Torra redobla el desaf¨ªo al Estado y apuesta por la rep¨²blica catalana
El candidato a la Presidencia deber¨¢ someterse a una segunda votaci¨®n porque ayer no logr¨® la mayor¨ªa absoluta para ser investido
El futuro ejecutivo catal¨¢n lleva camino de repetir o, como m¨ªnimo imitar, los pasos del proceso independentista que el pasado oto?o acabaron con la intervenci¨®n de la autonom¨ªa por parte del Gobierno y con el encarcelamiento de buena parte de sus miembros. El candidato a la presidencia de la Generalitat, Quim Torra (Junts per Catalunya) confirm¨® en el debate de investidura de este s¨¢bado que su objetivo es la consecuci¨®n de una rep¨²blica catalana precedido de un proceso de elaboraci¨®n de una constituci¨®n. Torra deber¨¢ someterse el lunes a una segunda votaci¨®n porque en la primera no logr¨® la mayor¨ªa absoluta de los votos para ser investido.
Como todo lo que viene pasando en la vida pol¨ªtica catalana desde hace muchos meses el de este s¨¢bado fue un debate an¨®malo. De entrada porque el candidato a la investidura era ni m¨¢s ni menos que el n¨²mero 11 de la segunda lista m¨¢s votada. Y, en segundo lugar, porque el propio candidato admiti¨® que pide la confianza del Parlament ¡ªque ayer no obtuvo¡ª para convertirse en un presidente ¡°provisional¡± a la espera de un eventual regreso a Catalu?a de Carles Puigdemont, a quien sigue considerando el ¨²nico ¡°presidente leg¨ªtimo¡±.
Para desespero de toda la oposici¨®n Torra confirm¨® que quiere seguir los pasos del Gobierno destituido. Y que lo har¨¢ bajo la estricta tutela de Carles Puigdemont por una parte y de los antisistema de la CUP, de cuya abstenci¨®n depende que ma?ana, en una segunda votaci¨®n, si obtenga los votos necesarios para la investidura. Esto, sumado a los ideales del candidato, encuadrados en el independentismo m¨¢s extremo, configuraron un discurso repleto de invectivas hacia el Estado, de proclamas independentistas y sin apenas contenido pol¨ªtico m¨¢s all¨¢ del ¡®proc¨¦s'.
Torra se comprometi¨® a ¡°trabajar sin descanso para la rep¨²blica catalana¡± nada m¨¢s abrir el debate. Reiter¨® su voluntad de iniciar un ¡°proceso constituyente que desembocar¨¢ en la elaboraci¨®n de una Constituci¨®n catalana¡± y prometi¨® que su Govern ser¨¢ fiel al ¡°mandato del 1 de octubre¡±, en referencia al resultado mayoritario a favor de la independencia que arroj¨® aquel refer¨¦ndum ilegal.
Torra defendi¨® la ¡°construcci¨®n de un pa¨ªs con la m¨¢xima radicalidad posible¡± en un discurso duro contra el Estado y sus instituciones, tanto en el fondo como en las formas. Defendi¨® la bicefalia de poder entre el que ostentar¨¢ Puigdemont desde Alemania y el suyo como presidente de la Generalitat y calific¨® ¡°de transici¨®n¡± la etapa que se iniciaba a la espera del expresidente y los exconsejeros vuelvan a ocupar los cargos de los que fueron destituidos por la aplicaci¨®n del art¨ªculo 155 de la Constituci¨®n.
El discurso de Torra no detall¨® ninguna medida concreta m¨¢s all¨¢ de las vinculadas a la restituci¨®n del autogobierno y de volver a poner en marcha el proceso independentista. Se fij¨® tres prioridades. La primera, recuperar las leyes aprobadas por el Parlament que en los ¨²ltimos meses suspendi¨® o anul¨® el Tribunal Constitucional tras los recursos presentados por el Gobierno del PP.
La segunda prioridad es realizar un ¡°inventario¡± de los ¡°efectos¡± provocados en todos los ¨¢mbitos en Catalu?a por la aplicaci¨®n del art¨ªculo 155 de la Constituci¨®n durante casi seis meses, desde que la aprob¨® el Senado. Tambi¨¦n se comprometi¨® a ¡°restituir y ampliar¡± la red de oficinas de la Generalitat en el exterior que el Gobierno del PP cerr¨® con el despido de todos los trabajadores del Diplocat.
El candidato combin¨® estas propuestas con ataques al Gobierno. Torra lleg¨® a acusar directamente de ¡°malversaci¨®n¡± al ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, por enviar a miles de polic¨ªas y guardias civiles a Catalu?a con motivo del refer¨¦ndum ilegal del 1 de octubre.
Esto no impidi¨® que Torra lanzara una inconcreta oferta de di¨¢logo hacia el Gobierno de Mariano Rajoy, con quien quiere reunirse lo antes posible. Tampoco dud¨® en interpelar al Rey Felipe VI. Lo hizo citando unas palabras suyas de 1990 -cuando era Pr¨ªncipe de Asturias- pronunciadas en el Parlament en las que aseguraba que Catalu?a ser¨ªa ¡°lo que los catalanes quieran que sea¡±. Eso lo contrapuso al hecho que, seg¨²n ¨¦l, hoy en Catalu?a hay ¡°presos pol¨ªticos y exiliados¡±. ¡°As¨ª no, majestad¡±, concluy¨®.
Las m¨¢s de cinco horas de sesi¨®n tambi¨¦n pusieron en evidencia que Torra no tendr¨¢ las manos libres para gobernar por la tutela impuesta por parte de Carles Puigdemont. De hecho, el expresidente irrumpi¨® en la sesi¨®n mediante una entrevista publicada ayer en el peri¨®dico italiano La Stampa, en la que el expresidente anunci¨® que el candidato a la investidura, Quim Torra (JxCat), convocar¨¢ elecciones a partir del 27 de octubre ¡ªel primer d¨ªa que podr¨ªa hacerlo legalmente¡ª ¡°si el Gobierno espa?ol sigue con la persecuci¨®n¡±. La oposici¨®n en pleno hurg¨® en la herida y record¨® a Torra que ni siquiera se ha reservado la prerrogativa de disolver la legislatura cuando lo considere necesario. En los pasillos de la c¨¢mara catalana se da por hecho que Torra, efectivamente, convocar¨¢ elecciones cuando se despeje el horizonte judicial de Puigdemont y de los exconsejeros encarcelados. Todo ello condena Catalu?a a, como m¨ªnimo, medio a?o m¨¢s de provisionalidad.
La r¨¦plica de Torra a los partidos de la oposici¨®n no hizo m¨¢s que evidenciar esta situaci¨®n. El primer objetivo del candidato en ese turno no fue otro que intentar asegurarse el apoyo -o como m¨ªnimo la abstenci¨®n- de los cuatro diputados de la CUP. De ah¨ª que a la ret¨®rica rupturista ya empleada en su primera intervenci¨®n a?adiera frases pensadas para gustar a los antisistema: ¡°Para defender Catalu?a ser¨¦ todo lo radical que haga falta¡± o ¡°Este gobierno no har¨¢ autonomismo¡±.
Pero la CUP, como ha demostrado los ¨²ltimos a?os, es celosa de sus m¨¦todos de decisi¨®n y no ser¨¢ hasta hoy a mediod¨ªa que sus ¨®rganos de direcci¨®n decidan si permiten que comience la legislatura. Catalu?a, una vez m¨¢s, vuelve a estar en manos de los cuatro diputados antisistema.
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