La tierra vuelve a cubrir la ¨²ltima trinchera de la Guerra Civil
Los investigadores y voluntarios que trabajan en el lugar lamentan la ausencia de un plan de musealizaci¨®n
Metros y metros de tierra vuelven a cubrir la ¨²ltima trinchera de la Guerra Civil. ¡°Es una met¨¢fora de nuestra historia¡±, comenta un voluntario que durante m¨¢s de veinte d¨ªas ha trabajado, junto a un equipo formado por 30 personas, en uno de los principales hallazgos de la historia reciente espa?ola. Detr¨¢s del Hospital Cl¨ªnico de Madrid, ah¨ª donde las tropas rebeldes y los republicanos luchaban sin descanso en el frente de la Casa de Campo, el arque¨®logo Alfredo Gonz¨¢lez-Ruibal dio con la trinchera donde se escenific¨® la rendici¨®n del coronel Adolfo Prada ante el franquista Eduardo Losas, en marzo de 1939. Pero ahora, por falta de un plan de conservaci¨®n impulsado por las instituciones, a los estudiosos no les queda m¨¢s remedio que volver a enterrar la trinchera. Los trabajos de cubrimiento de la zanja son responsabilidad del CSIC y no del Ayuntamiento.?
La trinchera est¨¢ enclavada bajo unos dos metros de tierra. El pasillo es estrecho. Unos 80 cent¨ªmetros por los que se mov¨ªan las tropas nacionales. Ah¨ª cargaban sus fusiles, descansaban y preparaban los asaltos. Y por ese mismo lugar, a finales de marzo de 1939, el coronel Prada se cit¨® con Losas. Tras un saludo militar, el oficial republicano se rindi¨®, lo que dio el paso al final del conflicto.
¡°La relevancia del lugar es sobre todo simb¨®lica, porque a diferencias de las tantas trincheras de la Guerra Civil, esta es la por la que caminaron los oficiales franquistas y republicanos cuando se rindi¨® Madrid; por esto decimos que es la ¨²ltima trinchera de la Guerra Civil¡±, explica el arque¨®logo Alfredo Gonz¨¢lez-Ruibal, que dirige la investigaci¨®n y es miembro del CSIC. ¡°Sab¨ªamos la importancia hist¨®rica del lugar, y lo que hicimos fue descubrir el sitio exacto y las trazas de lo que se conserva¡±, a?ade.
Los investigadores han descubierto m¨¢s sitios en la zona. Est¨¢ la entrada de un t¨²nel de la ¡°contramina¡± (peque?os pasajes subterr¨¢neos por los que los militares buscaban las trincheras enemigas, para dinamitarlas), y una zona de descanso, que tambi¨¦n val¨ªa de refugio antia¨¦reo, conocida como ¡°abrigo¡±. Ambos ahora bajo tierra.
¡°Es una verg¨¹enza¡±, admite Pablo Guti¨¦rrez, uno de los voluntarios que habla ante las c¨¢maras de prensa. Como ¨¦l, Ana S¨¢nchez, estudiante madrile?a de 21, que trabaj¨® en la fosa durante 15 d¨ªas, comenta a EL PA?S: ¡°Es una frustraci¨®n, porque no estoy de acuerdo con que lo cubran, y luego da mucha pena, porque lo hemos estado excavando nosotros, con nuestro esfuerzo, y sientes que todo esto se va¡±.
V¨ªctor Antona, arque¨®logo del Comit¨¦ Cient¨ªfico de Hispania Nostra (asociaci¨®n de defensa del patrimonio), cree que "lo mejor" es cubrir la zanja. "No todo se puede conservar. Tenemos cientos de yacimientos en toda Espa?a y no se pueden mantener en su totalidad". "Lo que hace falta es un plan de musealizaci¨®n, pero para eso se necesitan fondos. Si este no existe, lo recomendable es taparlo y que decidan los que nos sigan".
Una opini¨®n semejante al de Julio Gil Pecharrom¨¢n, profesor de Historia Contempor¨¢nea de la Universidad Nacional a Distancia (UNED). "La decisi¨®n de cubrir o no la trinchera es una decisi¨®n que se relaciona con la pol¨ªtica, la educaci¨®n o la econom¨ªa, y que transciende el ¨¢mbito hist¨®rico". "Lo importante", contin¨²a, "es tener el plan de conservaci¨®n y mantenerlo".
