Cuatro hombres atracan a tiros una joyer¨ªa en Castelldefels

Imanol est¨¢ sentado, con la capa negra de corte ya colocada, a la espera de que su peluquera le arregle el pelo cuando oye a Carolina Yammine desga?it¨¢ndose. "?Auxilio! ?Polic¨ªa!", grita, mientras corre por uno de los pasillos del centro comercial ?nec Blau, en Castelldefels (Barcelona), y se asoma por el hueco de la escalera pidiendo ayuda a los vigilantes de seguridad para que suban a la segunda planta. All¨ª cuatro hombres, cada uno disfrazado de forma distinta -dos con una especie de burka, otro con mono de trabajo y un cuarto con un gorro de paja- atracan la joyer¨ªa Jos¨¦ Luis. Son las once de la ma?ana.

En el interior hay dos personas: la trabajadora y una clienta. Los atracadores han sacado las armas, han reventado dos vitrinas del lado izquierdo y del lado derecho y van de un lado a otro del establecimiento, arramblando con todos los anillos, pendientes y relojes que encuentran a su paso y tir¨¢ndolos en unas mochilas negras. Las dependientas de la tienda deportiva de delante est¨¢n ya bajando las persianas. Igual que las de la perfumer¨ªa, de la tienda de ropa, de la de juguetes de ni?os, de la cafeter¨ªa... "??Pero donde est¨¢ seguridad?!", se oye gritar a una mujer en un v¨ªdeo del atraco, que se ha hecho viral. ?

Es todo cuesti¨®n de segundos. Imanol,?mosso d'esquadra, no se lo piensa, empu?a su arma, que lleva a pesar de estar fuera de servicio, y corre hasta el sitio, con la capa de corte todav¨ªa puesta. En las im¨¢genes se le ve llegar, casi derrapando, y apuntar al atracador disfrazado con el mono de trabajo, que le devuelve el gesto. Este escapa y el joven polic¨ªa enca?ona a otro de los ladrones, que lleva una un pa?uelo cubriendole la cara, pero tambi¨¦n logra zafarse.

En la huida, los atracadores disparan y rompen una de las puertas del centro comercial. Imanol no llega a disparar, asegura un portavoz de los Mossos d'Esquadra. En menos de dos minutos, los ladrones ya est¨¢n fuera del ?nec Blau, de donde huyen con un Ford Fiesta robado, que aparece poco despu¨¦s ardiendo, en un pol¨ªgono industrial no muy lejano. La polic¨ªa catalana sospecha que de ah¨ª se han ido con otro veh¨ªculo que ya ten¨ªan listo.

Dos horas despu¨¦s, el centro comercial parece haber recuperado la normalidad. "Han sido tres o cuatro minutos desesperantes", cuenta Carolina Yammine desde su local, Loops & Caf¨¦, mientras sirve unos bagels a sus compa?eras de la peluquer¨ªa donde se cortaba el pelo Imanol. "Se les ha encarado de frente, el solo contra cuatro", rememora, todav¨ªa sorprendida por la gesta del polic¨ªa, que asegura que les gritaba a los atracadores que se tirasen al suelo. Ella, igual que otras dependientas, lo primero que pens¨® al escuchar el ruido y ver a una persona tapada con un pa?uelo negro es que se trataba de un atentado terrorista.?

"No se lo ha pensado ni un segundo", explica N¨²ria Pascual, la propietaria de la peluquer¨ªa donde estaba el mosso cort¨¢ndose el pelo, un cliente habitual. Tras la huida, el joven polic¨ªa ha logrado tomar la matr¨ªcula de los atracadores, asegura. "Luego ha vuelto a cortarse el pelo, que se hab¨ªa quedado a medias", a?ade. A las tres de la tarde, los Mossos ya han acabado de tomar declaraci¨®n a la dependienta, que se va del lugar sin querer comentar nada. "Solo quiero irme a mi casa", se excusa. "Han salido temblando las dos", cuentan dos j¨®venes, que lo han visto todo desde la tienda de delante, sobre la trabajadora y la clienta.

La gerente del centro comercial, Ana Torres, est¨¢ convencida de que nunca hab¨ªa pasado un atraco de ese estilo en el ?nec Blau, al menos en los cuatro a?os que lleva en el lugar. "Por suerte, solo tenemos que lamentar da?os materiales", dice. Los Mossos todav¨ªa buscan a los autores. En L'Hospitalet de Llobregat, han detenido a dos hombres que llevaban una pistola simulada, un mono, un sombrero y una peluca, pero todav¨ªa no tienen claro que sean los atracadores del ?nec Blau.

En las im¨¢genes hay otra persona que protagoniza una gesta heroica. Es una mujer que se acerca hasta la puerta de la joyer¨ªa, les mira y les tira una botella de agua. Uno de los atracadores responde apunt¨¢ndola con el arma y ella huye despavorida. A pesar de todo, los Mossos no tiene constancia de ning¨²n herido. A las tres de la tarde, algunos trabajadores rememoran lo sucedido a¨²n con el miedo en el cuerpo. Otros, admiten que ni si quiera se han enterado.?