Acoso en el parvulario

El acoso escolar suele darse en la adolescencia, pero tambi¨¦n a edades m¨¢s tempranas. Incluso en el parvulario. Es lo que ha ocurrido en el caso de un alumno de la escuela p¨²blica La Caixa de Barcelona, que sufri¨® episodios de bullying en P4, P5 y primer curso de Primaria, hasta que finalmente los padres pudieron cambiarle de centro. Un juez ha condenado ahora a la Generalitat a pagar 3.800 euros a los padres del menor por no vigilar con suficiente celo a sus compa?eros ni activar a tiempo el protocolo de prevenci¨®n del acoso escolar.

La sentencia sostiene que hay indicios suficientes de que el menor sufri¨® un acoso "continuado" durante tres cursos, de 2013 a 2016, siempre en el CEIP La Caixa, en el barrio de Sant Mart¨ª. El juez admite que es "infrecuente", pero veros¨ªmil, que el bullying se produzca "a cortas edades". Y concluye que "lo preocupante e ins¨®lito" es que el centro escolar "no activara un protocolo de actuaci¨®n contra un posible acoso escolar de un menor pese a la insistencia de la madre". Al tratarse de una escuela p¨²blica, la condena se dirige al Consorcio de Educaci¨®n de Barcelona, integrado por la Generalitat y el Ayuntamiento.

La Administracion acus¨® a los padres de inventar el acoso para lograr un cambio de centro

La madre del menor tom¨® nota, en un diario, de los episodios de hostigamiento sufridos por el menor, que seg¨²n la demanda inclu¨ªan "golpes, insultos y amenazas". Una trabajadora social mencion¨® tambi¨¦n ansiedad y somatizaciones. Y una pediatra adscrita al Instituto Catal¨¢n de la Salud deriv¨® finalmente al menor a un centro de salud mental ya en 2016. Todo ello pone en evidencia, seg¨²n el juez, que "alguna cosa extra?a" ocurr¨ªa en torno al menor. Un indicio m¨¢s de que se estaba produciendo bullying, a?ade el juez, es que el menor "se apuntara a una actividad de defensa personal". Y pese a todo ello, el centro no activ¨® el protocolo de prevenci¨®n ni siquiera cuando la madre denunci¨®, en febrero de 2016, dos episodios concretos de "violencia".

Otras v¨ªctimas

Los abogados de la Generalitat alegaron, en el juicio, que los padres se inventaron el acoso a su hijo para lograr que le cambiaran de centro educativo. Y citaron a su favor un presunto conflicto con los padres sobre el seguimiento de la dermatitis at¨®pica que sufre el ni?o, as¨ª como un "recorte de prensa gen¨¦rico" que alertaba sobre esas denuncias falsas. La Generalitat tambi¨¦n culp¨® al menor del conflicto con los compa?eros por su "temperamento".

El juez no da credibilidad a las alegaciones del organismo p¨²blico y s¨ª, en cambio, a la madre. Es "dif¨ªcilmente cre¨ªble", razona, que unos padres "efect¨²en quejas constantes, continuadas en el tiempo" (durante tres a?os) y que lo hagan por puro "capricho". Tambi¨¦n ayud¨® el hecho de que en la vista declarara la madre de otro menor que tambi¨¦n fue golpeado en P4 y tuvo que cambiar de centro. Todo ello denota "cierta inactividad de la comunidad escolar".

La sentencia estima el recurso de los padres contra la decisi¨®n de la Administraci¨®n de no otorgar indemnizaci¨®n alguna a los padres. El juez cree que no puede compensar por da?os morales (porque no haysecuelas) pero s¨ª por los da?os psicol¨®gicos que cree acreditados. A trav¨¦s de la abogada Noelia Reb¨®n, los padres hab¨ªan denunciado la "nula actuaci¨®n" del centro. El magistrado asume que la escuela s¨ª adopt¨® "medidas de seguimiento y vigilancia", pero que resultaron "insuficientes e ineficaces".

En mayo de 2016, mientras cursaba Primaria y tras el visto bueno del inspector, el menor fue finalmente trasladado a otra escuela. All¨ª est¨¢ "contento" y sigue sus estudios primarios "sin incidencias relevantes, en especial a nivel psicol¨®gico-ps¨ªquico", recoge la sentencia.