Los arque¨®logos trabajaron en el lugar desde 2016. Empezaron descubriendo los peque?os pasillos de las minas, y de ah¨ª alcanzaron las zonas de descanso. Un mes cada a?o, y luego volv¨ªan a cubrir el espacio, para salvaguardar el lugar de la intemperie y los actos de vandalismo. Pero fue en este mes de julio cuando dieron con la parte m¨¢s emblem¨¢tica e importante de la excavaci¨®n: la trinchera del bando nacional donde los republicanos se rindieron.
En tan solo un mes, hallaron centenares de piezas. Colas de morteros, suelas de zapato, botellas (una de champ¨¢n, posiblemente del fest¨ªn de despu¨¦s del armisticio) cartuchos y cargadores, y hasta tijeras de material m¨¦dico. Y muchas quedan por descubrir. Algunas est¨¢n listas para ser llevadas en los centros de investigaci¨®n de la Universidad Complutense.
¡°Todo lo que encontramos demuestra el buen abastecimiento que ten¨ªa el ej¨¦rcito de Franco y su log¨ªstica¡±, explica Guti¨¦rrez. Esto fue, seg¨²n algunos historiadores, un elemento clave de la victoria del ej¨¦rcito sublevado, que ahora, sin embargo, Guti¨¦rrez mira con desolaci¨®n mientras la excavadora echa tierra.
?Y ahora qu¨¦ hacer? ?A qui¨¦n apelar para que esto se conserve? La clave de la conservaci¨®n es la ¡°musealizaci¨®n¡± del lugar, explican los miembros del equipo de Gonz¨¢lez-Ruibal. Una responsabilidad que en opini¨®n del arque¨®logo le corresponde ¡°a la Comunidad y al Ayuntamiento, que son las dos principales instituciones¡±. Pero ¡°falta un plan de protecci¨®n, un plan de puesta en valor del sitio, cuya conservaci¨®n es barata: no es como conservar una villa rumana, estamos hablando de estructura de ladrillo y cemento que no tienen particular complicaci¨®n, ni para consolidarlas ni para mantenerlas¡±.
Una simple manta blanca, colocada por los investigadores, separa la tierra de las bases de la trinchera. Los arque¨®logos, que a duras penas buscaron fondos para su b¨²squeda, han tenido que incluso que pagar para cubrirla. Siempre con fondos propios. De manera que ahora parece que el suelo no esconda nada. Todo queda como estaba. Parad¨®jicamente tal y como quiso Franco, que fue quien enterr¨® las trincheras poco despu¨¦s del conflicto.
La sensaci¨®n entre los investigadores es que las instituciones hacen o¨ªdos sordos. El Ayuntamiento de Madrid, competente en materia de suelo p¨²blico, reivindica su inter¨¦s en la Memoria Hist¨®rica, pero hasta ahora no ha trabajado en un plan de conservaci¨®n. Una portavoz del ?rea de Cultura explic¨® a EL PA?S que es el Ministerio de Cultura quien deber¨¢ promover la conservaci¨®n de la trinchera. En este sentido, la portavoz Rita Maestre dijo el pasado jueves que el Consistorio se plantea comenzar a hablar con el ministerio. Tambi¨¦n la Comunidad podr¨ªa participar, aunque hasta ahora no lo ha hecho, seg¨²n los arque¨®logos.
¡°Lo ideal ser¨ªa que hubiera varios carteles con suficiente informaci¨®n hist¨®rica, con fotograf¨ªas del encuentro, planos de los edificios y refugios¡±, comenta Gonz¨¢lez-Ruibal. El pasado s¨¢bado, explica, visitaron el sitio unas 300 personas, gracias entre otras cosas a un blog (Guerra en la Universidad), que va informando sobre los hallazgos. ¡°A nosotros nos gustar¨ªa que el p¨²blico pudiera visitarlo. Por lo menos una parte, y que est¨¦ se?alizado. Que le puedan contar a los ciudadanos qu¨¦ es lo que pas¨® aqu¨ª¡±, a?ade este arque¨®logo de 41 a?os, que ya se prepara para su pr¨®xima misi¨®n: buscar m¨¢s trincheras en el Jarama.
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