Movilidad inteligente
El e-comercio es una tendencia imparable. No es imaginable que el sistema de reparto a domicilio pueda generalizarse sin colapsar la ciudad
En un debate reciente de la Semana de la Ciencia, el profesor Ram¨®n L¨®pez de M¨¢ntara, investigador del CSIC y experto en inteligencia artificial, vaticin¨® que en veinte o treinta a?os las calles de las grandes ciudades como Barcelona se parecer¨¢n muy poco a las de ahora. El gran cambio lo provocar¨¢ la revoluci¨®n de la movilidad. Se juntan aqu¨ª dos vectores muy poderosos: la necesidad de sustituir los coches que se mueven con combustibles f¨®siles por razones ambientales y de salud, y los nuevos desarrollos de la inteligencia artificial.
Sobre la sustituci¨®n del motor de combustible, hay poco que discutir. No podemos seguir envenenando el planeta, pero sobre todo, no podemos permitir que cada a?o mueran prematuramente m¨¢s de 3.000 personas en Barcelona, seg¨²n un estudio de CREAL, a causa de la contaminaci¨®n. Si fueran muertes por atropello, por ejemplo, hace tiempo que hubi¨¦ramos parado el tr¨¢fico para poner remedio. Pero son muertes que pasan desapercibidas porque en el certificado de defunci¨®n no figura como causa de la muerte la contaminaci¨®n, sino el ictus, el infarto o la insuficiencia respiratoria que ella ha provocado.
En cuanto al vector tecnol¨®gico, puede parecer que veinte a?os son pocos, pero en realidad son muchos teniendo en cuenta la constante aceleraci¨®n de los procesos que estamos vivimos. El primer smartphone fue presentado por Steve Jobs en enero de 2007 y solo hay que levantar la vista del m¨®vil en un vag¨®n del metro de Barcelona para comprender hasta qu¨¦ punto, en apenas diez a?os, ha revolucionado la comunicaci¨®n y el consumo de cultura e informaci¨®n. No se sabe de ninguna tecnolog¨ªa que, habiendo alcanzado la madurez, no se haya implantado y ese proceso es cada vez m¨¢s r¨¢pido. T¨¦cnicamente, el coche el¨¦ctrico, aut¨®nomo y conectado es ya una realidad. Google y Uber mantienen una denodada carrera por el veh¨ªculo sin conductor, cuya principal dificultad no es ya de ¨ªndole t¨¦cnica, sino c¨®mo garantizar la seguridad.
La tecnolog¨ªa ha alcanzado el nivel de madurez necesario y en este momento est¨¢ m¨¢s avanzado el desarrollo del coche inteligente y aut¨®nomo que la tecnolog¨ªa urbana que debe hacer posible su generalizaci¨®n. Igual que est¨¢ m¨¢s avanzado el desarrollo del coche el¨¦ctrico que la infraestructura de recarga para hacerlo plenamente funcional.
Las ciudades tendr¨¢n que ponerse r¨¢pidamente las pilas para facilitar los desarrollos de una movilidad m¨¢s limpia y m¨¢s saludable. El d¨ªa que todas las motos que circulan por Barcelona sean el¨¦ctricas, la ciudad ser¨¢ otra. La propia ciudadan¨ªa est¨¢ tomando decisiones en esa direcci¨®n. Ahora asistimos a la eclosi¨®n de los artefactos el¨¦ctricos individuales. Los 200 kil¨®metros de carril bici que hay en Barcelona se han visto de repente invadidos por una avalancha de patinetes. Mientras los autobuses circulen a una media de 15 kil¨®metros por hora, los patinetes y bicis el¨¦ctricas ser¨¢n una alternativa muy ventajosa. Pero este tipo de movilidad solo es apto para personas de una determinada edad y condici¨®n f¨ªsica. El resto tendr¨¢ que confiar en que las administraciones sean capaces de articular un sistema metropolitano de transporte p¨²blico mucho m¨¢s r¨¢pido y extenso.
Pero el mayor cambio vendr¨¢ con el e-comercio. Se est¨¢ extendiendo muy r¨¢pidamente la compra por Internet. Eso significa que la tendencia es ya imparable, lo que nos lleva a un cambio de paradigma. Ya no es el comprador el que se desplaza al lugar donde se almacenan los objetos, sino los objetos los que viajan al lugar donde se encuentra el comprador. No es imaginable que este sistema de reparto a domicilio pueda generalizarse sin colapsar la ciudad de furgonetas tan contaminantes como las que ahora se ocupan de la log¨ªstica de reparto.
De hecho, es un contrasentido que existan grandes centros de almacenamiento, como los de Amazon, totalmente automatizados y luego el transporte tenga que hacerse por el sistema tradicional, lento y colapsado. Ah¨ª es donde los nuevos sistemas pueden tener su oportunidad. Amazon invierte una fortuna en su programa Primer Aire de reparto a domicilio con drones y Google le sigue los pasos con el ambicioso Project Wing. No es dif¨ªcil imaginar que las azoteas de los edificios alberguen en el futuro plataformas de descarga para drones y tampoco la existencia de unos circuitos de veh¨ªculos aut¨®nomos controlados desde grandes centros operativos para el transporte de personas. La posibilidad de circular con el coche propio por la ciudad en rutas libres e improvisadas puede tener los d¨ªas contados. Las tecnolog¨ªas est¨¢n ah¨ª. Maduran a gran velocidad. Ahora solo hay que asegurar la forma m¨¢s inteligente de utilizarlas para garantizar que est¨¦n al servicio del bien com¨²n.
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