¡°Barcelona se ha convertido en una ciudad ¨²nica en el mundo¡±
Eduardo Mendoza presenta su ¨²ltimo libro 'El rey recibe'
?¡°De ciudades feas a admiradas mundialmente. Barcelona era una ciudad que se pasaba de largo y ahora es un referente, se ha convertido en una ciudad ¨²nica en el mundo. Los patios y las calles interiores de Nueva YorK eran objetivamente feos y ahora el bus tur¨ªstico recorre Harlem¡±. El paralelismo sobre la evoluci¨®n de las dos ciudades lo comentaba Eduardo Mendoza en la presentaci¨®n de su ¨²ltimo libro El rey recibe (Seix Barral) en el que Rufo Batalla, su protagonista, discurre en los a?os 60 y 70 entre esas dos ciudades. Un recorrido vital que hizo el escritor catal¨¢n ¡ª premio Cervantes y autor de novelas reconocibles por sus personajes y peripecias¡ª para quien plantearse sus memorias le pareci¨® ¡°mortalmente aburrido¡±. La novela que este martes sali¨® a la venta es la forma de resolver ese querer explicar lo vivido de otra manera: ¡°el personaje no soy yo aunque s¨ª vive momentos importantes¡±. No son unas memorias formales pero s¨ª disfrazadas: ¡°hay que dejar constancia de lo que hemos vivido, porque los historiadores lo hacen de otra manera¡±. Transformaciones sociales y pol¨ªticas a uno y otro lado del Atl¨¢ntico, el despertar de las libertades, el desenga?o de los postulados marxistas, los movimientos reivindicativos, la censura....el personaje de El rey recibe ¡ªun periodista principiante a quien le encargan la cobertura de la boda de un pr¨ªncipe en el exilio¡ªva navegando como puede: ¡°es pasivo, porque vive en una sociedad marcada por la pasividad que te dice que pases desapercibido, que no destaques. Pero, a la vez, es activo. Le pasa como a m¨ª, que pensaba que el marxismo estaba muy bien hasta que fui a una reuni¨®n de intelectuales en Praga y vi que aquello no era lo que esperaba¡±.
Explica Mendoza que nunca ha tomado notas en un dietario o algo que se le parezca y que por eso ha comprimido periodos un tanto largos de su vida en espacios temporales mucho m¨¢s condensados en la novela. En principio, se planteaba una trilog¨ªa pero ahora ya no lo tiene tan claro: ¡°ya veremos. Estoy trabajando ya en la segunda entrega que no se demorar¨¢ mucho en el tiempo. Pero al final igual son cuatro. No tengo prisa y escribir¨¦ lo que me d¨¦ la gana, como he hecho siempre. En principio, no quiero ir m¨¢s all¨¢ del a?o 2000 porque creo que han de pasar 20 o 25 a?os para que la actualidad se convierta en novela¡±.
La mirada atr¨¢s que hace Mendoza en los a?os que ha vivido no est¨¢ exenta de autocr¨ªtica con la iron¨ªa que le acompa?a: ¡°si miro atr¨¢s me veo como un gilipollas al ver c¨®mo era. Por ejemplo, cuando llegu¨¦ a Nueva York. Por eso, entre otros motivos, declin¨¦ escribir unas memorias, porque hubieran sido m¨¢s bien una confesi¨®n¡±.
En ese mirar hacia atr¨¢s y adelante, el escritor cree que lo que ahora en ocasiones se denuncia como censura no tiene nada que ver con la que se viv¨ªa en los a?os sesenta o en los setenta, en pleno franquismo: ¡°hab¨ªa cosas muy nocivas que ahora no tomamos en consideraci¨®n. Hacer la 'puta i la ramoneta' era un m¨¦rito por si mismo. Imperaba la autocensura como resultado de la opresi¨®n sobre la libertad de expresi¨®n. Ahora, de salida, escribes y dices lo que te da la gana aunque el poder en todas las partes intenta que no se le toque las narices¡±.
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