El peso de la Historia (de unos tuits)
Los tuits, o los art¨ªculos, perseguir¨¢n a Torra hasta que haga algo que permita superarlos
Quim Torra borr¨® hace un tiempo esos tuits agresivos contra los espa?oles. No contra el Estado o el Gobierno, sino contra los espa?oles como un cuerpo ¨²nico, uniforme e indiviso. Los borr¨® entonces y el viernes dijo que ped¨ªa disculpas ¡°si alguien se ha sentido ofendido¡±, como insinuando: ¡°Ya se sabe, hay gente que se ofende por todo¡±. Los borr¨® y, por supuesto, en su discurso corri¨® sobre ellos, m¨¢s que un velo, un burka. Pero los tuits salieron de nuevo como mancha de chocolate en camisa blanca o como hormigas de terraza en verano por m¨¢s pasta que te gastes en polvos del s¨²per. ?Pensaban algo distinto? Pues tecleen en google ¡°Quim Torra¡± y ¡°espa?oles¡± y ver¨¢n: 1.430.000 resultados.
Y, claro: la segunda frase de In¨¦s Arrimadas ya fue sobre los tuits, y sobre art¨ªculos del investible de tono similar. Miquel Iceta volvi¨® sobre los textos. Xavier Dom¨¨nech tard¨® algo m¨¢s, pero tambi¨¦n se abalanz¨® sobre los comentarios y art¨ªculos. Y Xavier Garcia Albiol, obviamente, tambi¨¦n. Y Torra volvi¨® a disculparse ¡°si alguien se ha sentido ofendido¡±.
Los tuits, o los art¨ªculos, perseguir¨¢n a Torra hasta que haga algo que permita superarlos. Lo que ser¨¢ dif¨ªcil si la legislatura es tan de transici¨®n como comentan independentistas e incluso deja entrever ese concepto de la provisionalidad, tan repetido. Provisionalidad que no concuerda, cierto, con ese discurso de ¨¦pica y ret¨®rica rampantes ¡ªaunque de formas refrenadas¡ª del candidato. Si hubiera que acompa?ar el discurso con hastag ¡ªesas palabras clave que permiten localizar un texto en las redes sociales¡ª yo elegir¨ªa ¨¦stos: #republica, #republica y #republica. Me atrever¨ªa a decir que ni cuando presidieron el Parlament Llu¨ªs Companys y Joan Casanovas (1931-38) se hab¨ªa hablado tanto de Rep¨²blica en el hemiciclo. Y eso que en aquel tiempo era real, no ficticia. Ya saben qu¨¦ dice el refr¨¢n: una rep¨²blica pronunciada mil veces puede acabar pareciendo real (no, no lo dice ning¨²n refr¨¢n. Por algo ser¨¢).
Torra no era diputado en la anterior legislatura. Eso puede explicar que, a estas alturas, vuelva a prometer un proceso constituyente con la participaci¨®n de los ciudadanos sin m¨¢s concreci¨®n. Una promesa de proceso participativo que, al menos con lo que llevamos visto, suena menos efectiva que el Bus de l¡¯Estatut de Joan Saura.
Sea como fuere, hab¨ªa llenazo por la ma?ana en el Parlament, hab¨ªa gente que no se ve¨ªa desde la ¨²ltima jornada hist¨®rica¡ hace quince d¨ªas. En una esquina, Pilar Rahola hablaba con Pere Aragon¨¨s, el nuevo hombre fuerte de ERC, y parec¨ªa darle instrucciones. En la zona de invitados estaba Artur Mas, tratando de que no se le transparentara ninguna emoci¨®n; Ferran Mascarell al que se le transparentaba la cara de p¨®ker ¡ªson¨® su nombre para estar en el lugar de Torra¡ª; N¨²ria de Gispert con cara de estar a punto de un tuit de combate. Y en otra esquina, Pilar Rahola que tambi¨¦n hablaba con Josep Costa, miembro de la mesa por JxC, y parec¨ªa darle instrucciones.
A Torra le apoy¨® su grupo y el portavoz de ERC, Sergi Sabri¨¤, con un discurso combativo, destinado a hacerse perdonar la bajada de pasi¨®n ¨¦pica de los ¨²ltimos tiempos, cuando evidenciaban su hartazgo porque JxC no les facilitaba ning¨²n nombre que llevarse a la votaci¨®n. Aunque ese nombre haya sido Quim Torra, a quien la E de Esquerra le deja m¨¢s fr¨ªo que una caja de palitos de merluza en Laponia.
Carles Riera, duro y distante, hizo lo que en cine se llama cliffhanger: un gancho para tenernos pendientes de su consejo pol¨ªtico de domingo. Del que depende lo que pase el lunes con Quim Torra, protagonista de la sesi¨®n mientras no d¨¦ a luz en pleno hemiciclo la diputada de ERC Najat Driouech, que sale de cuentas estos d¨ªas.
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