Combate por el 1-O
A partir de septiembre veremos dos versiones marquetinianas del 1 de octubre, no necesariamente contradictorias entre s¨ª
¡°El 1 de octubre es la fecha m¨¢s importante en la Historia de Catalu?a de los ¨²ltimos tres siglos, sin ninguna duda¡±. Lo escribi¨® Josep-Llu¨ªs Carod-Rovira en su columna del Naci¨®digital.cat del 27 de junio. No es una boutade sino una convicci¨®n. Es tambi¨¦n una evidencia del que ser¨¢ el elemento central en torno al cual se vertebrar¨¢ la public¨ªstica del independentismo a partir de oto?o.
A nadie escapa, adem¨¢s, que con el horizonte primaveral de los comicios municipales y europeos, el 1-O es un caramelo para trazar la campa?a electoral. Es por ello que estos d¨ªas el independentismo discute que facci¨®n contribuy¨® m¨¢s a hacerlo posible. En su discurso para la conferencia nacional de ERC, Oriol Junqueras marcaba territorio y arrogaba el m¨¦rito a su formaci¨®n.
M¨¢s all¨¢ de si fue as¨ª o no, presentarse como el adalid del 1-O pretende calmar a los propios y evitar que se dude del compromiso de ERC con la Rep¨²blica pese a que la ponencia aprobada no abogue de manera expl¨ªcita por la v¨ªa unilateral. ?Imaginen como anda el jard¨ªn independentista para que Esquerra tenga que mostrar credenciales republicanas!
Para que nadie se apodere de su queso pronto las dem¨¢s formaciones han salido en tromba. Des de las declaraciones m¨¢s moderadas de la coordinadora general del PDeCAT, Marta Pascal, ¡°el 1-O es patrimonio de todos¡±, hasta las m¨¢s contundentes del portavoz adjunto de JxCat, Eduard Pujol, ¡°somos los m¨¢s valientes [¡]nosotros no nos hemos movido¡±.
A partir de septiembre veremos dos versiones marquetinianas del 1-O, no necesariamente contradictorias entre s¨ª. Ambas partir¨¢n de esa fecha como hito fundacional de la Rep¨²blica catalana. Vaya, que si en alg¨²n momento se llegase a constituir el Estado catal¨¢n se abandonar¨ªa el 11-S como d¨ªa nacional con el argumento que ya basta de celebrar derrotas, para establecer el 1-O, como una victoria popular m¨¢s acorde con los tiempos en que el pueblo es el sujeto por el que debe pasar todo.
Una versi¨®n presentar¨¢ el 1-O como ¡°la voluntad, por encima de impedimentos, de votar de los catalanes¡±. Cabe recordar que la apuesta por dirimir la relaci¨®n Catalu?a-Espa?a a trav¨¦s de un referendo ¡ªpactado¡ª, cuenta seg¨²n las encuestas con un amplio respaldo. Esta mirada, seg¨²n como se presente, puede incluir el espacio que representa Catalunya en Com¨², que quiso ver el 1-O como ¡°una movilizaci¨®n leg¨ªtima¡± o, en palabras de Ada Colau, como ¡°un acto de soberan¨ªa popular¡±.
La segunda versi¨®n ahondar¨¢ en las cargas policiales. ?sta, menos propositiva, tratar¨¢ de convertir el 1-O en un punto de no retorno emocional. Aunque nada tenga que ver, el relato en este sentido parte de la misma l¨®gica con la que los independentistas irlandeses llevaron a cabo el Alzamiento de Pascua de 1916.
Patrick Pearse, James Connolly, Thomas J. Clarke y su amalgama de voluntarios planearon una revuelta asumiendo que si no consegu¨ªan su objetivo pol¨ªtico-militar su ¡°sacrificio¡± seria un punto de inflexi¨®n en la relaci¨®n emocional de los irlandeses con el Imperio brit¨¢nico. Su pretensi¨®n ¨²ltima tuvo un ¨¦xito rotundo.
En el momento de la revuelta sus conciudadanos les vieron como unos temerarios. La detenci¨®n y ejecuci¨®n posterior de la quincena de l¨ªderes hizo cambiar el estado de opini¨®n en Irlanda. La desproporci¨®n en la respuesta brit¨¢nica ¡ªjudicial y militar¡ª lejos de resolver el problema, lo galvaniz¨®. Los sublevados devinieron m¨¢rtires y su insurrecci¨®n contribuy¨® a que la poblaci¨®n irlandesa de forma mayoritaria se enajenase mentalmente de Londres.
El episodio ha estado siempre muy presente en el separatismo catal¨¢n y todav¨ªa lo est¨¢ en algunas mentes pensantes de su public¨ªstica actual. Simplifico porqu¨¦ no me queda otra, aunque la cuesti¨®n no es de blancos y negros: mientras que la primera versi¨®n del 1-O parece m¨¢s presente en el ¨¢nimo de ERC, la propensi¨®n a la versi¨®n a la irlandesa parece estarlo m¨¢s en JxCat ¡ªno el PDeCAT¡ª e incluso en la direcci¨®n actual de la ANC.
Lo que sucede es que si alg¨²n d¨ªa naciese la Rep¨²blica catalana ser¨ªa la intelligentsia del futuro qui¨¦n trazar¨ªa el relato de lo acontecido. Lo mismo que hoy se considera en Irlanda a Pearse, quien se arrog¨® el t¨ªtulo de presidente de la Rep¨²blica (que no vio), como la figura prominente del Alzamiento cuando en realidad fue Clarke la mente pensante del mismo. Si por otra parte nada sucede, el p¨²blico de Junqueras, Pujol y Pascal habr¨¢ vivido un nuevo cruce de reproches pre-electorales sobre el sexo de los ¨¢ngeles al que los historiadores quiz¨¢ dediquen una nota.
El presidente Pedro S¨¢nchez, pidi¨® ¡°pasar p¨¢gina del 1 de octubre¡±. Al contrario, el independentismo va a estirar el 1-O como un chicle, como anuncia el libro del fot¨®grafo Jordi Borr¨¤s que el presidente Torra le regal¨® al Rey en Tarragona, Dies que duraran anys. Como va olvidarse si, como expresaba Carod-Rovira, ¡°es, simb¨®licamente, nuestro capital m¨¢s destacado¡±. Lo comprobaremos en la vuelta al cole.
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