Una terapia con Cala
Los Mossos participan en talleres con personas con discapacidad intelectual para que sepan prevenir y evitar situaciones de abusos
Los ni?os esperan. Algunos est¨¢n nerviosos, hasta que ven entrar a Cala, una peque?a pastor belga malinois. El mosso le quita el collar y le pide que busque a la persona desaparecida. Tras una de las dos puertas, hay un mosso d¡¯esquadra escondido. La perra va de un lado a otro, moviendo la cola. Tiene unas sillas que le impiden entrar. Al final ladra, rasca una de las puertas, hasta que le abren. Lo ha encontrado. ¡°?Qu¨¦ guapa!¡±, la felicita su adiestrador. Ambos se ponen a jugar, tirados en el suelo y los ni?os aplauden.
Cala est¨¢ especializada en b¨²squeda de personas. Mai, en drogas. Las dos participan en un taller de la polic¨ªa catalana con ni?os con par¨¢lisis cerebral, en el centro Nad¨ªs de Barcelona. ¡°Es una actividad de refuerzo, y para concienciar al p¨²blico en general sobre la atenci¨®n especial. Y que los ni?os interact¨²en con los perros, que vean que no son una amenaza¡±, explica Marc, un mosso que lleva 15 a?os en la unidad canina de la polic¨ªa catalana. Al final de la sesi¨®n, que dura una hora, uno de los ni?os pregunta cu¨¢ntos perros tiene la unidad de Mossos. 60, le responde el polic¨ªa. Otro ni?o quiere saber qu¨¦ comen. Al final de la jornada, Cala y Mai regresan a la furgoneta blanca que las devuelve al edificio central de Mossos, en Sabadell.
La polic¨ªa catalana ha puesto en marcha una campa?a de charlas y talleres para personas con discapacidad. ¡°Se han formado a unos 400 agentes para prevenir los abusos entre este colectivo¡±, explica Carlos Domingo, mosso del ¨¢rea t¨¦cnica y de proximidad. En algunos casos, los Mossos ense?an algunos de los v¨ªdeos divulgativos que han elaborado expresamente, junto a la entidad Dincat (Federaci¨®n de entidades que trabajan con personas con discapacidad intelectual de Catalu?a), la Fundaci¨®n Vicki Bernadet y la Fundaci¨®n Catalana de S¨ªndrome de Down.
Nacho Iglesias, mosso de la unidad de relaci¨®n con la comunidad de Sant Andreu, est¨¢ delante de una de esas vi?etas, en las que se ve a un ni?o caminando hacia un grupo, con actitud amenazante. Los j¨®venes que le escuchan, en el centro de cooperaci¨®n TEB de Sant Andreu ¡ªpara la inclusi¨®n de personas que sufren discapacidad¡ª le conocen de otras veces. ¡°?Hola, se?or polic¨ªa!¡±, le han recibido al entrar. Cada uno tiene su historia, que quiere contar a los Mossos. Nacho se esfuerza por dirigir la hora de charla para que los j¨®venes aprendan a identificar las amenazas, y, sobre todo, c¨®mo deben reaccionar.
Les pide que definan que es un abuso psicol¨®gico. ¡°?Uy, cuando dejas que te manden! O que te toquen sin permiso¡±, exclama una de las j¨®venes. ¡°?Se meten siempre con el m¨¢s d¨¦bil!¡±, se queja Ana, otra de las participantes en el taller. ¡°Al que ha tenido m¨¢s problemas en su vida¡±, insiste. ¡°Tengo s¨ªndrome de Down, soy discapacitada, ?pasa algo?¡±, interviene otra de las asistentes. ¡°Ya, pero todo el mundo te mira¡±, tercia de nuevo Ana.
El tel¨¦fono m¨®vil es uno de los grandes problemas, una v¨ªa por la que las personas, con discapacidad o no, pueden acabar sufriendo amenazas. ¡°Normalmente son amigos de amigos¡±, dice Alba. ¡°Pero esto ya lo hablamos. ?Debemos o no debemos aceptar a personas que no conocemos?¡±, pregunta el mosso. ¡°No entr¨¦is al juego, eliminadlo. Y si va a m¨¢s, hay que avisar a los tutores e ir a comisar¨ªa¡±, insiste el polic¨ªa, que resume la clave del d¨ªa: ¡°Ante un problema de ese estilo, hay que cortarlo de ra¨ªz y pedir ayuda¡±.
El a?o pasado, 94 personas que sufren discapacidad denunciaron agresiones o abusos sexuales. Eso supone el 5,2% del total de las denuncias de ese tipo. Pero Mossos sospecha que existe una cifra negra, que no llega a las autoridades. Con este nuevo proyecto esperan que afloren los casos ocultos.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.