Aumentan un 50% las invasiones de chinches
El alquiler de habitaciones a turistas en las viviendas sumado a la ausencia de fumigaciones, aumenta los casos entre particulares
Era septiembre y a Macarena (40 a?os, no quiere identificarse) no le sorprendi¨® especialmente la picadura. Dio por hecho que se trataba de un mosquito. Al d¨ªa siguiente, su pareja se despert¨® rasc¨¢ndose el brazo sin descanso. ¡°Oye, pero qu¨¦ es esto que me pica tanto¡±, se quej¨®. ¡°No te rasques y te dejar¨¢ de doler¡±, le contest¨® ella convencida de lo que dec¨ªa.
Picadura a picadura, Macarena y su pareja se fueron metiendo en un agujero negro plagado de unos bichitos oscuros cuya existencia desconoc¨ªan. Llevan siete meses conviviendo con este par¨¢sito que ataca de noche anestesiando convenientemente la zona para que no notemos su presencia y que les han dejado ronchas constantes en la piel que escuecen como el demonio. Macarena es abogada, hija de dos m¨¦dicos. Y lleva meses roci¨¢ndose la piel con alcohol para acabar con el picor y sobre todo con las posibles infecciones.
El mi¨¦rcoles y el jueves pasados, la empresa Rentokill pon¨ªa patas arriba su edificio, en el barrio de Malasa?a, que es -junto con Huertas y Lavapi¨¦s- la zona de la capital m¨¢s afectada por estas plagas. De 19 viviendas, los perros de la empresa fumigadora detectaron la presencia de este bicho en 17. En la suya levantaron hasta los rodapi¨¦s a la b¨²squeda de todo posible escondite de estos par¨¢sitos que se ocultan sobre todo en los colchones, en las maletas y la ropa.
Hasta cinco meses sin comer
Macarena y su pareja, cuando fueron conscientes de la invasi¨®n de chinches que sufr¨ªan, decidieron estudiar a su enemigo. Metieron en una bolsa varios ejemplares para observar su superviviencia, pues les informaron de que eran muy resistentes. Tres meses despu¨¦s, segu¨ªan vivos. "?Es incre¨ªble! ?No se mueren nunca!", exclama.
Las chinches son un par¨¢sito muy resistente, pues puede sobrevivir hasta cerca de cinco meses sin alimentarse de sangre humana. Se tiene conocimiento de un caso que sobrevivi¨® hasta un a?o y medio en ayunas. Su lugar preferido son los dormitorios, para estar cerca de su presa. S¨®lo se acercan a los humanos para alimentarse de su sangre, siempre de noche. Despu¨¦s, se refugian en escondrijos pr¨®ximos a la cama. Es dif¨ªcil darse cuenta de que te est¨¢ picando un chinche, pues adormecen la zona y solo se empieza a notar el escozor al rato de haber sido picado por uno.
Es precisamente su gusto por los bolsos de viaje una de las causas de su proliferaci¨®n. ¡°Hace cinco a?os aparec¨ªan sobre todo en los hoteles. Ahora, en viviendas de particulares¡±, informa Jacinto D¨ªez, portavoz de Rentokill, la empresa l¨ªder en la capital, que, entre otras cosas, da cursos a los empleados de limpieza de los hoteles para que puedan identificar la presencia de estos bichos. ¡°El alquiler por parte de los madrile?os de habitaciones en sus pisos, sin acompa?arlo de fumigaciones programadas como en los hoteles, est¨¢ aumentando los casos¡±. En 2015 esta empresa fumig¨® 240 edificios. El a?o pasado, 357, un 50% m¨¢s.
Macarena es un buen ejemplo de esta realidad, pues ella misma alquila de vez en cuando una habitaci¨®n en su vivienda para poder pagar la hipoteca. ¡°La pr¨®xima vez que reciba a un turista fumigar¨¦ su maleta, lo tengo claro¡±, afirma.
El desconocimiento de esta plaga por parte de la poblaci¨®n es una de las causas de su proliferaci¨®n. ¡°No hab¨ªa visto uno en la vida¡¯, nos suele decir la gente¡±, informa D¨ªez. ¡°Cuando se dan cuenta de que algo pasa, tienen ya la plaga encima¡±. El actual es el tercer tratamiento que realiza esta abogada, que hasta ahora se hab¨ªa resistido a pagar los 900 euros que cuesta el tratamiento de Rentokill, la empresa con la que trabaja el Ayuntamiento en los casos que aparecen en viviendas sociales, cuyo tratamiento financia el Consistorio. El a?o pasado pagaron un total de 150.
Hasta la Segunda Guerra Mundial, las plagas de chinches no eran raras. Pero despu¨¦s, fueron desapareciendo. ¡°Llegaron a esfumarse del todo en los sesenta¡±, explica Jos¨¦ Mar¨ªa C¨¢mara, veterinario, del ¨¢rea de plagas del Ayuntamiento. ¡°Hace a?os las facultades nos ped¨ªan muestras de chinches para ense?arlos a los alumnos¡±, aporta D¨ªez. Pero desde hace quince a?os, han vuelto a resurgir en Europa Occidental y Estados Unidos. "Su aparici¨®n es progresiva y continua", dice C¨¢mara. Hasta el a?o 2000 el Ayuntamiento de Madrid no ten¨ªa un sistema en marcha para tratarlos.
En el edificio de Macarena el tratamiento ha consistido en un sistema de burbujas de calor, que funciona tanto contra los par¨¢sitos como contra sus huevos. La empresa instal¨® en su piso una carpa en la que metieron todas las cosas que pudieran estar infectadas y les aplicaron altas temperaturas, como si se tratara de un microondas. En unos d¨ªas volver¨¢n a revisar el edificio. Entonces sabr¨¢n si habr¨¢ servido para acabar con su pesadilla.
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