Currantes de biblioteca
Ante el dif¨ªcil panorama laboral muchos trabajadores aut¨®nomos se ven obligados a montarse su oficina en bibliotecas p¨²blicas
Muchos trabajadores aut¨®nomos se ven obligados a trabajar desde casa, pero a gran parte de ellos les resulta infructuoso o incluso da?ino para su salud mental: es preciso quitarse el pijama. Una opci¨®n es apuntarse al fen¨®meno de los coworkings, que prometen estilo californiano, modernidad y sinergias; otra, m¨¢s modesta, es acudir, con el ordenador port¨¢til a cuestas, a cafeter¨ªas con buen wifi o bibliotecas p¨²blicas.
¡°El nacimiento de mis tres hijos barri¨® mis rom¨¢nticas esperanzas de tener despacho en casa¡±, dice Paco Besc¨®s, publicista, escritor (su ¨²ltima novela es El porqu¨¦ del color rojo, publicada por Salto de P¨¢gina) y tres veces padre, todo ello freelance. Ha trabajado en bibliotecas y centros culturales por Madrid, Pozuelo de Alarc¨®n, Llanes (Asturias) o Calahorra (La Rioja). ¡°T¨² dices que vas a la biblioteca, pero en realidad sales a la calle con tu ordenador y tus trastos y te dedicas a probar suerte¡±, explica, ¡°?Qu¨¦ tal est¨¢ hoy de gente la biblioteca de Pozuelo? ?Qu¨¦ tal ir¨¢ hoy la wifi del ayuntamiento de Calahorra? ?Estar¨¢ hoy pillada la mesa de cerca del enchufe en el bar?¡±.
El ambiente de trabajo id¨®neo a veces tarda en aparecer, su b¨²squeda es una parte m¨¢s de la jornada laboral. La cosa tambi¨¦n depende de su prole: ¡°Ahora, por ejemplo, estoy pasando una ¨¦poca dorada¡±, ironiza, ¡°mi hija acaba de empezar en una guarder¨ªa que est¨¢ al lado de un centro cultural (el Alfredo Kraus, en Mirasierra) con una estupenda sala de estudio; la llevo a la guarder¨ªa, me meto all¨ª y, seis horas despu¨¦s, la recojo¡±. Entre los escollos m¨¢s comunes en este tipo de lugares, cuenta, est¨¢ la lentitud del wifi, la falta de enchufes o la celebraci¨®n de clases de flamenco en clases contiguas a la sala de estudio.
Desde el Ayuntamiento han notado el aumento de este tipo de usuarios en las bibliotecas municipales en los ¨²ltimos a?os. ¡°No tenemos estad¨ªsticas exactas en este sentido, pero estimo que podr¨ªa ser del 20 o 25%¡±, dice ?ngel Payar, jefe de servicio de Bibliotecas P¨²blicas. Seg¨²n explica, tras la crisis mucha gente ya se acerc¨® a las 32 bibliotecas municipales a aprovechar la conexi¨®n a Internet, ahora aumentan los usuarios que llevan su propio ordenador para trabajar, as¨ª que en las bibliotecas se esfuerzan por mejorar la conexi¨®n dada la demanda creciente. Pero no solo se trabaja, tambi¨¦n se busca empleo. ¡°En los llamados puntos de empleo, en acuerdo con la Agencia para el Empleo, se encuentran ofertas de trabajo, programas de empleo o libros sobre el mundo laboral¡±, explica Payar.
Besc¨®s no se considera especialmente precario. ¡°Ser¨ªa injusto decir eso teniendo en cuenta la cantidad de trabajadores que son precarios de verdad¡±, dice, ¡°pero s¨ª estoy pasando una ¨¦poca de incertidumbre, con una trituradora de dinero en casa y enfrent¨¢ndome a este trapecismo sin red que es ser aprendiz de freelance. Necesito libertad de movimientos para hacer mi parte en el cuidado y educaci¨®n de los ni?os, pero tambi¨¦n ingresos para afrontar tantos gastos. No puedo afrontar el gasto fijo que es un despacho¡±. A Madrid ya la han llamado la Comunidad de los Aut¨®nomos: en el ¨²ltimo a?o registr¨® el mayor crecimiento de Espa?a, un 2,36%. Casi 389.000 trabajadores por cuenta propia seg¨²n datos del Ministerio de Empleo, de finales de 2017. En toda Espa?a la cifra est¨¢ en torno a 3.210.000 aut¨®nomos.
Teresa, que prefiere no revelar su identidad, es periodista freelance y madre. Tambi¨¦n deja a su hija en la guarder¨ªa y se mete cuatro horas en la biblioteca. ¡°Es gracioso porque hay m¨¢s gente que viene con el carrito despu¨¦s de dejar a los ni?os en el colegio¡±, explica. El mundo de la madre freelance es complicado, seg¨²n dice, ¡°as¨ª que aprovecho estas cuatro horas para trabajar, si voy a casa seguro que acabo poniendo lavadoras o haciendo la compra¡±. Como an¨¦cdota cuenta la de estar comunic¨¢ndose por WhatsApp con otra persona, por motivos laborales, y llegar la conclusi¨®n de que ambas estaban trabajando en una biblioteca: un mundo lleno de currantes de biblioteca. ¡°No poder usar el tel¨¦fono es un buen contratiempo¡±, concluye Teresa, ¡°pero lo peor es que nunca consigo cerrar del todo la oficina¡±, concluye.
La biblioteca del museo Reina Sof¨ªa es una de las m¨¢s concurridas. All¨ª suele trabajar la productora, dramaturga y directora teatral Jana Pacheco. ¡°Hablamos de coworkings y bibliotecas como algo guay para no hablar de precariedad laboral", dice, ¡°yo trabajo en la biblioteca a pesar de tener un coworking maravilloso al lado, Lanau Espacio Creativo, porque me recuerda a la Facultad, a los compa?eros, y hay un silencio que no hay en ninguna parte¡±. Pacheco hace de la necesidad virtud: utiliza los libros como par¨¦ntesis en el trabajo, los hojea como quien sale fuera a fumar. As¨ª, dice, lo que lee se van colando en todo lo que hace. ¡°Hacer algo que te gusta antes de trabajar aumenta la concentraci¨®n¡±, afirma la productora, ¡°as¨ª, entre trabajo y melancol¨ªa, se pasa mejor el d¨ªa¡±.
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