El esp¨ªritu latino que habita en Madrid
14 asociaciones culturales que mantienen vivas las tradiciones de los migrantes en la capital traen hoy al Reina Sof¨ªa sus bailes regionales en el festival Ritmos de Am¨¦rica
?lvaro Maza est¨¢ nervioso. Hoy act¨²a en el Museo Reina Sof¨ªa en el Festival Ritmos de Am¨¦rica y, a sus 10 a?os, tiene el papel principal en la danza del Tejido de cintas: es el jefe que manda a los indios qu¨¦ figura hacer con los lazos. Acabar¨¢ siendo un sol, por la fuerte influencia del astro en la cultura ecuatoriana, seg¨²n explica Edgar L¨®pez, profesor de baile de ?lvaro y director de la compa?¨ªa Quitus, una de las 14 asociaciones culturales latinoamericanas que participan en el certamen organizado por Casa Am¨¦rica de Madrid.
?lvaro forma parte de Quitus desde los tres a?os. Nacido en Madrid, tiene muy pocos recuerdos de Ecuador, la tierra en la que nacieron sus padres y su hermana y que ¨¦l solo ha visitado una vez, pero asegura que cuando baila es feliz: ¡°Gran parte de mi familia ha bailado y para m¨ª es como heredarlo¡±. Su hermana, Natalia, de 25 a?os, coincide: ¡°Es una forma de seguir manteniendo viva la cultura y las ra¨ªces de donde vengo.
La ecuatoriana es la nacionalidad extranjera m¨¢s numerosa de Madrid (87.481 de los 696.619 migrantes que viven en la capital, seg¨²n el padr¨®n municipal) y, seg¨²n el psicoterapeuta Eduardo Brik, presidente de la asociaci¨®n? Terapias sin fronteras, tambi¨¦n es uno de los pa¨ªses con m¨¢s arraigo cultural, por su tradici¨®n andina. ¡°Cuando uno migra, el sentimiento de pertenencia lo lleva consigo. Y esa pertenencia es por un lado la familia y por otro las pertenencias identitarias¡±, afirma.
Las asociaciones como las que act¨²an hoy en el Reina Sof¨ªa facilitan la adaptaci¨®n de los migrantes al permitirles mantener sus tradiciones en el pa¨ªs de acogida. ¡°Renunciar a todo lo que traen de atr¨¢s para adoptar la cultura de llegada puede generar problemas de identidad y psicol¨®gicos¡±, explica Brik. Su asociaci¨®n naci¨® en 2015, para suplir la falta de servicios de salud mental espec¨ªficos para extranjeros en la Administraci¨®n p¨²blica. ¡°El estr¨¦s por el choque cultural puede causar ansiedad, depresi¨®n, estr¨¦s¡¡±, asegura el psicoterapeuta.
La posibilidad de compartir estas preocupaciones ¡ªadem¨¢s de las propias de la migraci¨®n (papeles, reagrupaci¨®n familiar, b¨²squeda de empleo¡)¡ª con otros que tambi¨¦n las sufren es otro factor que facilita la intregraci¨®n. ¡°Compartir vivencias con los compa?eros te ayuda, porque sabes que no eres la ¨²nica que est¨¢ pasando por eso, que hay m¨¢s personas¡±, asegura la lime?a Yulissa Bustamante, de 42 a?os, quien lleg¨® hace 10 a Espa?a.
Yulissa participa hoy en Ritmos de Am¨¦rica con Leyendas de M¨¦xico, al que considera su ¡°segunda familia¡±. Ana Paola, responsable de este grupo folcl¨®rico, destaca con orgullo la multiculturalidad de la asociaci¨®n, creada hace tres a?os por seis migrantes, de los cuales solo dos eran mexicanos. ¡°Yo les digo de broma que les voy a nacionalizar en los pasacalles, ellos quieren ir con M¨¦xico. Ven a los grupos de sus pa¨ªses y les saludan, pero ellos llevan la bandera mexicana¡±, afirma la mexicana, de 31 a?os.
Tambi¨¦n con Leyendas de M¨¦xico, baila en el Reina Sof¨ªa Fiorella S¨¢nchez, una paraguaya de 13 a?os que lleva desde los siete en Espa?a. Ella enfrenta casi a diario otra traba tristemente ligada a la migraci¨®n: la xenofobia. Sus compa?eros en el colegio la llaman ¡°rara¡± por bailar folclore paraguayo y mexicano, y le hacen bullying. Pero a ella le da igual: ¡°Siento mucho orgullo de estar representando algo que las personas no pueden ver, mostrando una cultura que est¨¢ lejos de aqu¨ª¡±.
Con las coreograf¨ªas que interpretan hoy Yulissa y Fiorella, Ana intenta hoy exponer en Madrid un poco m¨¢s de esa cultura mexicana, para propalar los porqu¨¦s de algunos t¨®picos como el mexicano con el sombrero o de d¨®nde viene La Adelita, que cualquiera puede tararear a¨²n fuera del pa¨ªs norteamericano. ¡°El hilo conductor del espect¨¢culo es el porqu¨¦ de la revoluci¨®n [¡] Todos conocen la cucaracha, pero no saben que era una canci¨®n que el pueblo invent¨® para burlarse del dictador Victoriano Huerta, que era cojo¡±, explica.
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