Cuando las neuronas y los astrocitos dejan de hablarse
El centro Achucarro reinventa la lucha contra el deterioro cognitivo
Es uno de los grandes secretos, conseguir descifrar el sofisticado funcionamiento del cerebro humano. El centro vasco de neurociencia Achucarro es pionero, y de los pocos en el mundo, que centra su investigaci¨®n en la interacci¨®n de las c¨¦lulas gliales con las neuronas, tanto en el cerebro sano como en aquel aquejado de enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer, P¨¢rkinson o la esclerosis m¨²ltiple.
El conocimiento de las c¨¦lulas gliales puede resultar crucial para avanzar en nuevas terapias que mejoren la funci¨®n cerebral de unas patolog¨ªas que, en mayor o menor medida, est¨¢n vinculadas con el envejecimiento de la poblaci¨®n.
Tradicionalmente se hab¨ªa concedido un papel secundario a estas c¨¦lulas, ¡°pero hoy sabemos que son el soporte estructural para que el edificio (el cerebro) se mantenga en pie¡±, remarca el director cient¨ªfico del Centro, Carlos Matute, ¡°adem¨¢s son mayor¨ªa, representan hasta el 90% del total de las c¨¦lulas del cerebro¡±.
Uno de los ¨²ltimos hallazgos del Centro ahonda en la funci¨®n de la microgl¨ªa. Unas c¨¦lulas que vendr¨ªan a representar el servicio de recogida de basuras del cerebro, ilustra Matute. ¡°Se encargan de retirar los desechos celulares que se generan de forma natural en el cerebro sano, o de manera m¨¢s acusada en el cerebro enfermo, evitando as¨ª que se acumulen y lo da?en¡±, detalla.
Sin embargo, a veces este sistema de limpieza puede dificultar la reparaci¨®n del da?o, como ocurre en la esclerosis m¨²ltiple. Los cient¨ªficos han descubierto recientemente c¨®mo minorar ese efecto a trav¨¦s de la modificaci¨®n mediante f¨¢rmacos de una mol¨¦cula que est¨¢ en la superficie de la microgl¨ªa.
La esclerosis m¨²ltiple provoca otras alteraciones. Por ejemplo, saben que esta enfermedad mata los oligodendrocitos y destroza la vaina de mielina que sintetizan estas c¨¦lulas a modo de aislante de los axones, que constituyen un sistema de cableado para conectar distintas ¨¢reas cerebrales.
¡°Es como si los cables que comunican las diferentes ¨¢reas del cerebro se pelasen, ralentizando la corriente que transportan¡±, explica Matute, provocando alteraciones motoras o d¨¦ficits sensitivos. En el Centro Achucarro se investiga sobre las se?ales que protegen a los oligodendrocitos con el objetivo de intentar anticipar ese fallo.
Otra l¨ªnea de investigaci¨®n se centra en escuchar la conversaci¨®n entre las neuronas y los astrocitos, que son los encargados de modular el tono o la intensidad. Una interacci¨®n que se ve alterada en enfermos de Alzheimer y es la causa que provoca el devastador deterioro cognitivo. Tambi¨¦n analizan c¨®mo se produce la formaci¨®n de nuevas neuronas (la neurog¨¦nesis) en adultos. Los avances permitir¨ªan explotar el potencial tras un ictus o la epilepsia.
El centro se fund¨® en 2012 con el respaldo de Ikerbasque y la Universidad del Pa¨ªs Vasco. Dispone de un presupuesto anual de cerca de dos millones.
Actualmente trabajan ochenta cient¨ªficos y aspiran a seguir reclutando expertos de todo mundo para tener en n¨®mina un centenar de los mejores neurocient¨ªficos. Se rigen por la filosof¨ªa de conocer para curar porque los hallazgos servir¨¢n para desarrollar nuevos f¨¢rmacos y tratamientos. Dicen que es inabarcable saberlo todo acerca del cerebro humano, pero la comunidad cient¨ªfica s¨ª puede dar con ciertas teclas que permitir¨¢n afinar en las terapias.
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