Salamanca de Madrid. Escuchan con atenci¨®n a Emilio S¨¢nchez, de 47 a?os, y a Viviana Ch¨¢vez, de 43. Son pareja. Llevan 14 a?os juntos. Hace cinco ¨¦l le dijo a ella: "?Por qu¨¦ no te especializas en autodefensa?". Y ahora imparten juntos?las jornadas y seminarios de la materia que se ofrecer¨¢n desde marzo hasta junio en los 21 distritos de la capital. Son gratuitos, est¨¢n dirigidos a mujeres a partir de los 12 a?os (las menores con autorizaci¨®n) y los promueve la Direcci¨®n General de Deportes del Ayuntamiento en colaboraci¨®n con la Federaci¨®n Madrile?a de Luchas Asociadas, de donde proceden S¨¢nchez y Ch¨¢vez.
Forman un buen t¨¢ndem. ¡°Yo fui machista¡±, dice ¨¦l nada m¨¢s empezar a hablar. ¡°Mi padre me dijo cuando era joven: en tu vida tendr¨¢s tres propiedades: tu casa, tu coche y tu mujer. As¨ª que imaginaros el cambio que te he tenido que hacer hasta ahora, que soy feminista¡±.
Emilio sigue hablando. ¡°Aunque no lo cre¨¢is, todos tenemos herramientas para defendernos: nuestros pu?os, las rodillas, los codos, los pies, que dan buenas patadas¡ En el seminario os ense?aremos los puntos vulnerables de los atacantes para salir de situaciones de peligro. Y os mostraremos que tambi¨¦n pod¨¦is utilizar objetos de fortuna para ayudaros: una botella, unas llaves, un l¨¢piz, unos papeles¡ Adem¨¢s, os explicaremos t¨¦cnicas para tranquilizaros y as¨ª poder reaccionar, como son la respiraci¨®n y ejercicios musculares de tensi¨®n y relajaci¨®n que ayudan a recuperar un poco de calma. Porque, recordad, solo vais a tener una opci¨®n para defenderos. Y hay que aprovecharla bien¡±.
El abc de la autodefensa
Vas a tener una ¨²nica opci¨®n de reaccionar para ganar tiempo y huir. Aprov¨¦chala.
Intenta no entrar en p¨¢nico y controlarte. Es esencial para poder reaccionar. Hay ejercicios de respiraci¨®n y musculares (consistentes en tensar y relajar m¨²sculos) que ayudan a ello.
F¨ªjate en tu agresor para poder describirlo: en sus ojos, su pelo¡
Grita. Di ¡°?fuego!¡±. Si pides ¡°auxilio¡± hay menos opciones de que te socorran pues mucha gente teme meterse en l¨ªos.
Utiliza los objetos que tengas a mano, que en autodefensa se llaman ¡°objetos de fortuna¡±: linternas, un l¨¢piz (un boli puede causar la muerte y su uso es m¨¢s discutible), el llavero¡ O adquiere otros espec¨ªficos: espray autodefensa, alarmas, silbatos.
Si logras zafarte y correr, mira siempre hacia atr¨¢s. Tienes que ver donde est¨¢ el agresor.
Los agresores utilizan el 40% de su fuerza cuando atacan a una mujer. Por eso tienes que encontrar el momento para reaccionar y huir de ¨¦l. Hay muchas t¨¦cnicas que usan las rodillas, los codos, o los pies. La t¨¦cnica m¨¢s socorrida y recomendada por los instructores es dar un golpe en los test¨ªculos. Haz un curso para aprenderlas.
No tengas miedo a herir a tu agresor. Tienes derecho a defenderte. Las mujeres cuentan con presunci¨®n de veracidad.
Las mujeres escuchan con atenci¨®n y muchas se preguntan si ser¨¢n capaces de reaccionar como pide Emilio en caso de sufrir una agresi¨®n. De las 12 participantes, ocho saben qu¨¦ es sufrir una agresi¨®n. Algunas han sufrido robos. Otras cuentan experiencias de violencia de g¨¦nero y abusos, temas sobre los que la sociedad est¨¢ cada vez m¨¢s concienciada; el a?o pasado se presentaron 25.251 denuncias por violencia hacia las mujeres, un aumento del 28% respecto a 2016. Todo un r¨¦cord.
Mayte, por ejemplo, sufri¨® abusos siendo una ni?a. Un se?or mayor se puso junto a ella en un autob¨²s y se frot¨® contra su entrepierna. ¡°Ten¨ªa 12 a?os, iba en uniforme y el hombre aprovech¨® que el bus iba lleno para frotar su mano, que sosten¨ªa un paraguas, contra mi pubis con insistencia¡±, cuenta. ¡°Me qued¨¦ petrificada y hasta varias horas m¨¢s tarde no me convenc¨ª de que no hab¨ªa sido por el gent¨ªo: hab¨ªa abusado de m¨ª¡±.
Otra de ellas sufri¨® malos tratos verbales por parte de su marido: insultos y gritos frecuentes. En una ocasi¨®n, su suegro le propin¨® un guantazo. ¡°Al principio no dec¨ªa nada. Me callaba, como una mujer de pueblo, sumisa. Qu¨¦ rabia haber sido tan cateta. Este tipo de cursos se ten¨ªan que dar en los colegios. Ahora estoy separada, pero sigo con el mismo miedo porque tenemos hijos en com¨²n¡±.
Y luego est¨¢ ella: una mujer de 25 a?os y una belleza melanc¨®lica. Cuenta que cuando era adolescente un novio la arrastr¨® por el pasillo cogi¨¦ndole de los cabellos. ¡°Entonces la cosa se solucion¨® hablando con sus padres. Pero hace unos meses me ha vuelto a llamar. Tres veces. Toda mi obsesi¨®n era dejarle claro que ya no viv¨ªa en el barrio, por si iba a buscarme¡±. Por eso dice: ¡°Estos cursos deber¨ªan ser obligatorios. Las mujeres somos m¨¢s vulnerables y tenemos que aprender a defendernos¡±.
Viviana se dirige ahora a las mujeres para prepararlas a recibir unas nociones pr¨¢cticas de autodefensa. ¡°Os vamos a dar unas pinceladas de algunas t¨¦cnicas en las que profundizaremos m¨¢s en el seminario, pero queremos que vay¨¢is teniendo una idea¡±. Ambos simulan un encuentro. Emilio la agarra por sorpresa y la tira al suelo ¡ªacompa?a el movimiento de un "perdona, cari?o"¡ª, le abre las piernas con fuerza, y se coloca entre ellas mientras le rodea el cuello con las manos. Una de ellas se suelta y se dirige a la bragueta. Mientras, Viviana se ha ido colocando de la manera justa para que, cuando ¨¦l se dispone a penetrarla, le propina una patada en los test¨ªculos que lo deja fuera de juego.
Los profesores muestran otras cinco t¨¦cnicas -en una de ellas, Ch¨¢vez le hinca las u?as en los ojos a S¨¢nchez- que sin duda requerir¨¢n de muchas m¨¢s clases para afianzarlas. Pero todas salen de la jornada con varias ideas claras en la cabeza: no hay que tenerle miedo hacer el rid¨ªculo por protegerse ante situaciones que parezcan peligrosas. Para ser eficaz en autodefensa se debe dedicar tiempo a aprender las t¨¦cnicas que existen, que no son f¨¢ciles, pero que te pueden salvar la vida. Y si me atacan, mejor que pedir auxilio, que ahuyenta a los asustadizos, es gritar ?fuego!
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