Condenadas dos extrabajadoras de la Xunta por ofrecer contratos falsos

Mar¨ªa del Carmen Ferr¨ªn Tamayo, de 69 a?os, y Mar¨ªa Cecilia Redondo Ferreiro de 55, extrabajadoras del Servizo Galego de Sa¨²de (Sergas) han sido condenadas por un delito agravado de estafa en sentencia de casaci¨®n del Tribunal Supremo a dos a?os y medio y un a?o y nueve meses respectivamente. La sentencia ha acreditado que ambas cobraron 52.000 euros de cinco mujeres a cambio de prometerles un contrato de trabajo en el Sergas a sabiendas de que era una estafa.

Mar¨ªa del Carmen Ferr¨ªn, que hab¨ªa trabajado como auxiliar en un centro hospitalario, ya hab¨ªa sido condenada en 1988 y 2003 por estafa y falsificaci¨®n por lo que permaneci¨® internada cuatro a?os en un centro psiqui¨¢trico. Su condena fue mayor por falsificar documentos de contratos ficticios en la que no particip¨® Mar¨ªa Cecilia, que tambi¨¦n trabaj¨® para el Sergas como personal de lavander¨ªa y pinche de cocina.

Seg¨²n los hechos probados de la sentencia, entre finales de 2010 e inicios de 2011, una de ellas se hizo pasar por alta directiva del SERGAS y la otra de secretaria, y comenzaron a frecuentar la cafeter¨ªa del ¨¢rea de descanso de la AP-9, en Ameixeira (Ordes), donde se ganaron la confianza de los empleados, a quienes hicieron creer que pod¨ªan conseguir un trabajo en dicho organismo, gracias a su influencia, si previamente les pagaban determinadas cantidades. Incluso les invitaron a hacer un curso de inform¨¢tica y les reclamaron la entrega de determinada documentaci¨®n y curr¨ªculos.

La sentencia afirma que de acuerdo con un plan preconcebido y con ¨¢nimo de beneficiarse de forma il¨ªcita de los perjudicados, obtuvieron 52.500 euros de cinco personas. ¡°La puesta en escena¡± de las condenadas fue convincente al punto de que consiguieron vencer la voluntad de los perjudicados amparados en esa necesidad de muchas personas de encontrar trabajo, por lo que la gravedad del hecho es mayor.

¡°La estafa emerge en tanto en cuanto la necesidad de trabajar permite relajar las dudas o prevenciones en las personas que son v¨ªctimas de estas ofertas de trabajo falsas a cambio de precio¡±, subraya el fallo. En este sentido, afirma que se trata de supuestos de il¨ªcitos penales graves por la metodolog¨ªa empleada por los defraudadores al aprovecharse de la ¡°debilidad manifiesta¡± de las v¨ªctimas, que pueden creer que la oferta es veraz por la apariencia de las condenadas que les acaban convenciendo de la existencia de un trabajo p¨²blico mediante precio y el disfraz de un aparente curso de inform¨¢tica que servir¨ªa como ¡°salvoconducto¡± para el acceso, adem¨¢s de simular ¡°influencias¡± que se ¡°compran¡± por el precio que reclamaban a los estafados.

No puede exigirse a los perjudicados en este caso ¨Ca?ade la sentencia- que ¡°extremaran una diligencia tal que les hiciera dudar de la veracidad de las condenadas, cuando las acciones desplegadas por las mismas no convencieron solo a una persona, sino que la lista de estafados fue elevada, ya que cinco personas creyeron que era veraz la informaci¨®n facilitada, llegando a realizar las disposiciones dinerarias hasta que, al ver que las contrataciones no se produc¨ªan, advirtieron que denunciar¨ªan los hechos¡±.