Balas de goma opacas
En Espa?a, desde 1990 son 30 las personas ¡ªocho de ellas en Catalu?a¡ª que han perdido un ojo o la visi¨®n por el impacto de esas balas
Hace algo m¨¢s de un a?o, Roger Espa?ol perd¨ªa al 100% la visi¨®n en el ojo derecho por el impacto de una bala de goma en la Escuela Ramon Llull de Barcelona, en el transcurso de una de las desproporcionadas cargas ¡ªpor las que nadie ha dimitido¡ª con las que la Polic¨ªa Nacional trat¨® de evitar el refer¨¦ndum independentista convocado por el Gobierno catal¨¢n pasado el 1 octubre. Esta misma semana se ha iniciado en Bilbao el juicio contra seis ertzainas acusados de la muerte de ??igo Cabacas, un joven aficionado del Athletic que falleci¨® cuatro d¨ªas despu¨¦s de haber recibido ¡ªel 5 de abril de 2012¡ª un impacto de bala de goma en la cabeza tras los incidentes ocurridos despu¨¦s del partido entre el equipo de la capital vasca y el Schalke 04. Estos dos casos se encaminan o se est¨¢n sustanciando judicialmente cuando en la memoria todav¨ªa est¨¢ presente la sentencia del de Ester Quintana, la mujer que en la jornada de huelga general del 14 de noviembre de 2012 perdi¨® el ojo izquierdo tras los disparos efectuados con este tipo de material antidisturbios por efectivos de los Mossos d'Esquadra en Barcelona. Tanto la muerte de ??igo Cabacas como el caso de Ester Quintana han servido para que los parlamentos vasco y catal¨¢n hayan prohibido esta munici¨®n a sus respectivos cuerpos policiales, que, sin embargo, siguen usando la Polic¨ªa Nacional y la Guardia Civil.
En Espa?a, desde 1990 son 30 las personas ¡ªocho de ellas en Catalu?a¡ª que han perdido un ojo o la visi¨®n por el impacto de esas balas de 90 gramos que sale de boca del fusil a 720 kil¨®metros por hora, seg¨²n la asociaci¨®n Stop Balas de Goma, una velocidad que los mossos reducen a 590 km/h. Hasta el d¨ªa de hoy ning¨²n agente de la Guardia Civil, Polic¨ªa Nacional, Ertzaina o Mossos d'Esquadra ha sido condenado por uso inadecuado de esa munici¨®n. En las investigaciones policiales internas solicitadas por la justicia, la opacidad se ha encargado de guardar la vi?a. Casi siempre, las pesquisas internas se muestran incapaces de precisar qui¨¦n apret¨® el gatillo. Es parad¨®jico que cuerpos perfectamente jerarquizados, cuando no de naturaleza militar, concluyan sus investigaciones sin depurar responsabilidades internas y resultando opacas para la justicia. En Espa?a hay aparatos del Estado que se comportan con m¨¢s secretismo que los seguidores de los misterios eleusinos de las antiguas Grecia o Roma. Ah¨ª queda la inquietante frase pronunciada por Josep Llu¨ªs Trapero, comisario jefe de los mossos en 2016, cuando prest¨® declaraci¨®n por el caso Quintana: ¡°El Cuerpo no puede dar raz¨®n de c¨®mo y qui¨¦n protagoniz¨® los hechos; no escondemos nada, pero no lo sabemos¡±. La comparecencia judicial de Trapero quiso sembrar dudas sobre la autor¨ªa de los agentes imputados. Todo ello despu¨¦s de que el caso en cuesti¨®n comportara la dimisi¨®n del entonces director general de la Polic¨ªa y de que el Departamento de Interior indemnizara con 260.000 euros a Ester Quintana en lo que se supon¨ªa un reconocimiento de la autor¨ªa de los hechos. Pues ni a¨²n as¨ª, una de las polic¨ªas m¨¢s modernas o novedosas, despu¨¦s de dar m¨¢s de media docena de versiones, fue capaz de hallar al autor del fatal disparo. Los agentes acusados fueron absueltos por falta de pruebas, como antes lo hab¨ªan sido colegas de otros cuerpos policiales hermanos m¨¢s antiguos. Se disiparon los temores del comisario Trapero sobre ¡°la banalizaci¨®n de la inocencia, los juicios medi¨¢ticos y las condenas expr¨¦s¡± a los acusados.
Est¨¢ por ver si los casos que ahora se juzgan o van camino de los tribunales transitaran por esa v¨ªa de escasa colaboraci¨®n con la Justicia, fruto de una end¨¦mica opacidad corporativa. Es como si los cuerpos policiales en lugar de tener que rendir cuentas ante la ciudadan¨ªa, como debe suceder en un Estado de derecho, se hallaran sometidos a unos designios que no son cognoscibles para la sociedad.
Y ahora que los presupuestos generales est¨¢n movilizando a tanto pol¨ªtico patrio y patriota por Bruselas, no est¨¢ de m¨¢s recordar que la Comisi¨®n Europea advirti¨® en junio del 2011 a las polic¨ªas espa?olas que deb¨ªan dejar de utilizar balas de goma. En 2013 el Consejo de Europa remach¨® el clavo alertando contra la impunidad de los polic¨ªas que ¡°maltratan¡± a los ciudadanos y contra "el claro peligro" que supon¨ªa el uso de semejante munici¨®n. Adem¨¢s de prohibir ese material antidisturbios -como ya ha sucedido en Catalu?a y el Pa¨ªs Vasco- hay que depurar responsabilidades.
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