Obras de arte que no se est¨¢n quietas
La Pedrera muestra 64 piezas del movimiento cin¨¦tico
Obras que se mueven, palpitan, vibran, vuelan e, incluso, respiran. Pero en ning¨²n caso son estables, ni est¨¢n terminadas hasta que el espectador las mira: cambian dependiendo del momento en el que el visitante se para ante ellas y acaba involucrado, parte activa, en un movimiento f¨ªsico y emocional. No son pinturas ni esculturas; son obras sin forma definida, estable o eterna; obras abiertas, porque se presentan siempre nuevas a los ojos del espectador. 67 piezas creadas por 37 artistas del movimiento cin¨¦tico internacional, que van m¨¢s all¨¢ del objeto determinado por las dimensiones (dos o tres) del arte m¨¢s cl¨¢sico, pueden verse en la exposici¨®n Obras Abiertas. El arte en movimiento, 1955-1975,que ha abierto sus puertas en La Pedrera, sede la Fundaci¨®n Catalunya La Pedrera, hasta el 27 de enero; un t¨ªtulo que hace clara alusi¨®n a la obra de Umberto Eco de 1962. Entre los art¨ªstas: Marina Apollonio, Carlos Cruz-D¨ªez, Hans Haacke, Mona Hatoum, Julio Le Parc, Nicolas Sch?ffer, Jes¨²s Rafael Soto, Jean Tinguely; los pioneros Victor Vasarely y Alexander Calder (cuyos m¨®viles fueron calificados por Sartre como "peque?as fiestas locales") y los actuales Mona Hatoum o Ann Veronica. Tambi¨¦n hay piezas de artistas emblem¨¢ticos de esta corriente en Espa?a como fueron Leandre Crist¨°fol, Angel Duarte, Jordi Pericot, Eusebio Sempere y Francisco Sobrino.
El arte cin¨¦tico represent¨® una revoluci¨®n art¨ªstica e internacional que eclosion¨® en los a?os cincuenta y sesenta en Europa que experiment¨® y busc¨® nuevos materiales y soportes, acercando como nunca el arte a la ciencia y la industria que permiten explorar el espacio, la luz y el movimiento. Arte ut¨®pico que promueve una transformaci¨®n del espectador en elemento activo a trav¨¦s de su interacci¨®n y busca "no producir arte para la ¨¦lite, que todo el mundo pueda entender a partir de un lenguaje universal producido no por artistas-creadores encerrados en su torre de marfil", seg¨²n Marianna Gelussi, comisaria de la muestra junto con Jordi Ballart que califican este movimiento que buscaba reactivar el papel del arte en la sociedad y la participaci¨®n de todos, como la ¨²ltima vanguardia del siglo XX.
Las obras ocupan el piso noble del edificio curvil¨ªneo que creo Gaud¨ª en pleno paseo de Gr¨¤cia. "No hab¨ªa un lugar mejor con sus columnas inclinadas y sus techos de yeso curvil¨ªneos", explica Ballart. Hay un pr¨®logo en la enorme pieza Spazio ad attivazione cin¨¦tica, una espiral en blanco y negro de Marina Apollonio de 1966, que recibe a los visitantes sobre el suelo del patio principal del edificio en una producci¨®n de este a?o realizada para este lugar.
A partir de ese momento est¨¢ permitido (no en todas las obras, pero s¨ª en la mayor¨ªa) tocar, soplar, agacharse, rodear o subirse en las obras, como Baristesia, unas escaleras llenas de dificultades de Gianni Colombo, met¨¢fora de la inestabilidad de lo real que ocupan la parte central del piso.
Entre las piezas destacadas un enorme cuadro de Vasarely, en el que pese a su superficie plana se crea un efecto ilusorio, como una vibraci¨®n; una pieza Vive la libert¨¦, de Jean Tinguely, que incorpora un motor que cada 15 minutos la activa generando movimiento y ruido; unos de los Bichos creados por Lygia Clark cuya presentaci¨®n depende de la manipulaci¨®n del p¨²blico que puede doblarla o aplanarla o el poder pasearse detr¨¢s de un panel de l¨¢minas reflectantes que multiplica y distorsiona la imagen de Julio Le Parc. Entre las m¨¢s enigm¨¢ticas, Strutturazione pulsante, tambi¨¦n de Colombo, una pared creada a partir de ladrillos blancos que se mueve como si alguien estuviera detr¨¢s y quisiera salir o la org¨¢nica Ponctuation, de Pol Bury, una especie de algas marinas que se mueven de forma lenta y desacompasada. La exposici¨®n se cierra con Physichromie, de Carlos Cruz-D¨ªez, que invita al espectador a una inmersi¨®n total en una triple habitaci¨®n iluminada con los colores primarios (rojo, azul y verde) que transcurridos unos minutos, por el efecto de la cromosaturaci¨®n el cerebro convence finalmente al individuo de que est¨¢ en una habitaci¨®n blanca.
Un movimiento que no es un juego
El escaso seguimiento de este movimiento en Espa?a y Catalu?a vino tras ser considerado este tipo de arte como un simple juego. Sin embargo, son hasta dos las generaciones de artistas que cultivaron su amor por el arte en movimiento o cin¨¦tico, ambas muy cercanas en el tiempo, alrededor de la d¨¦cada de los a?os sesenta. En la primera generaci¨®n destacan artistas como Eusebi Sempere, Francisco Sobrino o el Equipo 57, impulsores del arte ¨®ptico en Espa?a. Y en la segunda movimientos como Antes del Arte y artistas como Jos¨¦ Maria Yturralde.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.