La joven de la tablet que explot¨® en el metro: "Pens¨¦ que me hab¨ªan metido una bomba en el bolso"

Uno casi nunca est¨¢ preparado para el momento en que su m¨®vil o tablet sale ardiendo. Le pas¨® este lunes por la ma?ana a Carla, universitaria madrile?a de 22 a?os, que iba a clase sentada en el metro escuchando m¨²sica y de repente entr¨® en p¨¢nico al ver que sal¨ªa humo de su bolso.?"Lo primero que pens¨¦ fue que me hab¨ªan metido una bomba en el bolso", dice en declaraciones a EL PA?S Carla -que pide no publicar su apellido-. Unas horas despu¨¦s del incidente que provoc¨® el cierre de la l¨ªnea 9 de metro de Madrid, relata: "Se hinch¨® como una bolsa de aire y explot¨®. Lo tir¨¦ al suelo y sal¨ª corriendo".

Aterrados por la humareda,?decenas de pasajeros salieron a las v¨ªas cuando los vagones se encontraban detenidos a 100 metros de la estaci¨®n de Pr¨ªncipe de Vergara. Seg¨²n fuentes del Samur, nueve pasajeros fueron atendidos por crisis de ansiedad y otros tres por inhalaci¨®n de humo. Fue solo un peque?o incendio de la bater¨ªa de la tablet de?Carla, pero los pasajeros del tren han descrito lo sucedido como una escena de pel¨ªcula de terror.?

Otro de los pasajeros us¨® uno de los extintores del vag¨®n para apagar las llamas pero? su intervenci¨®n empeor¨® la situaci¨®n, seg¨²n los testigos. El extintor provoc¨® una humareda mayor en el vag¨®n y aument¨® la confusi¨®n. Algunos pensaron que se trataba de un acto terrorista lo que desat¨® una avalancha. El tren afectado, de la l¨ªnea 9 en direcci¨®n Paco de Luc¨ªa, tiene vagones continuos y los pasajeros se amontonaron en uno de los extremos.

"Nos ahog¨¢bamos. La gente comenz¨® a golpear las puertas pero no se abr¨ªan", dec¨ªa minutos despu¨¦s del incidente un pasajero, Sergio Ser¨¦n, que calcula que la situaci¨®n se prolong¨® unos cinco minutos. "Pas¨¦ mucho miedo. Pens¨¦ que era una bomba porque uno ve el humo y sabe todos los antecedentes que hay", dec¨ªa otra pasajera, Mar¨ªa Jos¨¦ Pedraza, de 20 a?os.

Un portavoz del sindicato de maquinistas, Sergio Hoyuelos, explica que los pasajeros desbloquearon las puertas accionando la palanca de emergencia. Por suerte el maquinista reaccion¨® con rapidez al ver pasajeros sobre las v¨ªas y pidi¨® al puesto de mando que cortara la circulaci¨®n en sentido contrario.

"El t¨²nel es superpeligroso y ten¨ªamos miedo a que viniera otro metro pero dentro del vag¨®n se llen¨® todo de un humo irrespirable", recuerda Carla en un descanso de sus clases, solo cuatro horas despu¨¦s del incidente. " Dos minutos m¨¢s all¨¢ dentro y me habr¨ªa desmayado", a?ade.

Los port¨¢tiles corren riesgo de autocombusti¨®n en ocasiones por el mal funcionamiento de los ventiladores internos o por fallos de fabricaci¨®n. Para prevenir accidentes, los aparatos incluyen sensores t¨¦rmicos que apagan los dispositivos de forma autom¨¢tica en caso de sobrecalentamiento. Fuentes del Samur dicen que este tipo de incidentes son muy raros y suelen causar incidencias menores porque lo com¨²n es que se produzcan en exteriores. M¨¢s extraordinario es que el suceso se produzca en un vag¨®n de metro, de ah¨ª la conmoci¨®n.

Cuando sali¨® por la boca del metro y respir¨® tranquila, Carla cay¨® en la cuenta de que lo que hab¨ªa causado el incendio era la tablet con teclado que usa para tomar apuntes en clase, de marca Airis. EL PA?S intent¨® contactar con la empresa fabricante pero al tiempo de publicar esta informaci¨®n no hab¨ªa recibido respuesta.

Por suerte, los agentes de polic¨ªa recuperaron su bolso. Sus apuntes de una semana en clase y su merienda estaban a salvo. La funda de la tablet impidi¨® que se quemaran. Ahora planea presentar una reclamaci¨®n al fabricante de la tablet, pero por lo dem¨¢s todo qued¨® en un susto que ahora puede contar aliviada: "Mis compa?eros de clase est¨¢n flipando".